INTERNACIONAL / TÉLAM EN GEORGIA
En una misa para miles de personas en el segundo día de su visita a Georgia, el papa Francisco rechazó que la Iglesia se acostumbre a "un microclima eclesial cerrado" y ceda a "los criterios del funcionalismo".
"Queridos hermanos y hermanas, sintámonos llamados a esto; no a fosilizarnos en lo que no funciona a nuestro alrededor o a entristecernos cuando vemos algún desacuerdo entre nosotros", afirmó el Pontífice en el estadio "Mikhail Meskhi", en honor al considerado mejor futbolista georgiano del siglo XX, en la ciudad de Mskheta, a 10 kilómetros de la capital Tiflis.
"No está bien que nos acostumbremos a un microclima eclesial cerrado, es bueno que compartamos horizontes de esperanza amplios y abiertos, viviendo el entusiasmo humilde de abrir las puertas y salir de nosotros mismos", agregó durante su homilía.
Confirmando el fuerte sentido ecuménico del viaje, estuvieron presentes en la celebración representantes de otras Iglesias cristianas no católicas, como el patriarca caldeo Sako, aunque por "diferencias en los cánones", finalmente no acudió una delegación oficial de la Iglesia ortodoxa de Georgia, más allá de los "fieles presentes" de ese rito a los que agradeció Francisco.
En línea con sus planteos en la exhortación apostólica de 2013 Evangelii Gaudium, donde propone una "Iglesia en salida", Francisco pidió en el estadio georgiano que los pastores sigan el camino de "la acogida, la escucha y el servicio".
"Dichosos los pastores que no se apuntan a la lógica del éxito mundano, sino que siguen la ley del amor: la acogida, la escucha y el servicio", aseguró.
"Dichosa la Iglesia que no cede a los criterios del funcionalismo y de la eficiencia organizativa y no presta atención a su imagen", agregó.
En un país dividido entre el interés por la visita papal y por las próximas elecciones parlamentarias del 8 de octubre, según constató el enviado de Télam que acompaña al Pontífice a bordo del avión papal junto a medios de todo el mundo, Francisco lanzó mensajes de unidad cristiana y pedidos de "pacificación" entre los estados de una región, el Cáucaso, marcada por los conflictos.
De hecho, la visita del papa al Cáucaso, que finalizará mañana en Azerbaiyán, cierra el viaje que hizo el Pontífice a Armenia entre el 24 y el 26 de junio pasados, y con la que buscaba traer "un mensaje de paz y reconciliación" a la región.
Además del conflicto latente entre Armenia y Azerbaiyán por el enclave de Nagorno Kabaraj, Georgia denuncia la ocupación rusa de dos regiones del país, Osetia del Sur y Absajia, que han originado un desplazamiento de 200.000 personas, según le recordaron ayer a Francisco el presidente georgiano Giorgio Margvelashvili y el Patriarca Elías II.
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