AGENCIA / POLÍTICA
Gráfico: Argentina en el puesto 107° del índice mundial de percepción de la corrupción.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- Es un hecho: la gestión de Cristina Fernández –al menos desde 2012 hasta aquí- ha empeorado los niveles de percepción de la corrupción de nuestro país a nivel mundial según el último informe revelado este miércoles (2/12) por Transparency International.
En ese año, la Argentina ocupaba el lugar 102 entre 175 países. Ahora descendió al 107, perdiendo 1 posición desde la última medición.
Contabiliza tres caídas consecutivas.
A nivel regional, los resultados son más relevantes: la Argentina sumó 34 puntos sobre 100 y quedó en el lugar 22, por debajo de Uruguay, Chile, Brasil, Perú, Colombia, Bolivia y México. Sólo es superada por Ecuador, Paraguay y Venezuela, que está al fondo de la tabla.
Transparency International enumera así las consecuencias de la corrupción: “Escuelas mal equipadas, la falsificación de medicamentos y las elecciones decididas por el dinero son sólo algunas de las consecuencias de la corrupción en el sector público.
Sobornos y acuerdos a puerta cerrada no sólo roban los recursos de los más vulnerables, minan la justicia y el desarrollo económico, y destruyen la confianza pública en el gobierno y los líderes”.
En el caso de América, donde se analizó principalmente a Brasil, México y Guatemala, Transparency International recomendó que “entre las muchas cosas que se deben hacer de manera prioritaria para generar cambios significativos en la región se encuentran:
- Poner un alto a la impunidad ante casos de corrupción, dejando de politizar y permitir los sobornos en instituciones policiales y de impartición de justicia. Además, se deben crear mecanismos que protejan y permitan a las personas alzar la voz y actuar contra la corrupción. El poder recobrar la credibilidad y confianza ciudadana por las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley es clave para disminuir la inseguridad en la región.
- Abrir al escrutinio público el financiamiento de la política, para que se sepa quién financia y por qué montos a que candidatos y partidos políticos. Esta medida además ayuda a dificultar la entrada de dinero del crimen organizado en la política e instituciones del estado.
- Abordar el problema de la desigualdad incorporando la transparencia como elemento central en las inversiones sociales, de manera que los apoyos a los más pobres se distribuyan donde son necesarios y no con criterios políticos.
- Creando registros públicos de quienes son los dueños de las empresas, para prevenir que los corruptos se escondan detrás de empresas secretas, laven dinero y huyan con sus ganancias ilegales.
Acerca de nuestro país, Pablo Secchi, director ejecutivo de Poder Ciudadano, opinó en declaraciones que reproduce este miércoles el diario La Nación: "Esta caída en el índice refleja la total ausencia de esfuerzos en nuestro país en materia de lucha contra la corrupción.
Los organismos de control fueron reducidos a su mínima expresión durante los últimos años, convirtiéndolos en actores intrascendentes".
La queja de Secchi apuntó contra la inacción que muestran la Oficina Anticorrupción (OA), a cargo de Julio Vitobello; la Sindicatura General de la Nación (Sigen), al mando del kirchnerista Daniel Reposo; la Fiscalía de Investigaciones Administrativas, que dirige Guillermo Noailles, y la Defensoría del Pueblo de la Nación, cargo que se encuentra vacante desde 2009.
"La impunidad es quizás uno de los mayores desafíos en la lucha contra la corrupción. La impunidad que existe en la Argentina es un incentivo para aquellos que quieren hacer uso privado de la administración pública", destacó Secchi.
"La lucha contra la corrupción queda en manos de aquellos jueces o fiscales que por propio convencimiento y ateniéndose a las consecuencias políticas se animan a investigar.
En aquellos países que se ubican en puestos rezagados, como el nuestro, la corrupción afecta directamente la calidad de vida de las personas", sostuvo Secchi.
El ranking de Transparency International se elaboró a partir de las opiniones de expertos sobre la temática en el sector público con encuestas realizadas entre empresarios, dirigentes, analistas y diversas entidades sociales.
El informe sobre América plantea también una reflexión para el ciudadano: “Ya seamos ciudadanos, empresarios, deportistas, estudiantes, o cualquier otro grupo, tendemos a vernos más como víctimas pasivas que sufren de la corrupción que hacen otros.
Pero, si llevamos años observando la conducta de algunos políticos, partidos, funcionarios y empresarios asociados a ellos que abusan del poder, ¿no será que la resignación y pasividad de los habitantes de este continente es parte del problema y por ello no mejoramos?”.
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