(U24) - Al diario Clarín se lo nota furioso este jueves (27/12) con la Corte Suprema de Justicia de la Nación, desde la tapa de su edición impresa y también en la edición digital. Su enojo excluye a Carlos Rosenkrantz, el flamante titular del tribunal a quien le ha recortado sus poderes recientemente una nueva mayoría que encabeza el saliente presidente Ricardo Lorenzetti y completan Carlos Maqueda y Horacio Rosatti.
Esa interna, de la que resulta tironeada Elena Highton de Nolasco, impidió que los ministros se vean la cara en la última acordada de la Corte donde resolvieron casos menores sin impacto político. Pero también impidió que acordaran una agenda de fallos para 2019.
La ausencia de la única mujer en el tribunal evidenció su malestar por las presiones que ejerce sobre ella Lorenzetti para integrarse a la nueva mayoría. En medio de ese clima caldeado en la Corte, apareció Elisa Carrió que públicamente salió a cuestionar a Rosatti, a quien había apoyado para llegar al palacio de Trinbunales. Lo acusó de “defender de manera delictual a Lorenzetti”.
El diario Clarín se enoja ante este panorama y decreta: “es una vergüenza. La Corte que está es un fracaso de la política y muchas cosas de la política dependen de la Corte que está”. Es decir: la Corte que no quiere Clarín es un “fracaso de la política”. Pero si hay un fracaso de la política hay responsables, esos que justamente no se nombran.
Luego, el matutino acota en otro artículo: “En el palacio de Tribunales se comentó que si “algún miembro de Cambiemos creyó que con la designación de Rosatti se pasaba a tener en la Corte los votos del santafesino, Rosenkrantz y Elena Highton juntos, creó una fantasía política””.
“Del mismo modos, dicen estas altas fuentes, “es otra fantasía” suponer que hay “una nueva mayoría peronista en la Corte con los votos de Rosatti, Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda”. Rosatti y Lorenzetti “se tienen encono y a Maqueda le interesan más los temas políticos que la interna de la Corte”.
Las diferencias comenzaron cuando Rosatti, en septiembre de este año, le adelantó en la cara a Lorenzetti que no iba a votar su carta reelección como presidente del máximo tribunal. Y se agudizaron cuando Lorenzetti “quiso que todos los miembros de la Corte firmaran una documento de apoyo a su persona frente a las denuncias de Carrió”.
“Son temas personales”, contestaba entonces Rosatti, mientras que otros recordaban que el máximo tribunal, en cambio, había sacado una comunicado de apoyo al ex miembro de la Corte Raúl Zaffaroni cuando se descubrió que en sus departamentos funcionaban 6 prostíbulos”.
El origen del ‘fracaso’ que califica Clarín está cuando Mauricio Macri quiso a Rosenkrantz en la Corte sin medir las consecuencias de ese desembarco y posterior aval al desplazamiento de Lorenzetti y postular a Rosatti con el sólo argumento y explicación de que se buscaba “independencia”.
Fue el error del ala no-política que encarna Marcos Peña y que tanto escucha Macri. Ese es el gran fracaso de este Gobierno: la subestimación permanente de la política.
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