Gentileza "Sala Stampa Vaticano" |
En la localidad de Amatrice, una de las más golpeadas por el terremoto de agosto pasado, Francisco animó a la población de la zona a "ayudarse unos a otros" y les ofreció su "cercanía y oración".
Por Corresponsal / Télam
"No quería molestar y por esto dejé pasar un poquito de tiempo para que se arreglaran algunas cosas", afirmó este martes el Pontífice al salir de una escuela de la localidad del centro de Italia que sufrió numerosos daños tras el sismo del 24 de agosto que dejó casi 300 muertos en todo el país.
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En ese marco, durante una charla informal con los vecinos del lugar y con más de 100 estudiantes de la escuela, expresó su "cercanía y oración" y pidió "que el señor los bendiga a todos y que la virgen los custodie en este momento de tristeza y dolor".
"Rezamos a la virgen por los caídos aquí, entre los escombros. Adelante, coraje y a ayudarse el uno al otro. se camina mejor juntos, solo no se puede", finalizó.
Tras visitar durante casi una hora la escuela, el Papa irá también a la denominada "zona roja" de la localidad, la parte más golpeada y donde la destrucción fue total.
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