SOCIEDAD
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- Ya lo habíamos adelantado en Urgente24 días atrás. La temporada es mala. Ahora hay información y datos que confirman esa presunción cuando afirmábamos que la recaudación no sería la prevista por un cóctel de política de precios, seguridad y confort.
Ahora se sabe que la ocupación hotelera se derrumbó al menos un 30% con relación a 2015 y convirtió a la temporada en la peor de la última década.
La incertidumbre económica, los altos precios y la alternativa muy tentadora, como Brasil con precios muy accesibles, complicaron las posibilidades de la Costa.
Mucha gente eligió pasar las fiestas junto al mar pero, una vez finalizado el primer fin de semana del año, emprendió el regreso a sus hogares y casi todos los destinos preferidos para las vacaciones de los argentinos quedaron menos poblados con relación a las temporadas anteriores.
Los entes oficiales marplatenses reportaron al Diario Popular una ocupación hotelera del 70% y una recorrida por los lugares neurálgicos de Mar del Plata demuestra claramente que esa cifra es exagerada.
El presidente del Colegio de Martilleros de Mar del Plata, Miguel Angel Donzini, confirmó que en realidad “en la ciudad hay un 50 por ciento de ocupación, lo que representa un 20 por ciento menos que en la misma franja del año pasado”.
Donzini explicó que “los turistas son muy fluctuantes, se está dando el caso de que la gran mayoría viene por cinco o siete días”.
Así, las playas a medio poblar, las calles sin embotellamientos y la posibilidad de ingresar a cenar sin hacer cola incluso en los habitualmente colmados restaurantes del puerto resultan un claro muestreo de la decadencia en cuanto a la afluencia de turistas, indicó el diario El Cronista.
Entre los motivos que explican este panorama “no hay que poner como excusa la inestabilidad del clima”, dijo Augusto Digiovanni, gerente comercial del Parador B-12, emblemático balneario del Complejo Punta Mogotes.
“Por un lado existe desde hace un tiempo un abuso de parte de los comerciantes y propietarios que en un principio quisieron fijar precios muy elevados, con aumentos injustificados en relación a lo que fue la temporada anterior, en algunos casos, de 60 por ciento o más. Y la gente rechaza todas esas cosas”, dijo.
En ese sentido, Manolo’s, la casa de comidas que se hizo famosa por sus exclusivos churros, se vio en la obligación de salir a fijar el precio de sus productos; la docena de churros, en la casa central, tiene un valor de 72 pesos.
Sin embargo, en distintos lugares de la ciudad se llegó a ofrecer esa misma cantidad por 120 pesos, motivo que obligó a la firma a hacer públicos los valores para alertar al público de los excesos.
Algo parecido ocurrió con los alquileres: durante los meses de octubre y diciembre, más precisamente después de conocerse el resultado de las elecciones, los propietarios solicitaron valores desmedidos por las viviendas.
Eso redujo considerablemente el número de reservas y provocó que algunos decidieran esperar el momento del viaje para negociar el precio del alquiler y que muchos otros optaran por ir directamente a las playas de Brasil.
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