AGENCIA / POLÍTICA
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La nota de Hernán Capiello en el diario La Nación fue titulada "Un agente camporista de la ex SIDE hizo de enlace con Irán", y apunta a conseguir que la reunión del fiscal especial Alberto Nisman y los legisladores resulte a puertas cerradas: no es posible vulnerar la identidad de un agente secreto sin una autorización presidencial previa.
Es conocido que todo agente de la Secretaría de Inteligencia tiene 2 identidades: la real y la ficticia.
Se supone que Nisman dará su nombre y apellido ficticio porque dificilmente conozca la identidad real. Pero de todos modos sería un bochorno hacerlo en público, en especial si tiene vinculación con La Cámpora.
El propio diario La Nación afirmó conocer la identidad del personaje pero no puede vulnerar la Ley Nacional de Inteligencia, que contempla esa restricción legal.
De acuerdo al reporte periodístico, el espía en cuestión es el favorito de Cristina Kirchner, tiene acceso a la intimidad de la Quinta de Olivos y conoce los secretos del poder (¿hablará con la juez Sandra Arroyo Salgado también?).
Sigue la crónica: "(...) Acusado de pasar información clasificada al gobierno de Irán siguiendo supuestas instrucciones de la Presidenta, integra La Cámpora, la organización que lidera Máximo Kirchner, según revelaron varias fuentes de Inteligencia. (...)".
Y el fiscal Alberto Nisman pidió la declaración indagatoria de este agente como partícipe del plan para asegurar la impunidad de los 5 iraníes prófugos porque habría sido quien mantuvo informado a Irán sobre los detalles del plan para salvar a los ex funcionarios iraníes prófugos acusados de volar la AMIA, y participó en la construcción de datos falsos para desviar la investigación.
Pero para Urgente24 el dato es que el espía reporta a Fernando Gonzalo Pocino, el ganador de la guerra interna de la Secretaría de Inteligencia (SI, ex SIDE) y la confianza del poder después del apartamiento de su rival, el ex director general de Operaciones, Jaime Stile o Antonio Horacio Stiusso (más conocido como Jaime Stiusso).
El agente camporista asignado a la causa AMIA fue nombrado recientemente en la base de la SI en la calle Estados Unidos, que era 'la cueva' del defenestrado Stiusso.
Pero Pocino nunca antes había protagonizado un escándalo semejante. Como jefe del subordinado cuestionado, él es responsable directo de los errores, omisiones y delitos que aquel hubiese protagonizado.
Pocino tendría que demostrar que él desconocía la actividad de su subordinado, lo que le obligaría a aceptar que éste tenía más jerarquía, lo que lo desautoriza hacia adentro del organismo estatal. En cualquier caso, tendrá que ser convocado a indagatoria.
La web Tribuna de Periodistas afirmó sobre Pocino:
"(...) Se trata de un personaje que se hizo célebre por espiar a políticos y periodistas a pedido gubernamental, apelando siempre a métodos ilícitos de seguimiento y hackeo de correos electrónicos. Su rostro fue revelado por diario Perfil en enero de 2007 mientras veraneaba en Cariló, al tiempo que se reveló que se trataba del hombre que impulsó una campaña sucia contra el director de ese medio, Jorge Fontevecchia.
Según Perfil, Pocino además es autor de célebres campañas difamatorias: "Contra Elisa Carrió, cuando se acusó de lavado de dinero al candidato a legislador por el ARI, Enrique Olivera. También Pocino habría estado a cargo de sacar a la luz, el legajo del diputado Juan José Álvarez, sobre su paso como empleado de la SIDE entre 1981 y 1984, en el momento que apoyó a una eventual candidatura de Lavagna." (...)".
Fernando Pocino fue el artífice de las operaciones contra Aníbal Fernández, tanto cuando fue ministro del Interior como Jefe del Gabinete de Ministros. Pocino comenzó la guerra contra Fernández cuando le atribuyó liderar un sistema de inteligencia paralelo o propio, en especial desde la Policía de Seguridad Aeroportuaria, que competía (y desplazaba, por momentos) a la Secretaría de Inteligencia.
Más tarde Pocino libró una guerra santa contra Anibal F. porque le acusó de querer desplazar a Nilda Garré del Ministerio de Defensa, lo que provocaría el seguro relevo de César Milani, el aliado de Pocino y Garré.
Nisman, a quien el Gobierno liga con Stiusso, pidió que se impida la salida del espía del país y le solicitó al flamante jefe de la ex SIDE, Oscar Parrilli, que lo releve del secreto para revelar su nombre.
Según conversaciones grabadas con el supuesto agente iraní Jorge Alejando Khalil, alias "Yussuf", que oficiaba de enlace, el espía argentino tenía acceso directo al entorno presidencial.
Por ejemplo: "Te cuento que la doctora está con gripe y con una fiebre de la puta madre. Así que está con un quilombo de la puta madre, a ver si mañana arranca para hablar. Si va a hablar, va a hablar de última. Después de las cuatro o cinco", dijo acerca de un acto que se llevó a cabo el 25/05/2013, según Capiello.
Y cuando la Presidenta se tuvo que operar sorpresivamente en octubre de ese año y nada se sabía públicamente, el agente comentó al mensajero iraní: "Tiene un coágulo, ¿viste? Casi seguro que la operan. Ella se da cuenta el sábado cuando empezó a hacer gimnasia. Le empezó a picar. ¿Viste cuando se te duerme la mano, que te da picazón? ¡Y pensaron que era del corazón y salieron cagando! Bueno, de allí le hacen todo un estudio dentro del sistema médico de la quinta, le meten el anticoagulante, que eso es muy bueno, eso no siguió el daño, ¿entendés? Ya está internada hace una hora y media".
El agente camporista, según Nisman, incluso le ofreció a Khalil cargos en la Aduana y en el Ministerio del Interior y Transporte para gente de la comunidad chiita.
Para Nisman, el plan de encubrimiento e impunidad se gestó hacia septiembre de 2012, y agentes de la ex SIDE hoy SI, ya elaboraban la pista falsa para desviar la causa.
Para el fiscal, el único objetivo de Irán en las negociaciones con la Argentina consistía en que cayeran las circulares rojas de pedidos de captura que había en Interpol, y el memo era un instrumento para hacerlo.
Tras el pacto, sostiene Nisman, el agente camporista les dijo a los iraníes: "Tranquilos, ya ganamos. Es decir, ganamos una partida. Yo te dije, vos no me tenías fe".
Para el fiscal, esa frase revela que ambos compartían el mismo "objetivo criminal".
Nisman sostiene que más tarde, como Interpol comunicó que no levantaría esas circulares, los iraníes se enojaron con Timerman y perdieron interés en ratificar el memorándum de entendimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario