FÚTBOL / SUPERLIGA
San Lorenzo sufrió de entrada con Tigre, pero reaccionó a tiempo, pasó del 0-2 a empatarlo 2-2 y estuvo cerca de ganarlo en el final. Un golazo, bloopers y polémicas en un debut al palo. (Olé)
San Lorenzo arrancó apenas como una brisa en su debut en la Superliga, pero terminó como un Ciclón.
Salió a la cancha dormido y perdía por dos goles desde el arranque contra un Tigre furioso, pero supo reaccionar a tiempo para empatarlo e incluso pudo llevarse algo más.
Terminó igualando 2-2 en un partido que debe servirle a Biaggio para ajustar las clavijas de su equipo pensando en lo que viene, pero que también le da argumentos para crecer.
La presión alta que le imprimió el Lobo Ledesma a su equipo en los primeros minutos fue letal.
Tigre se comió la mitad de la cancha y así llegaron los primeros dos goles.
El 1-0, volea implacable de Menossi a un ángulo y el segundo, Fede González, luego de una mala salida de Nico Navarro.
Aún despistado por el marcador, San Lorenzo llegaba. Rojas, de tiro libre, y Reniero, de cabeza, dieron aviso de la remontada que venía.
El descuento no llegaría sin polémica, ya que Espinoza recién convalidó -acertadamente- el gol de Blandi después de consultar con un línea y el cuarto árbitro.
Perfecto: el 9 estaba adelantado en el tiro libre previo, pero luego fue habilitado por Prediger.
Si bien ninguno de los dos pudo mantener el frenético ritmo de la primera mitad, el segundo tiempo mostró una cara superadora del equipo de Biaggio, que hizo méritos para llevarse algo más de Victoria. Botta tuvo una tras salida a medias de Marinelli, pero después el arquero tuvo las manos firmes para desactivar un bombazo de Mouche.
Vera casi en contra y una media vuelta suave de Blandi fueron argumentos insuficientes para que el empate del Ciclón sea victoria.
Quedó claro que de los dos lados hay cosas para corregir y potenciar. Esto recién arranca.
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