Un camino hacia la protección de los pueblos indígenas en aislamiento de Bolivia
Bolivia cambió. En los últimos cinco años, en el marco de una movilización social y cultural impresionante –sólo comparable a la que el país vivió durante los primeros tiempos de la revolución nacionalista de los años 50 del siglo XX-, Bolivia ha vivido (y vive) una época de cambios. Y hay cambios que deberían ser irreversibles. El reconocimiento y el respeto pleno a los derechos de los pueblos indígenas es uno de ellos.
Hoy, como nunca, la problemática de los pueblos originarios –sobrevivientes de un genocidio que empezó en el siglo XVI y de un etnocidio que continúa- está en debate, enriquecido y cargado de dinamismo humano sensible y multiplicador y de significados históricos, presentes y por venir.
Si hace sesenta años, el proceso nacionalista buscó integrar al indio de las tierras altas y diluir su identidad en el mestizaje y el sindicato agrario, a la vez que desconocía –en el caso de los pueblos indígenas de las Tierras Bajas- sus territorios, sobre los cuales lanzó –sucesivamente, a lo largo de décadas- trágicos planes de invasión y dominio estatal-privado sobre los mismos, hoy, el conflicto no sólo sigue abierto y pendiente de resolución, sino que a la vez se vuelve descarnado, ya que se inscribe y se potencia creativa y contradictoriamente en el nuevo entramado legal de derechos –que la nueva Constitución consagra- y en esa movilización permanente de los sectores sociales a la que aludíamos, que ha signado la última década de la vida nacional, especialmente el último lustro democrático.
Vistas así las cosas, la marcha en defensa del TIPNIS es un eslabón más de una marcha mayor, y más larga: la marcha por la consolidación más o menos efectiva, más o menos definitiva, de esos cambios, de ese reconocimiento, de esos derechos.
De allí que la realización de un encuentro –convocado y liderado por
El encuentro se llevó a cabo con la presencia de (casi) todos los actores intervinientes y convergentes en la problemática de los pueblos en aislamiento y en extrema vulnerabilidad.
Estuvieron presentes el gobierno nacional (encabezado por
Durante dos jornadas intensas, se escucharon diversas ponencias y denuncias sobre situaciones que viven los pueblos en aislamiento, en contacto inicial y en extrema vulnerabilidad pero sobre todo se debatió profundamente la elaboración de un plan de acción mínimo y de ejecución inmediata y de carácter permanente para establecer, por primera vez en la vida democrática del país, una agenda visible y propositiva en defensa de los derechos de los pueblos más olvidados de todos.
Esta agenda, insisto, marca un punto de inflexión histórica, ya que delimita con bastante precisión de qué hablamos en Bolivia cuando hablamos de pueblos indígenas en aislamiento y pueblos indígenas en extrema vulnerabilidad.
Ahora el desafío es masificar esta agenda, que sea difundida y conocida, para que pueda instalarse en el debate nacional, tomando en cuenta todas y cada una de las situaciones específicas señaladas. La misma, a la vez, debe convertirse en el referente regional, continental e internacional de la posición boliviana con relación a tan delicados asuntos.
Desde ya, la agenda no agota ni el debate ni menos el análisis puntual de los problemas ni su praxis consecuente, sino todo lo contrario: es –esperemos-, el inicio fecundo de un camino, de un abordaje consciente y responsable de un tema fundamental ya que hace a la esencia no sólo del respeto a los derechos indígenas sino al conjunto de los derechos humanos.
Por su importancia, transcribo la parte medular de la declaración y el plan de acción aprobado en el encuentro convocado por
“1) Ratificamos nuestra convicción de que la defensa de derechos de los pueblos indígenas en aislamiento, en contacto inicial y en alto grado de vulnerabilidad, pasa por el estricto cumplimiento y observancia del histórico Artículo 31 y el conjunto de
2) Que en ese marco, es urgente y necesario la aprobación de una ley marco de defensa y protección de los Pueblos Indígenas en Aislamiento, en Contacto Inicial y en Alto Grado de Vulnerabilidad, y en ese sentido, saludamos el anteproyecto de ley que está construyendo el Viceministerio de Justicia del Estado Plurinacional para la protección de los referidos pueblos, pero nos pronunciamos para que el referido anteproyecto sea revisado, ajustado y concertado hasta su aprobación definitiva con
4) Que, complementariamente a la labor de construcción del referido anteproyecto, por su carácter de urgente, llamamos a las diferentes instancias del Estado Plurinacional,
a) Zona de Reserva Absoluta Toromona
Proceder a su demarcación, instando a las Fuerzas Armadas de
Elevar a rango de
b) Zona de Reserva Absoluta Pacahuara
Instar a todas las instancias competentes del Estado Plurinacional a que se proceda a la conformación inmediata de una comisión nacional de alto nivel, encabezada por el Ministerio de Justicia del Estado Plurinacional e integrada también por las organizaciones indígenas, Organismos de Derechos Humanos Defensoría del Pueblo y Alto Comisionado de las Naciones Unidas, de acuerdo a sus mandatos, para que se proceda a sistematizar la información y ejecutar los estudios y denuncias correspondientes en torno a la situación del Pueblo Indígena Pacahuara hacia la conformación y establecimiento de una Zona de Reserva Absoluta para la protección estricta del mismo y la intangibilidad de su territorio, además de la anulación de todas las concesiones forestales que afecten a los territorios indígenas de acuerdo a la octava disposición transitoria de
c) Territorio Indígena T´simane
Dada la labor que viene realizando, por un lado,
Para ello, es necesario instar a
d) Zonas de refugio
En el marco de todo lo antedicho, pero especialmente dados el anteproyecto de ley del Viceministerio de Justicia y la labor desarrollada en conjunto por
e) Zonas de Reserva Absoluta Ayoreo
Que en base a los estudios y conclusiones ya alcanzadas para la elaboración del llamado Decreto Supremo Ayoreo, se proceda a la inmovilización y posterior creación de las referidas Zonas de Reserva Absoluta, excluyendo cualquier posibilidad de afectarlas con cualquier tipo de actividad hidrocarburífera y/o minera dentro de sus territorios. Con especial urgencia se debe inmovilizar una zona ubicada a
Pronunciamiento final:
Si hace casi tres décadas, se proclamó que Bolivia no podía vivir más sin sus pueblos indígenas, hoy con la misma fuerza y la misma convicción, proclamamos que Bolivia y su Estado Plurinacional sólo podrá existir y ser pleno y digno si defiende y protege a los últimos Pueblos Indígenas en Aislamiento, en Contacto Inicial y en Alto Grado de Vulnerabilidad de
El documento fue firmado en Cobija por todos los presentes el día 8 de diciembre de 2011 y concluye con una sentencia histórica: “Bolivia nunca más sin sus pueblos indígenas en aislamiento y en situación de alta vulnerabilidad”. Hoyitu y la letra del antedicho Artículo 31.
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