PARANÁ. La policía de Entre Ríos logró detener a 2 personas que intentaron huir luego de haber sido denunciados por vecinos de un campo ubicado en las cercanías de Concordia de haber estado haciendo señales “con espejos” a un avioneta que realizaba vuelos a baja altura y desde la que se arrojaban bultos.
Ante el accionar policial los individuos trataron de abandonar el lugar en un vehículo pero fueron detenidos a los pocos kilómetros, tratándose de dos hombres, uno de 28 años, probablemente uruguayo ya que tenía carnet de conducir de ese país y otro de 63, oriundo de la provincia de Buenos Aires.
En la “recolección” realizada por las fuerzas policiales se encontraron 13 bultos, con un total de 432 panes compactados de marihuana, lo que arrojara un pesaje de 392, 965 kilos, valuado en 2,5 millones de pesos.
Más tarde, en otro rastrillaje se localizaron 25 ladrillos de clorhidrato de cocaína de máxima pureza en un campo lindero y distante a unos 300 metros del lugar donde fuera vista la avioneta arrojando los bultos con panes de marihuana.
En este caso se determinó que los mismos pesaban 27,100 kilos con una valuación superior a los seis millones de pesos.
Por estas horas, los investigadores están abocados a la tarea de determinar si éste nuevo cargamento guarda relación con el anterior hallado, debido a que los ladrillos compactados se hallaban con una inscripción en donde se leía "París", a diferencia de los encontrados ayer que no contaban con ninguna identificación.
Una de las hipótesis de los investigadores es que la droga provenía de Paraguay y que el objetivo era recibirlo en Concordia, para luego pasarlo a la República Oriental del Uruguay y de allí a Europa.
Hace una semana en un campo de la zona de Villaguay, a unos 100 kms de este hecho, fue encontrada abandonada una avioneta que se supone está vinculada con el narcotráfico ya que hasta el momento nadie ha reclamado, ni denunciado algún incidente con la misma.
Ambos sucesos no hacen más que confirmar que Entre Ríos es una de las vías que se utilizan para ingresar drogas al país, ya sea para consumo, o para reenviar a otros mercados.
Estos “ingresos” no se harían solo por medio de avionetas, sino también por medio de sus ríos, fundamentalmente el Ríos Paraná. La droga se transportaría desde Bolivia, Paraguay y Brasil en barcos y barcazas que la arrojan al río en tambores equipados con GPS para su localización y que son “pescados” por personas que los esperan en distintos lugares de la costa entrerriana.
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