
Se quedó sentada a su lado hasta que el niño terminó lo que le habían servido. Fue entonces que le dijo: “señora, mire que no tengo plata…” Ella respondió; “Hijo ya me has pagado, suficiente, con esa sonrisa y el brillo de tus ojos…”
Con un beso en la frente, el pequeño se alejó volteando su cabeza para mirar a esa joven Mujer-Madre que seguía sentada viendo como se alejaba…
¿Qué estas cosas no suceden? Dejemos de mirar solamente hacia arriba. Bajemos, un poco, nuestros ojos para poder observar lo que ocurre a nuestro alrededor.
Dios te bendiga Mujer-Madre. Oscar Fernando Baró オスカー ©
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