viernes, 3 de abril de 2015

CONVERTIBILIDAD 24 AÑOS DESPUÉS: "EL PRÓXIMO PRESIDENTE NO SABE QUÉ PLAN EJECUTARÁ"

AGENCIA / MEMORIA 



 Juan Carlos de Pablo 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Cuando Raúl Alfonsín asumió, el 10/12/1983, no tenía ni idea que un día terminaría anunciando el Plan Austral, cuyo discurso de presentación parecía redactado por Milton Friedman.



Y cuando Carlos Menem asumió el 08/07/1989 no tenía ni idea que un día recurriría a un Plan de Convertibilidad para impedir una crisis política de final imprevisible.

Por lo tanto es bastante difícil que quien resulte el próximo Presidente de la Nación conozca cuál será su plan económico al que apostará su éxito.

 Sí es posible saber que Alfonsín fue al Austral cuando fracasó su Plan A (Bernardo Grinspun) y Menem fue a la Convertibilidad cuando fracasaron sus planes A y B (Bunge y Born, primero; Plan Bonex, después).

O sea que los planes por los que se les recuerda surgieron de profundas derrotas iniciales y de una situación de desesperación.

Así comenzó el diálogo con uno de los mejores economistas argentinos, Juan Carlos de Pablo, a 24 años del Plan de Convertibilidad:

 Edgar Mainhard: -Juan Carlos de Pablo, estamos a 24 años del inicio de la Convertibilidad, ¿cuál es su síntesis y el saldo final de aquella experiencia que ocupo los ´90? 

 Juan Carlos de Pablo: -Empecemos por el principio. Fue producto de las circunstancias. Veníamos de 2 hiperinflaciones, la del ´89 y después una a fines de los ´90, luego una del comienzo del ´91, que no fue tan fuerte porque abortaron antes. Venían con gran velocidad. Había un gobierno que hacía un año y medio que estaba en el poder (Menem) que llevaba adelante reformas estructurales pero, desde el punto de vista de la coyuntura, no le estaba pegando. A fines de enero del ´91 entra Cavallo y ese día que entra al Ministerio de Economía, no tenía en la cabeza el Plan de Convertibilidad. Por más preparación que tengan, hay cosas que son productos de las circunstancias. Se produce, en ese momento, la ‘dolarización de la economía’. Hay que mirar la historia de un momento específico. El Banco Central tuvo, en todo momento, reservas de base monetaria, donde no había cepo.

 EM: -El 1 a 1 inicial, que fue paradigmático, ¿fue correcto? 

 JCDP: -Hay gente que decía que había que poner 1 a 2, pero era lo mismo. Ponele que el próximo es creíble y empiezan a llover dólares, ya que están están viviendo anticipándose al próximo gobierno, si eso ocurre y el gobierno inicialmente devalúa, logrará un impacto inflacionario muy fuerte. La esencia, en los ´90, era el Banco Central que no podía emitir para financiar al Estado ni podía emitir para asistir a las instituciones financieras, cuando estaba la Ley de Convertibilidad. Si el Estado no cubre los gastos con sus impuestos, tiene que ir a endeudarse afuera y no le pueden pedir a las instituciones financieras. Cuando se vuelve creíble el gobierno y te prestan plata, en la Argentina no hay forma de resistir la presión de contraer deuda. Es la historia de todos los gobiernos. ¿Por qué los éxitos iniciales no se pudieron mantener en el tiempo?

 EM: -¿Fue una crisis fiscal? 

 JCDP: -Es un tema fiscal, de endeudamiento y lo que juramos que nunca más íbamos a hacer, luego nos olvidamos. Esto se lo tenemos que decir a los que están trabajando para el próximo gobierno. 

EM: -Las fuerzas políticas no sostienen el compromiso que asumen sus líderes… 

 JCDP: -Por eso. Acá tenemos un problema culturalizado. En la Argentina los ciclos son muy fuertes porque aceptás algo cuando estás al borde del pánico, como en el 2002. Desde la imagen popular pasamos del ‘súper ministro’ al ‘no ministro’ y los economistas no podemos decir cualquier cosa. 

Claudio Chiaruttini: -¿Y el futuro? ¿No los ve un poquito blandos a los economistas? 

 EM: -¿Es posible plantear hoy, un regreso de la Convertibilidad o algo similar en el futuro próximo? 

JCDP: -Lo va a decidir el futuro. Los candidatos no saben ni ellos qué van a hacer con la economía. Los debates deberían ser anónimos porque hay que analizar en serio la situación. La cuestión primera es la política y están todos en campaña, por eso no le presto atención a ningún candidato. Tenemos un oficialismo donde 2 más 2 es 9 y la oposición tiene que decir que 2 más 2 es 28, estamos en el reino de la fantasía. Los que llegan al poder, creen que los demás son unos idiotas. Tampoco le presto atención a los economistas que van a la televisión en representación de sus partidos políticos porque en lugar de trabajar en serio van a mostrar a sus candidatos. El tema de la credibilidad para las próximas autoridades es crucial. La brecha con el dólar oficial, empezó a caer desde la noche misma del triunfo electoral de Raúl Alfonsín, en octubre de 1983. Entre el Menem del 14 de mayo de 1989 y el Menem del 8 de julio de 1989, ocurrió una gran trasformación, diría que fenomenal, ya que el poder adquisitivo del dólar se cayó a la mitad en 20 días. De todos modos, no hay que esperar hasta el 10 de diciembre para saber qué va a ocurrir, pero por ejemplo, no sabremos cómo va hablar el próximo gobierno con el juez Thomas Griesa.

 EM: -Los 2 casos que citamos, tanto el de Alfonsín con el Plan Austral, como el de Menem con la Convertibilidad de Cavallo, surgieron de derrotas. Una surgió de la derrota Grinspun y otra del Plan Bunge y Born, Rapanelli… ¿tenemos que esperar una derrota inicial del próximo Presidente para que después se estabilice? 

 JCDP: -El record dice que en general cuando hace muchos años que estás lejos del gobierno, el primer equipo económico no es el mejor.

 CCh: -En 2003, Carlos Saúl Menem lo sacó a Pablo Rojo, que iba a ser su ministro de Economía, si ganaba, y le dijo que mejor sería ministro de Defensa inicialmente, faltando 2 semanas para las elecciones. Luego le explicó que fue porque al ministro de Economía inicial lo iban a quemar. Menem no se presentó a la 2da. vuelta y todo esto fue apenas una anécdota... 

 JCDP: -Nada es inexorable y hay que decirle al próximo Presidente que trabaje para que sea así. Una de las cosas más difíciles para el candidato triunfante será sacarse de encima a todos los que los ayudaron para asumir para que asuman los que lo ayudarán a gobernar, que son personas diferentes.

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