En un partido bastante trabado, la selección peruana de fútbol derrotó a la venezolana gracias a un gol de Claudio Pizarro, que anotó al minuto 72 el tanto del triunfo que deja al conjunto inca con vida de cara a la última fecha del Grupo C.
Venezuela saltó al campo con el mismo equipo que derrotó a Colombia el domingo pasado. Es decir, con el mismo esquema táctico que le dio resultado: el 4-5-1. Perú, por su parte, se acomodó con un 4-4-2 en el terreno de juego. Durante los primeros 25 minutos de juego, Venezuela jugó mejor que Perú y se acercó más al arco rival. Gracias a su aplicado planteamiento táctico, pobló el medio campo y no le cedió espacios a los peruanos que no pudieron crear opciones de gol claras.
Los acercamientos de la ‘vinotinto’ llegaron gracias a la asociación entre Juan Arango, Alejandro Guerra y Salomón Rondón. Justamente ellos, que habían hilvanado la jugada para el gol con el que su equipo venció a Colombia, volvieron a juntarse y al minuto 7 estuvieron cerca de irse arriba en el tanteador.
Pero Rondón no logró finalizar la jugada y su remate fue atajado por el arquero Pedro Gallese. Perú no lograba acoplarse bien en el campo y no encontraba los espacios por el orden de los venezolanos, que contragolpeaban y metían centros al corazón del área con mucho peligro para Rondón.
Pero el punto de quiebre del encuentro fue el minuto 29 de la primera parte. En una jugada ocurrida cerca de la raya lateral en el centro del campo, el lateral venezolano Fernando Amorebieta intentó robarle el balón al delantero peruano Paolo Guerrero. Lo hizo de forma vehemente hasta que lo derribó. Pero perdió los estribos y una vez Guerrero estaba en el piso, le metió un pisotón en la rodilla. El árbitro no dudo un instante en sacarle la tarjeta roja.
La expulsión dejó a Venezuela en clara desventaja de cara al resto del partido. Aunque los jugadores venezolanos protestaron airadamente la decisión del juez de la contienda, las repeticiones que mostraba la televisión y, sobre todo, la marca con sangre que se veía en la rodilla de Guerrero, no dejaron dudas de que la expulsión fue justa.
El técnico Noel Sanvicente, preocupado, llamó a uno de sus hombres para organizar al equipo que se quedó con 10 hombres. Pocos minutos después realizó un cambio táctico. Sacrificó al volante Ronald Vargas y puso en su lugar a Gabriel Cíchero para completar el hueco que dejó Amorebieta y reubicar la línea de 4 atrás y dejar así un 4-4-1. En los últimos minutos del primer tiempo, Perú intentó llegar al arco contrario y tuvo una opción con Guerrero, que seguía lastimado por la falta de Amorebieta. Pero su remate se fue muy desviado.
Ya para la segunda etapa, Ricardo Gareca movió sus fichas y mandó al campo a Yordy Reina por Carlos Lobatón, para darle mayor volumen ofensivo a su equipo y sacar ventaja del hombre de más que tenía el conjunto inca. Desde el inicio, Perú generó peligro. Al minuto 47, Claudio Pizarró metió un cabezazo peligroso que se fue por encima del pórtico que defendía Alain Baroja.
Sin embargo, los venezolanos optaron por mantener bien juntas las dos líneas de 4 para contrarrestar los intentos de ataque de los peruanos, y le apostaron al contragolpe para generar peligro. Esto dio resultado porque Perú adelantó mucho sus líneas y dejó muchos espacios en la zona posterior, lo que derivó en varias opciones de riesgo a favor de la ‘vinotinto’.
El partido entró en la zona del ‘toma y dame’ y se hizo más atractivo para los más de 15.000 espectadores que se dieron cita en el estadio Elías Figueroa Brander, en Valparaíso, Chile. Pero al final la presión de los peruanos, sumada al hombre de más que tenían en la cancha, pesó en el partido.
Al minuto 72, el veterano Claudio Pizarro, capitán del equipo, recibió un balón tras un pase filtrado de un compañero que intentó despejar Tomás Rincón con tan mala suerte que le dejó servido el remate a ‘El bombardero de los Andes’.
Este, haciendo honor a su sobrenombre, bombardeó el arco defendido por Baroja con un potente zurdazo que le quemó las manos al arquero y pegó en el travesaño antes de meterse al fondo de la red.
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