ECONOMÍA / FECIBA
Raúl Zylbersztein, titular de la Federación Económica de la Ciudad de Buenos Aires (FECIBA), manifestó este martes (18/10) que los empresarios que representa comparten la preocupación de las centrales sindicales sobre “la importante pérdida del poder adquisitivo que sufrieron los trabajadores durante este año” y, a la vez, sostuvo que “ese es el principal problema de la baja del 45% promedio en las ventas”; por lo cual dijo que “es evidente que la solución no está en manos de los empleadores”.
En ese sentido, afirmó que “la reapertura de las negociaciones paritarias obligaría a los empresarios a sentarse nuevamente con los trabajadores mientras que los responsables que deberían solucionar el problema se lavan las manos”.
A su vez, cuestionó a los funcionarios nacionales que manifestaron “que en el ámbito privado, el rango de acción del Gobierno es limitado”, y los acusó de “hacerse los distraídos, transfiriendo el conflicto entre los dos jugadores mas débiles de la coyuntura actual: los trabajadores y las pymes”.
Zylbersztein aseguró que “si el Estado reduce el problema sólo a que se negocie un bono de fin de año y la reapertura de las negociaciones salariales, no haría más que agregar otra piedra a la pesada mochila que hoy ya cargan las pymes por culpa de las deficientes políticas públicas que se vienen aplicando desde hace muchos años”.
“Ya no se pueden evadir mas los problemas del costo argentino; el conflicto no es lo que se lleva el trabajador al bolsillo, sino todos los demás factores que aniquilan la posibilidad de desarrollo”, afirmó, y detalló qu e “por cada $ 100 que el trabajador recibe en el bolsillo, se pagan otros 100 de impuestos al trabajo, y paga 21 pesos de IVA sobre su consumo, 4 pesos de Ingresos Brutos, otros impuestos internos, sumado al mes de salario que las pymes pagan por año de ART, entre otros”.
Al respecto, el titular de FECIBA dio más datos y reconoció que “hasta el día de hoy todavía quedan alrededor de un 15 % de empresas que no pudieron afrontar el pago del medio aguinaldo de junio y hay otro 25 % que lo está haciendo en cuotas, sumado a las dificultades que muchas tienen para abonar el bono de mitad de año”.
Además, dijo que “a eso hay que sumarle la baja en las ventas, la competencia con productos importados, los altos impuestos regresivos, la inexistencia de créditos y/o altas tasas de interés, los costos bancarios y de tarjetas de crédito desmedidos, la burocracia para exportar, la alta concentración de los insumos y cadena comercial, la débil estructura logística y la energía más cara del mundo y escasa; siendo esos sólo algunos de los factores que harían imposible hacerse cargo de un plus salarial y mucho menos de afrontar nuevas negociaciones”.
Pero también se refirió sobre los sindicatos más fuertes, que tienen injerencia en las grandes compañías, a los cuales acusó de “creer que todas las empresas son iguales, omitiendo que, en realidad, el 80 % de los trabajadores del país se desempeñan en pequeñas y medianas empresas”.
En ese sentido, también le reclamó a esos gremios que “no se muerdan la cola y que peleen junto a las pymes para sostener la actividad” porque consideró que “cumplir con esas exigencias, seria un asesinato en masa de miles de pymes que dejaría a un sinfín de trabajadores en la calle, y, en el caso de las que sobrevivan, las obligaría a incumplir con los pagos de salarios, a suspender trabajadores y a trasladar parte de las subas a los precios de los productos finales, lo cual les restaría mercado y las haría entrar en un espiral descendente de la actividad, logrando exactamente lo contrario de lo que se quiere evitar”.
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