LATINOAMÉRICA / PERÚ
Quedó lejos de imponerse en primera vuelta; según los boca de urna, el ex ministro le sacaba una leve ventaja a la izquierdista Mendoza para el segundo puesto.
LIMA.- La incertidumbre que acompañó a toda la campaña electoral en Perú no se disipó ni en el día de las elecciones.
La conservadora Keiko Fujimori, hija del más polémico ex presidente del país, se aseguraba un lugar en el ballottage, pero debía esperar para conocer a su contrincante.
Según los sondeos en boca de urna, había un leve ventaja de Pedro Pablo Kuczynski, el favorito de los mercados financieros, por sobre Verónika Mendoza, la candidata de izquierda, pero era demasiada estrecha como para ser definitiva.
Keiko llegaba como favorita para suceder a Ollanta Humala, pero no llegó a conseguir el 50% necesario para ganar en primera vuelta, arrastrada por el recelo que despiertan en muchos peruanos el autoritarismo y los delitos cometidos por su padre, el ex presidente Alberto Fujimori, que cumple una condena de 25 años.
Los sondeos de las tres consultoras Ipsos y GFK le daban entre 38 y 39% de los votos.
Kuczynski, ex ministro de Economía de 77 años, competía por el segundo puesto contra Mendoza, de 35 años y congresista del Frente Amplio. Las dos encuestadoras reflejaban una ligera ventaja del ex ministro: Ipsos por 22,1% a 18,4% y GFK por 21,7% a 18,5%.
Aun antes de conocer los resultados, los seguidores de las tres fuerzas salieron a festejar, mientras los candidatos pedían cautela.
"Con ilusión y mucha calma esperaremos los resultados oficiales", dijo Kuczynski, del partido Peruanos por el Kambio (PPK).
En la misma línea, Mendoza señaló: "Vamos a esperar prudentemente los resultados oficiales de las entidades competentes, sabemos que el pueblo del Cuzco ha respaldado la propuesta de cambio".
Durante la campaña electoral, la ex legisladora Fujimori, educada en Estados Unidos, prometió mano dura para luchar contra la delincuencia, que se ha convertido en uno de los problemas clave del país. Además, aseguró que mantendría el rumbo económico y aceleraría la inversión pública para reanimar la actividad de Perú, que se enfrió por la caída de los precios de los metales. "Espero con tranquilidad y confiada los resultados", dijo Fujimori antes de emitir ayer su voto en Lima.
Fujimori encaró en la recta final de la campaña protestas contra su candidatura porque muchos electores no perdonan los abusos a los derechos humanos y los escándalos de corrupción de su padre. Pese a todo, su liderazgo en la carrera presidencial se explica porque según las encuestas, muchos peruanos valoran que su padre sentara las bases para el auge económico de la última década y diezmara a los rebeldes de Sendero Luminoso.
También según los sondeos en boca de urna, el partido fujimorista Fuerza Popular ocupará unos 60 escaños en el próximo Congreso peruano, con lo que será la primera fuerza legislativa del país. La empresa privada Ipsos señaló que Fuerza Popular sumará unos 60 de los 130 escaños del Parlamento, seguida por 25 del PPK y 22 del Frente Amplio.
La empresa privada CPI señaló que el congresista más votado fue Kenji Fujimori, hermano menor de Keiko, que habría recibido más de medio millón de votos.
Pero la gran batalla electoral se libraba ayer para determinar quién ocuparía el segundo puesto para enfrentarse a Fujimori en una segunda vuelta, prevista para el 5 de junio.
Si la presidencia se fuera a definir entre Fujimori y Kuczynski, no estaría en juego el modelo económico de libre mercado que reina en Perú desde hace casi tres décadas, y que ha permitido anotar altas tasas de crecimiento.
Pero ahora el país atraviesa una desaceleración por los menores precios de los metales. Kuczynski, un ex funcionario del Banco Mundial conocido como el "gringo", ha prometido que atraerá la inversión privada en grandes proyectos detenidos por conflictos sociales, sobre todo en la explotación de recursos naturales.
Una definición entre Fujimori y Mendoza, garantizaría la llegada de la primera mujer a la presidencia, aunque probablemente asustaría a los inversores porque Mendoza promete reformas a la Constitución para darle al Estado un rol más dominante en la economía y debilitar a la elite empresarial. (LANACION.COM)
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