ECONOMÍA / DESPUÉS DEL DEFAULT
Tras el fallo de la Cámara de Apelaciones de Nueva York que habilitó el acuerdo con los holdouts, la gran apuesta de Mauricio Macri es que se le abran las puertas de la inversión tanto financiera como directa, en especial la extranjera.
“El próximo 22 de abril, la República Argentina regresará al mercado de capitales internacional, con la emisión de deuda soberana más grande en la historia de Wall Street”, escribió Sebastián Maril, en el portal IG Digital. “Nuestro país emitirá US$ 15.000 millones en 3 bonos diferentes, cuyas características ofrecen interesantes oportunidades de inversión.”
Con vencimientos a 5, 10 y 30 años, el monto que será emitido para cada uno de estos vencimientos aún no ha sido establecido y dependerá de la demanda que haya para estos bonos, como de la tasa que el mercado le pida a nuestro país para comprar su deuda.
Pero,
< ¿cuál es la mirada que tienen los mercados globales respecto de la Argentina hoy?
< ¿Comenzarán a llover los dólares tan deseados por Macri, en medio de un contexto adverso a nivel regional?
La caída en la demanda china, el desplome del precio del petróleo, la crisis en Brasil y la devastación venezolana, entre otros factores, están arrastrando el continente hacia abajo.
LOS INVERSORES, ATENTOS A LA SITUACIÓN POLÍTICA
Según economistas diversos, si bien es cierto que hay interés en invertir en la Argentina, esto no se concretará de un día para el otro, ya que los inversores están atentos a la evolución de la economía argentina pero también a factores de naturaleza política.
Pesan los antecedentes ante mercados e inversores internacionales.
“Habrá que ver qué demanda del mercado internacional van a tener los bonos que el Gobierno licitará la semana que viene –dijo Dante Sica, de la consultora Abeceb, al portal Webpicking-.
"En las primeras emisiones, una tasa del 7% puede ser muy buena porque venimos de niveles que oscilaron entre el 9 y el 11% en las últimas emisiones y en la medida que los inversores vayan recuperando su confianza y vean los avances de la política económica, podremos ir accediendo a tasas más cercanas al 5%”, explicó Sica.
Por otro lado, el pobre desempeño de América Latina en 2015 (los países de la región se contrajeron un promedio de -0,1%) es un mal indicador, y el panorama no se presenta mejor para 2016, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El FMI proyectó que Argentina se contraerá 1% este año, a causa de los efectos de las medidas de ajuste tomadas por el Gobierno que, si bien eran necesarias “para corregir desequilibrios macroeconómicos y distorsiones microeconómicas”, según el organismo, es probable que produzcan una “suave recesión en 2016”.
La tendencia regional tampoco es favorable. La mayoría de las economías de América Latina están sufriendo agudamente la ralentización china y la baja en la demanda de las materias primas, así como la caída en el precio del petróleo.
Tras el fin del ciclo de los commodities y con Brasil, nuestro principal socio comercial, en crisis política y parálisis económica, el FMI consideró esta semana que el Producto Bruto Interno (PBI) de Latinoamérica se contraerá -0,5% este año.
En enero, el organismo había predicho una caída del -0,3%, pero ahora bajó aún más su proyección para el desempeño económico de la región.
Probablemente esta baja en la calificación tenga que ver con la crisis del gigante, Brasil, que representa un tercio del PBI de América Latina.
Venezuela, si bien representa una porción menor del PBI del continente, es otro país que arrastra el promedio hacia abajo: el FMI cree que este año el país presidido por Nicolás Maduro se contraerá un -8%.
BRASIL EN SU MAYOR RECESIÓN EN UN CUARTO DE SIGLO
El mes pasado, el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) anunció que el PBI de Brasil se había contraído -3,8% durante 2015, la mayor recesión que sufre el país en un cuarto de siglo.
La proyección para 2016 no es mucho mejor: los expertos prevén que el país retroceda -3,45% en 2016, lo que marcaría la primera vez que el país pasa 2 años consecutivos en recesión desde la Gran Depresión de los años ’30.
En 2015, alrededor de 1 millón y medio de personas quedaron sin empleo en Brasil, el peor resultado para el mercado laboral de ese país desde 1992.
Para Joydeep Mukherji, analista senior especializado en América Latina de la firma de evaluación de riesgo financiero Standard & Poor's, el impacto de la crisis brasilera en la economía de la región es inevitable.
“Como la economía más grande de la región y, de lejos, la más grande de Sudamérica, todo lo que pase en Brasil tiene un impacto. Naturalmente, este impacto variará en distintos países dependiendo del grado de relación bilateral”, le dijo Mukherji a la BBC.
Argentina es el lugar que más sentirá la retracción brasilera, afirmó el analista, ya que Brasil es el primer mercado para las exportaciones argentinas y absorbe un 46% de sus ventas industriales.
En 2015, los envíos argentinos a Brasil cayeron en un 47,9% y quedaron en valores similares a los de la recesión mundial de 2009, según datos publicados por la BBC.
Pero, además, hay un efecto rebote, explica el periodista Marcelo Justo, de ese medio.
La caída del PBI brasilero afecta al argentino; este a su vez tiene una incidencia negativa sobre el uruguayo (baja el turismo) y el peruano (hay más de 200.000 peruanos en Argentina).
Chile también se resiente por la caída en el comercio con Brasil (que bajó un 14,6%), y este impacto es paralelo a la contracción comercial bilateral con Argentina (15%).
Tal como se ve, la caída en la actividad en los países de la región se retroalimenta. Los únicos beneficiados por los bajos precios del petróleo y la recuperación estadounidense serán México, que crecerá a un 2,4% según el FMI, los países de Centroamérica y el Caribe.
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