LECTURA / ERIKA ROSENBERG
Oscar Schindler fue un empresario y espía alemán, además de miembro del Partido Nazi, que salvó la vida de aproximadamente 1200 judíos durante el Holocausto empleándolos como trabajadores en sus fábricas de menaje de cocina y munición, ubicadas en lo que hoy son Polonia y la República Checa.
Su historia se cuenta en la novela El arca de Schindler, publicada en 1982, y en la película que se basa en ella, La lista de Schindler (1993), que lo reflejan como un oportunista que en principio solo buscaba sacar beneficios y se convirtió en una persona de gran iniciativa, tenacidad y dedicación que logró salvar la vida de sus empleados.
La lista de Schindler fue elaborada por el hombre de negocios alemán Oskar Schindler y su empleado Itzhak Stern. Se trata de una lista en la que se inscribieron los nombres de unos 1.200 judíos que fueron salvados de morir en los campos de exterminio.
Oskar Schindler nació en el Imperio astro-húngaro en 1908, y en 1930 se afilió al Partido Nazi por necesidad. En un principio fue reclutado por las SS como informante, aunque años más tarde decidió montar su propio negocio adquiriendo una fábrica en Cracovia, a la que nombró Deutsche Emaillewaren-Fabrik.
Se dedicaba a la confección de ollas y utensilios de cocina para abastecer a la Wehrmacht.
Debido a que la mano de obra era más barata, seleccionó a unos 300 judíos del campo de trabajo de Plaszow para que trabajasen en la fábrica; entre ellos, se encontraba el contable Itzhak Stern.
A pesar de que en un comienzo Schindler buscaba enriquecerse a costa de los judíos, la convivencia diaria con ellos hizo que se fuese dando cuenta de la injusticia que se estaba produciendo. La represión del gueto de Cracovia, del que Oskar fue testigo, hizo que cambiase totalmente su actitud hacia los judíos.
Sustituyó la producción de utensilios por el de cápsulas y proyectiles de artillería para poder ampliar el número de empleados y de ese modo seguir salvando judíos. Para ello, negoció con el coronel Goeth judío por judío, pagándole una suma determinada de dinero para que cada uno de ellos fuera empleado en su fábrica.
Los judíos eran inscritos en una lista por Stern. A finales de 1944, Schindler pudo salvar a unos 1.200 judíos polacos de las cámaras de gas, quedando casi en la bancarrota.
En 1960, el gobierno de Israel reconoció la labor que Schindler llevó a cabo a favor de los prisioneros de Plaszow.
Oskar Schindler falleció en 1974. Actualmente su cuerpo yace en el cementerio católico de Jerusalén.
En 1999, 25 años después de la muerte de Oskar Schindler y 2 antes de la muerte de su esposa, Emilie, llegó al Museo del Holocausto israelí “Yad Vashem” un envío desde Alemania que contenía una valija y paquetes con documentación perteneciente a quien salvó a judíos durante la 2da Guerra Mundial.
Entre los documentos están los originales de las listas de Schindler, que llevados a Israel por el periodista alemán Ulrich Sam, actualmente residente de Jerusalén.
La controversia comenzó cuando Erika Rosenberg, escritora nacida en Buenos Aires y con nacionalidad alemana, aseguró que la valija, junto con la documentación, le pertenece a ella.
Rosenberg fue amiga y biógrafa de Emily Schindler, y más tarde se convirtió en su heredera. “¿Cómo es que ellos tienen la valija y se han quedado con algo que no les pertenece? Qué me demuestren por qué ellos creen que les pertenece”, expresó la escritora.
“La valija estaba en Alemania. La misma fue contrabandeada a espaldas de la viuda para evitar una discusión a fondo sobre a quién le pertenece”, expresó el abogado Yair Maman, representante de Rosenberg en su demanda contra el museo Yad Vashem.
“Me tratan como a una judía cualquiera ¿Por qué? ¿Porque no vivo en Israel?”, comentó indignada Rosenberg.
La escritora conoció a Emily Schindler a fines de la década de 1960 y asegura que gracias a la biografía que escribió sobre ella, la situación de la viuda del Justo entre las Naciones fue reconocida y por esto recibió la Orden de Mayo, el más alto honor dado a los extranjeros que no son jefes de Estado en la Argentina.
Antes de que la conociera, la situación de Emily era muy complicada debido a que el estado de salud de su marido se había deteriorado en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial e incluso sufrió un intento de asesinato.
Además, la situación económica era muy mala y ambos recibieron ayuda por donaciones. Más tarde, Emily afirmó que la mayor parte del dinero se gastó en alcohol y fiestas con amantes mientras que ella se vio obligada a robar comida.
La situación empeoró cuando la familia Schindler se mudó a la Argentina para iniciar una aventura comercial, pero el negocio fracasó y las deudas aumentaron.
Schindler decidió regresar a Alemania y dejó las enormes deudas con su esposa, a la que nunca volvería a ver.
Rosenberg asegura que la condición de la viuda mejoró gracias a ella.
La escritora aseguró en el informe que el Yad Vashem sabía que la valija le pertenecía. En este marco, presentó una misiva que una representante del Ministerio de Asuntos Exteriores de Berlín envió a la institución bajo el título “¿A quién le pertenece la maleta de Schindler?”.
Según la carta, el semanario Der Spiegel publicó que cada vez más evidencia indica que las listas de Schindler pertenecen legalmente a su viuda de 92 años. Asumiendo que Schindler no entregó los documentos, y éstos son, según los expertos legales, propiedad de su patrimonio y, por lo tanto, sus herederos.
En tanto, el Yad Vashem sostiene que la polémica es un intento de generar ganancias financieras con el fin de concretar subastas públicas de las pertenencias de Emily Schindler, que se llevaron a cabo poco después de su muerte y que nadie sabe quién está detrás de ellas.
Las listas, por supuesto, valen mucho más. Años atrás apareció una copia de una de las listas y el precio ofrecido fue de US$3.000.000.
El Dr. Chaim Gertner, director de los Archivos del Yad Vashem, sostiene que la doctora Rosenberg cuenta una historia imaginaria y en el pasado incluso demandó a varias instituciones diferentes en el mundo, pidiendo también las valijas, pero fueron rechazadas.
“Los documentos en la maleta de Schindler llegaron legalmente al Yad Vashem”, aseguró, a la vez que añadió: “Si la documentación no estuviera en Yad Vashem, no me sorprendería que algún día la encuentren en E-Bay”.
En cualquier caso, el Tribunal Supremo dictaminó recientemente que para seguir la demanda, los actuantes deben presentar una orden de sucesión israelí y confirmar que no hay otros herederos.
Se rumorea que Oscar Schindler tiene 2 hijos nacidos fuera del matrimonio y encontrarlos no es, obviamente, una tarea simple. Mientras tanto, la valija seguirá en el Yad Vashem, dejando atrás una historia controvertida sobre sus dueños.
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