POLÍTICA / INDAGATORIA
A lo largo de más de seis horas de indagatoria, en un operativo especial realizado desde las 23 del martes hasta las 5.30 de ayer, Leonardo Fariña respondió preguntas al juez federal Sebastián Casanello y volvió a apuntarle al detenido Lázaro Báez, al sostener que todo el dinero que manejó en operaciones de lavado de activos le pertenecía.
Fariña hizo su propia cuenta y calculó que el grupo empresario de los Báez lavó unos 77 millones de dólares "a partir de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner" en 2010 y hasta 2011.
Así lo informaron fuentes judiciales y confiaron que el "imputado colaborador" arribó a ese cálculo por las distintas operaciones de transferencias y compras de bienes tales como "las adquisiciones de los campos El Entrevero, en Uruguay, y El Carrizalejo, en Mendoza, la compra de SGI y una cooperativa".
También sostuvo Fariña que en esas operaciones participaron los financistas Santiago Carradori, Federico Elaskar, Maximiliano Goff Dávila y Carlos Molinari -imputados en la causa- y aseguró que todos ellos "sabían que era plata de Báez y cada uno se quedó con una parte, más o menos el 5 por ciento".
Para los investigadores la nueva declaración de Fariña cobra valor porque "termina de completar lo que había dicho" en sus comparecencias anteriores como imputado, en abril de 2016 y varios escritos", y debido a que "confirma varios datos que el juzgado había podido establecer".
Fariña ya que se encuentra acogido al programa nacional de testigos protegidos, por lo cual goza de custodia especial, prerrogativas de seguridad y reserva de datos de su vida privada.
La última vez que Fariña había estado frente a Casanello destapó una caja de pandora: el multimillonario patrimonio de Lázaro Báez.
El imputado protegido fue el encargado de montar el fideicomiso para la empresa de Báez Austral Construcciones y trasladar grandes montos del empresario K en aviones y a través de transferencias.
Fariña, que estuvo detenido por evasión tributaria agravada en un juzgado de La Plata, en una causa donde también está involucrado Báez, se pasó a "imputado colaborador" y ha venido aportando información a la Justicia, e incluso dio detalles de las operaciones financieras que aseguró haber hecho para Báez.
Antes había sido el turno del financista Federico Elaskar, quien tiene un procesamiento firme por presunto lavado de dinero en Reportes de Operaciones Sospechosas en la compra de bienes que no puede justificar, y apuntó contra Fariña por robarle "plata a Lázaro. No sé exactamente cuánto. Sí sé que fue mucho", sostuvo Elaskar en uno los tramos finales de su declaración ante Casanello, afirmaron las fuentes tribunalicias.
En anteriores indagatorias y escritos espontáneos, Fariña informó cómo se fijaban supuestos sobreprecios para los "retornos" de las diferentes reparticiones involucradas en las adjudicaciones de obras públicas.
El llamado "valijero" afirmó que se pagaba a los contratistas un "anticipo financiero" que disimulaba coimas de entre 10% y 20% del monto de la obra que de inmediato eran reintegrados a los funcionarios de Planificación Federal y señaló que luego de la muerte de Néstor Kirchner hubo "un nuevo paradigma" armado por Cristina Fernández y su hijo, el diputado Máximo Kirchner, para "perseguir empresarios".
De acuerdo a ese relato, "esta nueva arquitectura de poder era muchísimo más verticalista y cerrada que la originaria y muchísimo más asfixiante para los empresarios dado que el control sobre los mismos se tornó inmanejable y se radicalizaron las prácticas.
En el marco de esta causa, junto a Báez también están detenidos el contador Daniel Pérez Gadín y el abogado Jorge Chueco.
Casanello ordenó la ampliación de las indagatorias luego de que Suiza informó que existen cuentas bancarias por 2,3 millones de dólares y euros en los bancos J. Safra y PKB Privatbank SA.
Según la acusación de la fiscalía, esas cuentas fueron usadas para sacar de la Argentina el dinero que se había recibido a través de la obra pública concedida al emporio Austral Construcciones.
En esta causa también están procesados, entre otros, el dueño de la financiera SGI ("La Rosadita"), César Gustavo Fernández, el propietario de la empresa privada de aviación Top Air, Walter Zanzot, y el operador financiero y exmarido de Iliana Calabró, Fabián Rossi.
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