Francisco y sus representantes locales avanzan contra el relato oficial. |
(U24) - Sin duda alguna, la visita de Jorge Mario Bergoglio al vecino país de Chile (del 15 al 18/01) será muy dura para la Casa Rosada, sobre todo por el deseo presidencial de un gran acto multitudinario sobre la 9 de Julio.
Consultado sobre este punto sensible para la política local, el vocero de la Santa Sede Greg Burke confirmó que "Francisco enviará un mensaje importante al presidente Mauricio Macri y a sus compatriotas cuando sobrevuele la Argentina en viaje hacia Chile".
"Para los detalles dejémoslo al él. Pero en el trayecto hacia Chile debemos sobrevolar la Argentina. El papa mandará un mensaje: será un telegrama importante", agregó Burke.
Además, confirmó que pueblos originarios, abusos y corrupción, serán algunos de los temas que abordará el pontífice durante su estadía en Chile y Perú, tal como reporta la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA).
En tanto, curas villeros arremetieron contra el mensaje oficialista en contra del populismo, a través de una declaración:
LOS POBRES, LA IGLESIA Y EL PAPA
Con cierta perplejidad en este último tiempo leemos o escuchamos que la Iglesia en general, y en especial el Papa, no quieren que los pobres dejen de ser pobres, porque de esta manera se perdería lugar de influencia. Por eso nos ha parecido conveniente decir una palabra pública desde nuestro lugar, desde nuestra mirada.
Somos curas que vivimos y/o trabajamos en villas y barrios populares. Somos curas agradecidos de que los pobres nos hayan hecho un lugar entre ellos. Nuestro modo de estar es la cercanía, la amistad, la oración y el trabajo pastoral. Nuestra opción comienza en el trabajo y las obras. La vida con los pobres es una opción a la que fuertemente nos invita el Evangelio de Jesús.
Aquí no se trata solo de dar de comer a un pobre, sino de considerarlo digno de participar en nuestra mesa. Es pasar de la generosidad a la comunión. El Evangelio es claro: permanecer cerca del pueblo especialmente de aquellos que están solos, débiles y necesitados.
Ser su amigo, su hermana, su hermano, hacernos prójimos, hacernos familia. La vida con los pobres nos ha permitido valorar la cultura popular latinoamericana. Cultura que opta por la vida y la libertad.
Los vecinos y vecinas de nuestros barrios tienen el anhelo de que su familia viva bien. Por eso, para dar un ejemplo nomas, han pasado de la chapa y la madera a los ladrillos y la losa, para así darles un futuro mejor a sus hijos y nietos.
El Evangelio de Jesús es concreto y la cultura popular también lo es, por eso a lo largo de los años quisimos hacer nuestro aporte para que los vecinos y vecinas vivan mejor. No solo hemos levantado capillas, también escuelas, jardines comunitarios, clubes, centros barriales para la atención de personas con problemáticas de adicción, centros de formación profesional, oficinas de empleo, cooperativas de trabajo, etc.
Y esto se ha podido hacer con la colaboración de muchos, buscando derribar muros y tender puentes para una real integración urbana. Creemos que las reflexiones que se hacen sobre los pobres y las organizaciones que intentan organizar comunidades y superar la pobreza deben hacerse desde el conocimiento, la cercanía, el amor a los pobres, pero sobre todo, desde una profunda conciencia de igualdad.
Porque, si no, esas reflexiones contribuyen a levantar muros y a cavar grietas. Los muros y las grietas, que son el signo de nuestro tiempo comienzan en la mirada de creerse distinto, de no reconocerse iguales, hermanos. Hoy se habla de integración social y urbana y esto hay que entenderlo bajo la categoría de encuentro.
Esto es reconocer al pueblo, que vive en nuestros barrios, como sujeto colectivo con su cultura, su lenguaje, su modo de razonar, su ritmo, sus símbolos. Esto no es populismo, es sencillamente respetar al otro como otro. En este encuentro los barrios pobres recibirán mucho, pero debemos reconocer que ellos ya aportan mucho.
Por ejemplo, en la gran ciudad aportan, junto a otros miles de mujeres y hombres, una fuerza económica insustituible y dignificadora: el trabajo. Sobre todo en la construcción de nuestras casas, la ropa que usamos, las frutas y verduras que consumimos, incluso el cuidado de nuestros enfermos y de nuestros mayores.
Históricamente hemos pedido la presencia inteligente del Estado en los barrios populares y facilitado en lo que hemos podido su estar ahí. Hay dependencias del Estado que están junto a nuestras capillas. Es el Estado el que tiene en sus manos las mejores herramientas para esta integración social y urbana, que nuestros vecinos anhelan. Y uno de los caminos concretos es la generación de trabajo para los sectores populares.
Donde el Estado no está inteligentemente presente, aparecen las organizaciones criminales que principalmente afectan la vida concreta de los vecinos de nuestros barrios.
El papa Francisco siempre nos ha alentado a trabajar a favor de los más pobres. Sabemos que en nuestro mundo de hoy su palabra es interpeladora y para algunos molesta: "¡Cuántas palabras se han vuelto molestas para este sistema! Molesta que se hable de ética, molesta que se hable de solidaridad mundial, molesta que se hable de distribución de los bienes, molesta que se hable de preservar las fuentes de trabajo, molesta que se hable de la dignidad de los débiles, molesta que se hable de un Dios que exige un compromiso por la justicia" (Evangelii Gaudium).
Para nosotros, su ejemplo y su palabra son una invitación renovada a estar al servicio de los más pobres y no de nosotros mismos.
Que la Virgen de Luján nos inspire los caminos para cuidar a nuestra patria empezando por los más pobres.
FIRMANTES DE LA DECLARACIÓN
P. José María Di Paola: Villa La Carcova, 13 de Julio y Villa Curita. Diócesis de San Martín.
Mons. Gustavo Carrara, P. Eduardo Casabal, P. Ignacio Bagattini: Villa 1-11-14.
Arquidiócesis de Buenos Aires. P. Lorenzo de Vedia, P. Carlos Olivero, P. Gastón Colombres, Villa 21-24 y Zavaleta.
Arquidiócesisde Buenos Aires. P. Guillermo Torre, P. José Luis Lozzia: Villa 31.
Arquidiócesis de Buenos Aires. P. Domingo Rehin: Villa Lanzone, Villa Costa Esperanza.
Diócesis de San Martín. Mons. Jorge García Cuerva: Villa la Cava.
Diócesis de San Isidro.-Obispo auxiliar electo Diócesis Lomas de Zamora-
P. Basilicio Britez: Villa Palito. Diócesis de San Justo.
P. Nicolás Angellotti: Puerta de Hierro, San Petesburgo y 17 de Marzo. Diócesis de San Justo.
P. Sebastián Sury, P. Damián Reynoso: Villa 15. Arquidiócesis de Buenos Aires.
P. Rodrigo Valdez: Villa Playon de Chacarita. Arquidiócesis de Buenos Aires.
P. Martín Carroza y P. Sebastián Risso. Villa Cildañez. Arquidiócesis de Buenos Aires.
P. Pedro Baya Casal, P. Adrián Bennardis: Villa 3 y del Barrio Ramón Carrillo.
Arquidiócesis de Buenos Aires. P. Juan Isasmendi, P. Joaquin Giangreco: Villa Trujuy. Diócesis Merlo-Moreno.
P. Nibaldo Leal: V. Ballester. Diócesis de San Martin. Carlos Morena, Ángel Tissot, Mario Romanín, Alejandro León, Juan Carlos Romanín: Salesianos.Villa Itatí. Don Bosco.
P. Hernán Cruz Martín: Barrio Don Orione - Claypole. Obra Don Orione.
P. Antonio Mario Ghisaura: Villa Tranquila. Diócesis Avellaneda- Lanús.
P. Alejandro Seijo: Villa Rodrigo Bueno. Arquidiócesis de Buenos Aires.
P. AndresTocalini: Villa los Piletones. Arquidiócesis de Buenos Aires.
P. Omar Mazza: Villa Inta. Arquidiócesis de Buenos Aires.
P. Dante Delia: Barrio la Loma de Roca. Diócesis de San Isidro.
P. Franco Punturo: Villa 20. Arquidiócesis de Buenos Aires.
P. Roberto Ferrari: Bajo Boulogne. Diócesis de San Isidro.
P. Aníbal Filippini: Párroco emérito del Bajo Boulogne. Diócesis de San Isidro.
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