AGENCIA / SALUD
MADRID (NCYT). Los resultados del estudio, realizado por el equipo de Emily Banks, profesora en el Instituto Sax de Australia, e investigadora de la Universidad Nacional Australiana, se han presentado públicamente a través de la revista académica internacional BMC Medicine, de Biomed Central, y aportan las primeras evidencias de su tipo, a partir de una amplia muestra de la población, que muestran que la cifra de víctimas del tabaco alcanza los dos tercios.
Ya se sabía que fumar era malo, pero ahora todo apunta a que es peor de lo creído.
Hasta hace relativamente poco, se creía que aproximadamente la mitad de los fumadores fallecían de una enfermedad relacionada con el tabaco, pero estudios realizados en épocas recientes en el Reino Unido y Estados Unidos habían elevado esa cifra mucho más, hasta el 675.
El nuevo estudio realizado en Australia respalda estos alarmantes resultados.
El equipo de Banks ha determinado que los fumadores tienen alrededor del triple de posibilidades de muerte prematura en comparación con las personas que nunca fumaron.
Ella y sus colaboradores también han calculado que los fumadores tienden a morir 10 años antes que los no fumadores.
Y sobre fumadores adolescentes...
El tabaquismo es la principal causa evitable de muerte y enfermedad en Estados Unidos y otras naciones, con más de 400.000 muertes cada año sólo en USA atribuibles al tabaquismo o a sus consecuencias.
Y sin embargo, los adolescentes siguen fumando. De hecho, este hábito suele comenzar en la adolescencia, y aproximadamente el 80% de los fumadores adultos quedó enganchado al tabaco a los 18 años de edad. A su vez, por regla general los adolescentes que no tienen el hábito de fumar nunca lo adquieren en su etapa adulta.
Aunque muchos estudios previos ya han relacionado el consumo de cigarrillos con déficits de la capacidad de prestar atención y de la memoria en los adultos, los investigadores de la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles) querían comparar las funciones cerebrales de adolescentes fumadores con las de adolescentes no fumadores, dedicando especial atención a la corteza prefrontal, el área del cerebro que guía "las funciones ejecutivas", como la toma de decisiones, y que todavía está en desarrollo estructural y funcional durante la adolescencia.
Los autores de la nueva investigación han encontrado una correlación inquietante: Cuanto mayor era la adicción del adolescente examinado a la nicotina, menos activa era su corteza prefrontal, lo que indica que el hábito de fumar puede afectar a las funciones cerebrales.
El hallazgo no es, evidentemente, una buena noticia para los fumadores, tal como apostilla la psiquiatra Edythe London, coautora del estudio y profesora en el Instituto Semel de Neurociencias y Comportamiento Humano de la Universidad de California en Los Ángeles.
A medida que la corteza prefrontal continúa desarrollándose durante ese período decisivo que es la adolescencia, el tabaquismo puede alterar el curso del desarrollo cerebral y afectar al funcionamiento de la corteza prefrontal.
Un desarrollo inusualmente lento de la corteza prefrontal está considerado como una de las causas de mala capacidad de toma de decisiones en los adolescentes.
Tal efecto puede influir en la capacidad de los jóvenes a la hora de tomar decisiones racionales con respecto a su bienestar, y entre ellas está la de dejar de fumar.
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