EL BONAERENSE / OPINIÓN
por EDGAR MAINHARD
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal debería preguntarse por qué motivo, cuando los por entonces prófugos Martín y Cristian Lanatta y Victor Schillaci, se cruzaron con el oficial Fernando Pengsawath (22) y la sargento Angelina Lucrecia Yudati (33), en la localidad de Ranchos, cabecera del partido de General Paz, pudieron enfrentar y herir con facilidad a ambos policías bonaerenses.
Pengswath y Yudati no integraban un minioperativo de control vial, tal como publicaron algunos medios. En verdad,ellos eran el minioperativo. Si bien las normas de procedimiento en la Policía Bonaerense establece que un minioperativo debe realizarse con 4 efectivos (1 escopetero + 3 efectivos), la Bonaerense salta sobre sus propias reglas y realiza esas intervenciones con 2 efectivos.
La diferencia convierte en ineficiente la acción preventiva de control. Incumplir con los 4 efectivos, por ejemplo, convierte en testimonial la ambición de seguridad.
Podría resultar apenas una anécdota pero ocurrió en una situación crítica para la Administración Vidal, que llegó en forma tardía tanto a la intervención del Servicio Penitenciario Bonaerense como a otra purga de la Policía Bonaerense.
La triple fuga de la cárcel de General. Alvear puso a prueba todo el sistema, tan ineficiente que los prófugos recapturados por la Policía de Santa Fe pudieron vulnerar el escudo armado por la Bonaerense para que no salieran del territorio provincial.
Hay más anécdotas acerca de la Policía Bonaerense modelo 2016:
- a menudo los policías apostados en bancos tienen sus armas largas cargadas con postas de goma, no munición de plomo;
- los patrulleros marca Toyota que fueron incorporados en 2015 no tienen blindadas sus puertas;
- muchas de las municiones en las armas de puño se encuentran vencidas: hay balas en uso del año 1979...
- Urgente24 pudo entrevistar a un comisario que llegó a ese cargo y nunca disparó un arma de fuego;
- hay personal de calle con más de 20 años de antigüedad que no asistieron más de 2 veces en su vida a un polígono de tiro;
- los efectivos de la nueva policía o policía comunal, tan promocionada meses atrás, salieron al servicio con apenas 1 práctica de tiro... etc. etc. etc.
En ese contexto, resulta sorprendente que Vidal haya considerado tan valorable la gestión de Alejandro Granados al frente del Ministerio de Seguridad bonaerense que autorizara una continuidad en el inicio de la gestión de Cristian Ritondo.
De todos modos, evaluando la actuación de Patricia Bullrich y Eugenio Burzaco en el Ministerio de Seguridad de la Nación, es posible aumentar la preocupación y concluir que tampoco Mauricio Macri/Marcos Peña tienen ideas muy concretas acerca de una política de seguridad.
El ministro Francisco Cabrera, quien fue presidente de la Fundación Pensar, dijo horas atrás por el canal TN (Grupo Clarín) que se habían preparado mucho para la gestión del Estado. Es bueno que lo aclare porque una considerable porción de la opinión pública considera que o la Fundación Pensar -el 'think tank' del PRO para la formación de dirigentes y construcción de políticas- ignoró el capítulo Seguridad en su agenda (obsesionados por una agenda economicista) o es bastante cuestionable la supuesta idoneidad de la Fundación Pensar.
En cualquier caso pareciera que Cambiemos desconocía, hasta ahora, que la inseguridad y el narcotráfico son la demanda N°1 de la sociedad (es más: fue el motivo del triunfo de Vidal) y es clave para la gobernabilidad.
Es bien diferente la calidad de vida en Ciudad de Buenos Aires que en gran parte de la Provincia de Buenos Aires, donde hay funcionarios públicos, incluyendo a integrantes y ex integrantes del 'aparato' de seguridad, que integran asociaciones ilícitas, contra quienes tendrá que luchar Vidal si pretende modificar alguna porción del 'statu-quo 'heredado.
Alejandro Granados defendió la continuidad de ese 'statuo-quo'. Su obsesión fue ordenarlo/maquillarlo para reducir su exposición pública, y así continuar con usos y costumbres que, por supuesto, incluían, según se dice, las recaudaciones de dinero 'negro' a cargo de los comisarios, quienes lo coparticipaban con funcionarios políticos de 1er. nivel.
Es compatible con ese interés que tanto la Policía Bonaerense como las policías municipales de Granados sean fuerzas de seguridad de juguete, tal como quedó demostrado en la triple fuga.
Tanto la gobernadora Vidal como su ministro de Seguridad no deben ignorarlo. Y por ese motivo necesitan revisar los acuerdos con Granados que garantizaron una supuesta 'continuidad' que no le sirve ni a Vidal ni a Ritondo.
Ni hablar de que el enrolamiento policial bonaerense de integrantes tanto del Movimiento Evita como Barrios de Pie -tan presente su filial Ezeiza en todos los actos de Granados- requiere un análisis exhaustivo.
La Policía Bonaerense de Daniel Scioli-Mario Montoto-Alejandro Granados fue uno de las lastres que cargó el Frente para la Victoria en Provincia de Buenos Aires.
La beneficiaria fue Vidal, y ella debería meditar, si es que no lo hizo, acerca de los motivos de su triunfo... para que no se transforme en derrota.
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