lunes, 4 de enero de 2016

LOS INSÓLITOS CARTELES DEL EXABRUPTO

ENTRE RÍOS / OPINIÓN 



 por LUIS MARÍA SERROELS 

 PARANÁ (Especial para Urgente24). Con muy buenos ojos se hubiera visto que la dirigencia del Frente para la Victoria se aviniese a llamarse a silencio para analizar, puertas adentro y desde diferentes ángulos, la situación derivada de su floja performance electoral el 25 de octubre y su desplome del 22 de noviembre. 


En Entre Ríos, el solitario triunfo en la categoría “gobernador” por un margen austero que no le resta legitimidad, debería generar preocupación y prudencia a la vez. Nadie pretende que los responsables del mal gobierno nacional y provincial sean quemados en la hoguera política, ni mucho menos. Pero, como mínimo, se aguarda un profundo examen de conciencia y un baño de humildad a la hora del balance.

Cristina Fernández terminó su mandato ostentando el triste privilegio de no haber logrado que el país crezca en los últimos cuatro años.

En nuestra provincia, a Sergio Urribarri no le bastaron dos gestiones consecutivas para alcanzar su proclamado y frustrado “sueño entrerriano”. Su sucesor deberá cargar con un cuadro financiero frustrante y desalentador, mientras graves acusaciones arriban al Palacio de Justicia. Por ello el nuevo año preanuncia alternativas impredecibles no exentas de efervescencia social.

A las utopías urribarristas las barrió el viento de la improvisación y la ineptitud. Partiendo de la base de que el principal derrotado el 25 de octubre fue el gobernador saliente, no se comprende que en los últimos días hayan comenzado a aparecer en la zona del Centro Cívico pasacalles donde se expresa Gracias Urribarri-Ahora en Entre Ríos, tenemos futuro.

Sólo un ilimitado fervor militante podría explicar semejante exabrupto. Es muy difícil entender qué se busca con esta alusión al ex principal habitante de la Casa Gris, pero si el actual mandatario se decidiera a darle a la ciudadanía un informe exhaustivo y pormenorizado de las cuentas públicas provinciales, ese mensaje callejero rayaría en el delirio.

 No se sabe si es la complejidad y el desorden de los números o el negro panorama que se cierne para 2016 lo que retarda la difusión clara y descarnada de cuanto les aguarda a los entrerrianos. El silencio suena fuerte cuando trae consigo la posibilidad del lápiz rojo que dibuja futuros dolores de cabeza. Ya demasiado dura fue la política impositiva urribarrista que castigó el bolsillo de los contribuyen impiadosamente, como para sintonizar los planes actuales en esa frecuencia tan temida como facilista.

 Sólo las buenas migas que parecen cobrar forma entre Bordet y Mauricio Macri, teniendo como valioso enlace al ministro Rogelio Frigerio, podrían abrir caminos para atemperar la crudeza de los ajustes. Se supone –porque la orfandad informativa lo permite- que los compromisos y vencimientos que pondrán en duro trance al presupuesto 2016, serían el motivo de la demora en darse a conocer a los entrerrianos dónde se está parado. Es lo menos que debería hacerse y no por concesión graciosa sino porque es un derecho legítimo de los gobernados.

 Adviértase que palabra "futuro" –tan visible en los letreros de marras-, no supone nada más que un devenir, lo que está por venir, lo que sucederá, el destino, la posterioridad, lo que ha de ser.

¿Sobre qué bases sólidas y concretas se decidió reivindicar a Urribarri luego de una gestión donde se multiplicó inconcebiblemente la deuda del Estado, se manejaron los salarios de los agentes estatales con criterio dictatorial haciendo de las paritarias una entelequia, se vulneraron mandatos de la Constitución provincial, se ignoraron normas precisas que rigen sobre el peculado, exhibiéndose conductas ligadas a un proyecto personal casi megalómano, que terminó en fracaso cuando Cristina Fernández convirtió su dedo en veleta y apuntó hacia otra dirección?

 Párrafo especial para el intento irracional de celebrar contratos con China que a la provincia le significarían una nueva deuda por 430 millones de dólares y para lo cual se hizo autorizar ilegítimamente por la Legislatura en sesiones exprés apenas horas antes de arribar el 2015. Todo el mundo tiene un futuro y ello es inevitable.

La cuestión es si se dará para bien o para mal, pero de ningún modo supone a priori abundancia, carencia, éxito, fracaso, fortuna o pobreza, simplemente porque es lo ignorado que está por llegar. Se requiere ser una Sibila o una Pitonisa hechas y derechas para poder adivinarlo.

El futuro vendrá fatalmente, quiérase o no, pero ha de suceder gracias al designio de los tiempos y no por obra de ningún gobernante, sea o no esclarecido. Lo que se realice para que ese porvenir sea mejor para todos, deberá ser también fruto del esfuerzo conjunto. Las denuncias periodísticas de las últimas semanas sobre graves delitos, lejos están de constituir culpabilidades mientras no queden demostradas en sede judicial.

Empero hasta ahora el ex gobernador no acusó para vindicarse como ordena el artículo 39º del estatuto provincial (hoy sigue siendo funcionario en uno de los poderes del Estado). Se desconocen sus declaraciones juradas y sólo hubo precisiones de su letrado que poco aportan al meollo del asunto. Consecuencia de las notas de Análisis se produjeron presentaciones ante la justicia de dos abogados en ejercicio de su profesión y en cumplimiento de su irrenunciable juramento, tan legítimo como el del profesional que patrocina al ex mandatario.

 Los ataques destemplados contra esos abogados –incluso solicitando sanciones de los cuerpos colegiados en una actitud de supina ignorancia y clara alcahuetería- surgieron de una maniobra corporativa estéril, porque a las decisiones de los jueces no las inclina quien la tienen más larga (como dice el incomparable Joan Manuel Serrat) ni quien vocifera más estridentemente. No fueron pocas las personas cuya identidad apareció en un comunicado solidario, que nunca fueron consultadas para figurar. El actual gobernador entrerriano demuestra ser muy medido en sus declaraciones, pero –esclavo de sus palabras al fin-, no ha cumplido con su promesa de pedir que tome licencia cada funcionario señalado por algún delito.

Urribarri está bien resguardado en sus fueros pero el representante del Estado provincial ante el Bersa y el titular del Instituto del Seguro quedarían comprendidos en la advertencia más que oportuna de Bordet. Cobijarse en una banca legislativa no impide que la llama política se extinga. Es cierto que muchas decisiones poco simpáticas que puedan adoptar Mauricio Macri y Gustavo Bordet, serán consecuencia de situaciones heredadas.

Las críticas que van saliendo del kichnerismo derrotado culpando por medidas que son producto inevitable de desaciertos cristinistas, mueven a risa. Metafóricamente, ¿es sólo el último trago de la botella el que provoca la borrachera?

Del brebaje político que debieron beber los argentinos el último gobierno, no se puede responsabilizar a los sucesores apenas a tres semanas de asumir. La ebriedad no se produce por la última copa: comienza con la primera.

 El capital político de Sergio Urribarri se va deteriorando como ocurrió con las palmeras de Colón que llevó a Mar del Plata para formar parte de un aparato proselitista burdo y ridículo, financiado con recursos de ignoto origen. En la vereda de enfrente, otros pasacalles más bien podrían decir “Gracias a Urribarri, el propio urribarrismo está en crisis”.

En política, el hastío no tiene fecha de vencimiento. Y resulta implacable.

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