Por JUAN MANUEL GONZÁLEZ / www.lavoz.com.ar
Mañana, desde las 18, más de 45 mil personas estarán vigilando los dos millones de boletas únicas de sufragio (BUS) que estarán en las 8.653 urnas. Son las 16.830 autoridades de mesa, y un número estimado de 28.500 fiscales partidarios en toda la provincia.
La mayor tensión de los fiscales estará puesta en las 3.228 urnas de la ciudad y aquellas ubicadas en las 195 localidades en donde se elegirán intendentes y jefes comunales. Hay 48 localidades donde no se votará, porque hay lista única. “Vaticinamos una guerra de fiscales”, dice Juan Milanesio, apoderado general de la alianza que postula para la intendencia a Olga Riutort.
¿El motivo? El diseño de la boleta única podría hacer confundir al elector que quiere “cortar” el voto. Esa es la hipótesis con la que están trabajando varias fuerzas políticas.
Tres apoderados generales –de la Unión Cívica Radical, de Córdoba Cambia y de Libres del Sur (Riutort)– confirmaron a La Voz que hay una “instrucción” a los fiscales de recurrir aquellos votos en los cuales el elector haya marcado el voto lista completa de un partido y el candidato a intendente de otra fuerza política. Esos votos deberían considerarse nulos en el tramo municipal, pero varios partidos interpretan que hubo una “manifiesta intención” de cortar.
“Es claro que la intención del votante es elegir un intendente distinto al que lleva el candidato a gobernador de otro partido, pero el diseño tramposo de la boleta única lo induce al error”, dice Fernanda Leiva, apoderada de Córdoba Cambia en la ciudad.
La estructura de Luis Juez garantizó la fiscalización de todas las mesas de Capital. También el radicalismo tendrá fiscales en cada una de las mesas. Y la alianza Libres del Sur-La Fuerza de la Gente promediará un fiscal general cada tres mesas.
Esas tres fuerzas y Hacemos por Córdoba sumarán un ejército de 10.800 fiscales de mesa en la ciudad de Córdoba, a los que se sumarán los fiscales generales de los partidos más chicos. Además, 6.456 autoridades de mesa serán desplegadas en la ciudad, en 355 escuelas, donde podrán votar 1,1 millones de ciudadanos.
EL VOTO RECURRIDO
Se trata del voto que es cuestionado durante el escrutinio provisorio. Es un derecho del fiscal partidario al que no puede oponerse el presidente de mesa, aunque este considere que el voto fue anulado.
En este caso, la boleta única de sufragio no es escrutada, se completa un formulario con el fundamento del fiscal de mesa y se la envía en la urna a la Justicia electoral, donde el conflicto será resuelto en el escrutinio definitivo que comenzará el miércoles próximo.
“Recurrir un voto en la mesa es la oportunidad procesal de dar vuelta un resultado en el escrutinio definitivo. Si de la mesa sale como voto nulo, no hay chances de revisarlo”, explica un fiscal general de la UCR.
Esa es la instrucción que se está distribuyendo en estas horas a los fiscales de mesa. La fuerza de Riutort distribuyó entre sus fiscales una cartilla en la que se detalla el procedimiento de impugnación.
El apoderado de esa alianza, Juan Milanesio, sostiene que realizaron sondeos que arrojaron que entre el 12 y el 14 por ciento de los capitalinos podría anular su voto por la doble marca involuntaria. Ese porcentaje crecería en barrios humildes.
La apoderada de Córdoba Cambia Fernanda Leiva coincidió con Milanesio respecto de que las mayores dificultades para votar con esta BUS se dan en barrios populares.
Leiva explicó que “recurrir es un derecho personal del fiscal que no puede ser rechazado por el presidente de mesa”.
“Ante un caso de voto lista completa de un partido distinto y a nuestro candidato a intendente, los fiscales están instruidos a recurrir fundamentando que la voluntad del elector ha sido votar a nuestro candidato”, dijo.
La misma orden bajaron el radicalismo y Córdoba Cambia para sus candidatos a intendente en el interior, donde el 80 por ciento de los gobiernos locales en juego está en manos de la oficialista Hacemos por Córdoba.
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