miércoles, 29 de junio de 2011

FLORENCIO VARELA: TEATRO EN LA CASA DE LA CULTURA

Viernes 1º de julio, se presentarán dos obras teatrales


Se tejieron muchas historias sin fundamento sobre Carlomagno, ya que tuvo muchas esposas, muchas concubinas, muchas hijas a las que no dejaba casarse, y otras a las que quiso casar a la fuerza. Pudo haber más descendientes no conocidos, ya que  por aquellas épocas se acostumbraba la jus primae noctis, que luego se transformó en el derecho de pernada. Como sea, le inventé unas hijas más a Carlomagno, y no creo que su prestigio se empañe por ello, porque en apariencia, habían sido reconocidas como hijas en el seno de otras familias.


Estos datos del medioevo les interesaron mucho a los protagonistas, un factor más para hacer teatro, buscar en la historia. Las familias que tenían en su seno a algún bastardo del rey, eran subvencionadas por el mismo Los mismo que el esposo de alguna amante titular del monarca, enseguida le daban un título nobiliario. El asunto es que las bellas son utilizadas para anexarse territorios. Algo que luego se convirtió en costumbre. El tipo inventó el estado paneuropeo, pero no lo pudo conservar, justamente porque con tantos hijos como tuvo, ninguno le salió inteligente. Bueno, no soy muy seriecita para explicar la historia, lo que pasa es que vista a la luz de los tiempos modernos...
 
Sin ahondar demasiado en esos aspectos de la historia, si lo hice en la estupidez femenina, tan fomentada por sucesivos gobiernos, tan apreciada por una subespecie del hombre, que no se siente cómodo frente a una mujer que piensa. Ellas son románticas, viven pensando en enamorarse y ser amadas, y terminar enamorándose de una carta, sin saber quien la ha escrito, sin haber visto nunca al autor, y están dispuestas a tirarse de la torre cuando la guardiana (que está en complicidad con el rey) les avisa que les han conseguido marido y que se casarán como condición para ser liberadas. Ellas, fieles. No saben a qué, pero fieles a los desconocidos, hasta que el rey les dice que sus prometidos son los mismos que han escrito las cartas. Entonces, caen en adoración frente a su majestad, tan justos, tan sabios...  

Hay una juglaresa que nos da señales, y nos avisa algunas cosas que no salen en la escena. Entre otras cosas, vincula la torre, con sucesivos inventos sociales para limitar la libertad y los derechos de la mujer hasta convertirla en un objeto de manipulación para el poder. Jugando durante tres cuartos de hora, las chicas entretuvieron a un público que llegó tiritando, y dimos por cumplida nuestra labor, hasta el viernes 1º de julio, en que presentaré dos obritas para niños: "Mis queridos monstruos", "Del archivo de indias" (una broma sobre el descubrimiento de América) y las escenas basadas en el cuento de J.L.Borges "Emma Zumz" 

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