(U24) - El lunes 10/09, en forma inexplicable, el juez federal Claudio Bonadio había rechazado el pedido de prisión domiciliaria de Sergio Taselli, detenido en el marco de la causa por los cuadernos del chofer Oscar Centeno sobre presunto pago de sobornos en la obra pública durante el gobierno anterior.
Inexplicable porque en sus cuadernos, Centeno mencionó el apellido Taselli sin mencionar el nombre. Cuando fue detenido Sergio Taselli y se negó a declararse arrepentido, dijo que ese Taselli no era él.
Luego, ante el requerimiento judicial, su hermano Alberto, de quien se encuentra distanciado, se presentó y dijo que efectivamente se trataba de él y no de Sergio, se declaró arrepentido y se fue a su casa.
Pero Bonadío no concedió la excarcelación, en una actitud casi irresponsable, presionando a Taselli para que se autoimputara y/o imputara a terceros.
Es más: ordenó allanamientos a empresas de Taselli, intentando encontrar argumentos para mantenerlo en prisión. No los encontró y, finalmente, ha tenido que ordenar la excarcelación aunque decidió hacérsela difícil y estableció una fianza de US$ 1 millón.
En cualquier caso, ahora hay un antecedente: se puede salir de las presiones de Bonadío y el fiscal Carlos Stornelli sin tener que aceptar sus exigencias -algunas de las cuales se afirma quedarán en evidencia en la instancia de las apelaciones-.
Sin duda que lo que ha sucedido también es importante en el marco de la dictadura que impone la 'doctrina Irurzun', que establece que basta la convicción de un magistrado para ordenar una detención.
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