Científicos del mundo ven al sol como una importante amenaza en el 2011
Científicos lanzaron el alerta de que las comunicaciones por satélite, el transporte aéreo y energía eléctrica están expuestas a las tormentas geomagnéticas consecuencia del clima espacial y, según los expertos, "la vulnerabilidad es creciente a medida que más países adopten las tecnologías inalámbricas". Además, alertan de que el siguiente pico en la actividad solar se espera en 2013.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - La Organización Meteorológica Mundial (WMO, en sus siglas en inglés) acaba de reconocer, durante el XVI Congreso 'Global preparedness for Space Weather Hazards' en Ginebra, la vulnerabilidad creciente de la Tierra con respecto al clima espacial, un fenómeno capaz de dejar a la población mundial sin electricidad y sin comunicaciones. Por este motivo, la WMO se ha unido a los últimos informes realizados por la NASA y por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), para declarar este fenómeno como "uno de los riesgos emergentes de 2011".
El clima espacial es el término que los científicos usan para describir las condiciones cambiantes del espacio, condicionadas por las explosiones solares que crean tormentas de radiación, fluctuación de los campos magnéticos y "lluvias" de partículas energéticas. Estos fenómenos viajan con el viento solar a través del Sistema Solar y cuando llegan a la Tierra, interactúan de forma compleja con su campo magnético.
Así, la WMO alerta de que las comunicaciones por satélite, el transporte aéreo y energía eléctrica están expuestas a las tormentas geomagnéticas consecuencia del clima espacial y, según los expertos, "la vulnerabilidad es creciente a medida que más países adopten las tecnologías inalámbricas". Además, alertan de que el siguiente pico en la actividad solar se espera en 2013.
De este modo, apunta que una posible interrupción de la energía eléctrica y las comunicaciones afectarán a las operaciones humanitarias, la agricultura y la minería, entre otros muchos sectores.
El subsecretario estadounidense de Medio Ambiente de Observación y Predicción, Kathryn Sullivan, ha destacado que las tormentas solares, junto con los tsunamis y el cambio climático como principales retos. "Los fenómenos meteorológicos espaciales son una nueva preocupación, debido a su potencial para afectar a la infraestructura basada en la tecnología, por ello los gobiernos deberían estar más pendientes de este tema", ha señalado.
En este sentido, ha apostado por un plan internacional coordinado para "evitar que la próxima tormenta solar extrema suponga un desastre global en su impacto económico y social".
Ante esta situación, Reino Unido prevee incluir de forma oficial los "Space Weather Risks" dentro del listado oficial de riesgos que pueden suponer una amenaza a la seguridad nacional, o "National Risk Register" elaborado por su Gobierno. Además, los máximos asesores científicos de los presidentes David Cameron y Barack Obama han formado un artículo conjunto en el 'New York Times', destinado a alertar a la población mundial sobre este posible suceso.
Desde España, la Asociación Española de Protección Civil para los Eventos Climáticos Severos ha señalado a Europa Press que "no por poco conocidos los riesgos naturales del clima espacial, como la caída temporal de infraestructuras críticas como las de energía, potabilización, transporte, salubridad, alimentación sanidad, penitenciarias o satélites, pueden ser insuficientemente atendidos, ni su prevención representa un menor desafío para instituciones nacionales e internacionales".
Las tormentas de radiación, la fluctuación de los campos magnéticos y las "lluvias" de partículas energéticas son estudiadas en particular para anticipar trastornos y eventuales daños a las redes de energía eléctrica, las comunicaciones satelitales y el transporte aéreo.
USA se encuentra en la vanguardia del monitoreo de estos amenazantes fenómenos, con tres misiones solares que funcionan interactivamente a fin de anticipar a sus agencias espaciales sobre alguna inesperada irrupción de CME.
En este sentido se hallan asociadas la Agencia Nacional Aeroespacial (NASA) y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), en conjunto con la Fundación Científica Nacional (NSF).
El National Research Council estadounidense publicó en 2008 un amplio informe titulado Severe Space Weather Events - Understanding Societal and Economic Impacts (Eventos graves del clima espacial - Entendiendo los impactos sociales y económicos).
La jerga de los iniciados en esta materia menciona como obvio un llamado "Punto L1" desde el cual se realizan medulares observaciones satelitales: se trata simplemente de una línea espacial virtual ideal para hacer observaciones del Sol, permitiendo un acceso sencillo a la órbita lunar y de la Tierra mediante una mínima variante de velocidad.
Con la atención puesta en el espacio interplanetario, desde ese punto, actúa la robótica misión bautizada Advanced Composition Explorer (ACE), que hora tras hora informa a los científicos del sistema todas las novedades referidas a cualquier aproximación de una CME.
El ACE funciona en contacto directo con los dispositivos del Observatorio Heliosférico y Solar (SOHO) y un Observatorio de Relaciones Solares y Terrestres (STEREO), en un fluir incesante de informaciones sobre el vínculo entre el clima terrestre y el clima espacial.
Una de las singularidades del programa STEREO, activado en octubre de 2006 y controlado por la NASA, es que consiste en una dupla de sondas que cubren la totalidad de la superficie solar, o sea, verifica la cara visible y también "el lado oculto del Sol", donde antes era imposible documentar erupciones magnéticas.
El clima espacial es el término que los científicos usan para describir las condiciones cambiantes del espacio, condicionadas por las explosiones solares que crean tormentas de radiación, fluctuación de los campos magnéticos y "lluvias" de partículas energéticas. Estos fenómenos viajan con el viento solar a través del Sistema Solar y cuando llegan a la Tierra, interactúan de forma compleja con su campo magnético.
Así, la WMO alerta de que las comunicaciones por satélite, el transporte aéreo y energía eléctrica están expuestas a las tormentas geomagnéticas consecuencia del clima espacial y, según los expertos, "la vulnerabilidad es creciente a medida que más países adopten las tecnologías inalámbricas". Además, alertan de que el siguiente pico en la actividad solar se espera en 2013.
De este modo, apunta que una posible interrupción de la energía eléctrica y las comunicaciones afectarán a las operaciones humanitarias, la agricultura y la minería, entre otros muchos sectores.
El subsecretario estadounidense de Medio Ambiente de Observación y Predicción, Kathryn Sullivan, ha destacado que las tormentas solares, junto con los tsunamis y el cambio climático como principales retos. "Los fenómenos meteorológicos espaciales son una nueva preocupación, debido a su potencial para afectar a la infraestructura basada en la tecnología, por ello los gobiernos deberían estar más pendientes de este tema", ha señalado.
En este sentido, ha apostado por un plan internacional coordinado para "evitar que la próxima tormenta solar extrema suponga un desastre global en su impacto económico y social".
Ante esta situación, Reino Unido prevee incluir de forma oficial los "Space Weather Risks" dentro del listado oficial de riesgos que pueden suponer una amenaza a la seguridad nacional, o "National Risk Register" elaborado por su Gobierno. Además, los máximos asesores científicos de los presidentes David Cameron y Barack Obama han formado un artículo conjunto en el 'New York Times', destinado a alertar a la población mundial sobre este posible suceso.
Desde España, la Asociación Española de Protección Civil para los Eventos Climáticos Severos ha señalado a Europa Press que "no por poco conocidos los riesgos naturales del clima espacial, como la caída temporal de infraestructuras críticas como las de energía, potabilización, transporte, salubridad, alimentación sanidad, penitenciarias o satélites, pueden ser insuficientemente atendidos, ni su prevención representa un menor desafío para instituciones nacionales e internacionales".
Las tormentas de radiación, la fluctuación de los campos magnéticos y las "lluvias" de partículas energéticas son estudiadas en particular para anticipar trastornos y eventuales daños a las redes de energía eléctrica, las comunicaciones satelitales y el transporte aéreo.
USA se encuentra en la vanguardia del monitoreo de estos amenazantes fenómenos, con tres misiones solares que funcionan interactivamente a fin de anticipar a sus agencias espaciales sobre alguna inesperada irrupción de CME.
En este sentido se hallan asociadas la Agencia Nacional Aeroespacial (NASA) y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), en conjunto con la Fundación Científica Nacional (NSF).
El National Research Council estadounidense publicó en 2008 un amplio informe titulado Severe Space Weather Events - Understanding Societal and Economic Impacts (Eventos graves del clima espacial - Entendiendo los impactos sociales y económicos).
La jerga de los iniciados en esta materia menciona como obvio un llamado "Punto L1" desde el cual se realizan medulares observaciones satelitales: se trata simplemente de una línea espacial virtual ideal para hacer observaciones del Sol, permitiendo un acceso sencillo a la órbita lunar y de la Tierra mediante una mínima variante de velocidad.
Con la atención puesta en el espacio interplanetario, desde ese punto, actúa la robótica misión bautizada Advanced Composition Explorer (ACE), que hora tras hora informa a los científicos del sistema todas las novedades referidas a cualquier aproximación de una CME.
El ACE funciona en contacto directo con los dispositivos del Observatorio Heliosférico y Solar (SOHO) y un Observatorio de Relaciones Solares y Terrestres (STEREO), en un fluir incesante de informaciones sobre el vínculo entre el clima terrestre y el clima espacial.
Una de las singularidades del programa STEREO, activado en octubre de 2006 y controlado por la NASA, es que consiste en una dupla de sondas que cubren la totalidad de la superficie solar, o sea, verifica la cara visible y también "el lado oculto del Sol", donde antes era imposible documentar erupciones magnéticas.
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