PREDIO DE VILLA TESEI |
En los últimos 40 días de gobierno, el kirchnerismo distribuyó 747 millones de pesos entre las facultades del Conurbano, con una lógica más política que académica. Como los 48 millones para una pileta climatizada en una universidad sin alumnos.
• FABIÁN DEBESA •
En el final del mandato, a poco de dejar el poder, el kirchnerismo promovió un “festival” de reparto de fondos discrecionales hacia las universidades nacionales del Conurbano. Fue a través de programas, dinero para infraestructura o para planes de cooperación que tienen escaso impacto académico y responden a una lógica política: las instituciones beneficiadas tenían sólidos vínculos con la gestión que terminó el 10 de diciembre de 2015.
Según documentos a los que accedió Clarín, sólo en noviembre y los primeros 10 días de diciembre se distribuyeron 747 millones de pesos con resoluciones de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) del Ministerio de Educación nacional.
Casi el 70% de esos recursos repartidos a último momento fueron para las nuevas universidades que se crearon entre 2003 y 2014 en el Gran Buenos Aires.
Entre las resoluciones hay casos que rozan el escándalo: la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHur) todavía no tiene alumnos cursando porque se creó en diciembre de 2014. Tiene 2.500 inscriptos, pero a través de 7 resoluciones de la SPU firmadas por el ex secretario, Aldo Caballero, entre octubre y diciembre recibió 140 millones de pesos.
Una de las partidas (de 48 millones de pesos) es para la construcción de una pileta climatizada y un estadio cubierto en un predio de Villa Tesei.
La UNAHur fue impulsada por Juan Zabaleta, ex secretario administrativo y estrecho colaborador del ex vicepresidente Amado Boudou. Ahora, Zabaleta es el intendente de Hurlingham y en la comuna consideran que “la UNAHur marcará un antes y un después en la vida de la ciudad. Sellará los deseos de los jóvenes que desean estudiar cerca de sus hogares”, según declaró el propio Zabaleta.
Para empezar, los legisladores le concedieron 40 millones para gastos en 2016. Hasta el momento tiene 208 docentes.
Hay envíos insólitos como 2 millones de pesos a la universidad de José C. Paz (UNPaz) para financiar el “Programa Interuniversitario de Acciones Estratégicas para la Transferencia de Conocimiento en el Terreno (PINAE)”. Cristina Fernández inauguró en 2010 el edificio de la UNPaz, que ahora lleva el nombre del intendente Mario Ischii.
Uno de los docentes titulares de una cátedra es el ex juez de la Corte Eugenio Zaffaroni. Las partidas direccionadas hacia los claustros del Conurbano se cuentan por millones.
La Universidad de Avellaneda consiguió 7,5 millones para financiar el “Observatorio de Derecho, Infancia y Juventud”.
La Universidad Arturo Jauretche, de Florencio Varela fue promovida por el diputado ultrakirchnerista Carlos Kunkel. Es una de las que obtuvo mayores beneficios de partidas especiales y un aumento superior al promedio en el presupuesto 2016.
Cuarenta días antes de dejar el poder, el Gobierno entregó otro “premio” a la institución educativa: por resolución 4157 de la SPU, recibió 20 millones de pesos para “financiar gastos”. Así, sin más especificación. Y el 9 de noviembre la SPU firmó otra disposición para crear 82 cargos no docentes y transfirió 7,6 millones de pesos para su financiamiento anual (resolución 4312).
No obstante, estas muestras marcan una tendencia que preocupa a los rectores del sistema universitario excluidos de los beneficios.
El rector de la Universidad Nacional del Centro (UNICEN), Roberto Tassara, cuestionó que “estas partidas no se distribuyen según las pautas habituales, que toman como parámetro número de alumnos, de docentes y de investigadores. Tienen otros criterios”.
Otro rector de una universidad del interior, indicó a Clarín: “Las asignaciones presupuestarias del gobierno de Cristina Fernández a las Universidades Nacionales respondieron a la alineación política de las autoridades que estaban al frente de la gestión universitaria. Mientras, universidades nacionales sin alineamientos con el kirchnerismo resultaron sistemáticamente perjudicadas”.
Entre 2003 y 2015 se crearon 7 universidades en el Conurbano, que se sumaron a las 6 que había fundado el menemismo en los ‘90. En pleno período de expansión de la oferta académica universitaria, hubo espacio para casos de “nepotismo académico”.
Se dio en la Universidad Nacional del Oeste, creada por ley en 2009, a partir de la influencia del histórico intendente de Merlo, Raúl Othacehe. Entonces, el jerarca atravesaba por un romance político con el oficialismo y consiguió ubicar en el rectorado a su hijo, Martín Alfredo.
Después el alcalde se alejó del kirchnerismo, pasó al FR y volvió a mediados de 2015 al rebaño del FpV. Esas oscilaciones políticas terminaron en la derrota en las urnas y también perdió privilegios universitarios: quedó fuera del reparto de “programas” y es una de las que tendrá presupuesto 2016 con incremento menor al promedio general.
Según un informe que elaboraron en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) que agrupa a los rectores de todo el país, el reparto a discreción de dinero por “programas” fuera del presupuesto constituye una caja que incrementa los recursos hasta en más de la mitad de lo que otorga el Congreso por ley.
Pero, esas partidas tienen preferencias entre las casas de estudio que se ubican cerca de la General Paz.
El estudio determinó que la Universidad de Avellaneda consiguió 63% más de dinero que lo repartido por el presupuesto en 2015; la de Jose C Paz un 49% más; la de Moreno un 30%; la Arturo Jauretche de Florencio Varela un 21% por encima y la de San Martín obtuvo 20% adicional gracias al envío directo de dinero del Ministerio de Educación.
La amplitud y variedad de los programas permite a las universidades usar ese dinero para fines diversos. Hay denuncias por la utilización de instrumentos universitarios para “tercerizar servicios” y contratar agentes que luego se desempeñan en otras dependencias oficiales.
La Universidad de Tres de Febrero (UNTREF) contrató a artistas para que actúen en festivales auspiciados por el oficialismo. Un acuerdo firmado por la UNTREF y el ministerio de Planificación que en toda la era kirchnerista manejó Julio De Vido, habilitó la contratación de personal que se desempeñó en el Centro Cultural Kirchner (CCK) y hasta permitió llevar asistentes a la señal de cable deportiva DPTV.
Todo formaba parte de un amplio convenio de “cooperación” entre ambos organismos. Y para eso, De Vido derivó 214 millones de pesos, desde que se suscribió en noviembre de 2014.
La Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHur) se votó a fines de 2014 junto con otras casas de estudios superiores promovidas por legisladores “K”: Rafaela (Santa Fe), avalada por el ex jefe del bloque de diputados K, Agustín Rossi; la Universidad Raúl Scalabrini Ortiz (San Isidro), Alto Uruguay (Misiones) y la Guillermo Brown (Almirante Brown).
Según explicaron a Clarín en el despacho de Jaime Perczyk, flamante rector de la UNAHur y Profesor Nacional de Educación Física, “las partidas son para la puesta en funcionamiento de la institución, compra de predios y construcción de los edificios. Todas las licitaciones son transparentes y están publicadas en la página web. La pileta climatizada forma parte del proyecto del profesorado de Educación Física”, aclararon las autoridades.
Esta es una de las siete carreras que dictará esa universidad que comenzará la actividad académica en la segunda semana de febrero. Perczyk fue subsecretario del ex ministro de Educación, Eduardo Sileoni, y fue nombrado por una asamblea que se conformó en menos de tres semanas. Ese procedimiento institucional está en revisión del área jurídica de la SPU, dijeron fuentes del Gobierno.
“Todo se hizo en el marco de la ley de Educación Superior”, se defienden en la UNAHur. Hubo un último favor del kirchnerismo para las universidades del Conurbano: la asignación de recursos para en el presupuesto 2016.
Aunque la suba promedio para el sistema universitario fue del 33%, la de Jose C. Paz consiguió que el aumento para su caja alcance el 111%; la de San Martín recibirá un 74% más; la de Avellaneda un 67% superior; la de Tres de Febrero un 65%, la de La Matanza mejoro un 55% con relación al año anterior y la Arturo Jauretche, un 51%.
“Esos aumentos van en su mayoría destinados a sueldos, como el caso de la de José C. Paz, que prevé utilizar el 99% del presupuesto en pago de salarios. O sea, no se destinan los fondos a mejorar la calidad educativa sino a incrementar la plantilla de personal” analizó un rector de una casa de estudios de las “tradicionales” que quedó relegada en el reparto.
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