(U24) - La gran incógnita sobre el aborto es el impacto en el electorado de Mauricio Macri. El Presidente habilitó la discusión en el Congreso sin estar a favor. Dio un paso que, por ejemplo, Cristina Kirchner nunca quiso dar hasta hoy que recién decide apoyar el proyecto de despenalización por conveniencias políticas.
Pero es claro que la situación excedió al Gobierno a pesar de la promesa de Macri de no intervenir en el debate parlamentario. Los sectores ‘provida’ identificados como votantes de Cambiemos han manifestado en varias marchas su amenaza de no votar al oficialismo si salía la ley.
La Iglesia Católica también tomó como una provocación la decisión presidencial con el papa Francisco a la cabeza. Incomprobable saber cómo afecta en el electorado de Mauricio Macri su decisión de marzo pasado.
En el Gobierno dicen que ya lo tienen estudiado y que para la campaña electoral 2019 será un tema olvidado, termine como termine.
Por otro lado, quedó claro que Cambiemos no logró su objetivo real con este debate: distraer de los problemas económicos de la gestión durante el primer semestre del año con las largas exposiciones en la Cámara baja y luego en el Senado.
La corrida cambiaria de fines de abril, la suba de la inflación y el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional llegaron incluso a invisibilizar la discusión por la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) en el Congreso.
Por otro lado, en otro sector de la población el Gobierno generó expectativas. También entre sus propias filas. La noche en que tuvo media sanción el aborto en Diputados hubo un grupo de diputadas oficialistas que hizo gestiones y presionó al Gobierno para el desenlace positivo.
Desde ese día, los dos bandos le generaron al oficialismo una suerte de ‘grieta’ interna que aún no cierra. Para el Gobierno las expectativas frustradas en los promotores del aborto si no hay ley no generaría ningún impacto electoral ya que son sectores de izquierda que nunca votarán a Cambiemos.
Pero, a corto plazo, en la Casa Rosada temen incidentes el día de la votación. Creen que no será bueno para la imagen presidencial tener a miles de personas insultando a Macri frente al Congreso.
El mismo temor reinó la noche del 14 de junio cuando parecía la ley no se aprobaba. Es una discusión pendiente si el rechazo significará una derrota para el Gobierno que habilitó el tema aunque Macri haya decidido desde el principio aislare y si los celestes terminarán culpándolo por haber estado cerca de la sanción.
Si la ley no sale, seguro habrá varios ganadores como todo aquel que se mostró abiertamente en contra de la IVE y que podrían capitalizar el rechazo.
Entre otros, en Cambiemos se anotan figuras como Jorge Triaca, Carolina Stanley, María Eugenia Vidal, Gabriela MIchetti, Esteban Bullrich, Federico Pinedo,etc.
Entre el peronismo, todos los senadores ‘celestes’ de provincias donde parece ser mayoría el ‘no’. También el Papa Francisco podrá festejar, a quien le atribuyen el vuelco en el voto de la kirchnerista García Larraburu.
En el Interior, ganarán con el rechazo los gobernadores que han detectado una mayoría en ese sentido: el caso emblemático es el de Juan Manzur que este fin de semana marchó contra la ley de aborto en Tucumán y hasta llegó a juntar a la senadora oficialista de Cambiemos, Silvia Elias de Pérez.
El jueves pasado, la legislatura declaró a Tucumán como provincia pro-vida y como “política de Estado la defensa de la vida desde la concepción en el vientre materno hasta su muerte natural”.
Eso no amedrentó a José Alperovich que ratificó su silencio hasta la votación.
Entre los claros perdedores estará Miguel Ángel Pichetto, cara visible de la despenalización en el Senado y operador principal para que salga la ley.
En Cambiemos Humberto Schiavoni, titular del PRO nacional quedará golpeado. Y Gladys González, que busca la intendencia de Avellaneda aunque para ella allí son mayoría los ‘verdes’ y por eso se habría decidido al ‘si’.
En el Gabinete, el más afectado será sería el ministro de Salud Adolfo Rubinstein, que operó junto con Pichetto para sumar voluntades a favor y en Diputad os también con discursos direccionados y que interpelaron al oficialismo.
Pero Cambiemos tiene más preocupaciones aún y es sin dudas el sector que más sufrió por el debate y que más puso en riesgo. Lo peor sería que después del 8/8 los perdedores y ganadores no terminen de reconciliarse nunca y pongan en peligro la unidad de los bloques parlamentarios que tienen mucho que negociar hasta diciembre.
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