Por 2do día consecutivo, Héctor Recalde tuvo que salir a bajarle el tono de los rumores sobre una eventual fractura del bloque que conduce en la Cámara de Diputados: el Frente para la Victoria.
Sin embargo, Recalde expuso nuevamente las divergencias dentro de la otrora bancada oficialista y las presuntas presiones que amenazan su unidad.
"Es posible que algún compañero tenga una lectura diferente”, dijo, a la vez que mencionó "intereses exógenos"que buscan la ruptura. Puntualmente, se refería "medios hegemónicos” que "hace mucho tiempo están hablando de división”.
Un día antes, el abogado laboralista marcó diferencia explícita con La Cámpora, una especie de sub-bloque 'duro' dentro del FpV, al asegurar que, a diferencia de ellos, no "votaría todo en contra" en cuanto a los proyectos del Gobierno.
De todos modos, Recalde buscaba este martes sobreponerse a la renovada versión sobre partidas inminentes del exbloque K. Se mencionó que un grupo de entre 15 y 20 diputados formarían su propia bancada.
Se trata de una representación de la línea "territorial" del peronismo. Es decir, que responden a gobernadores e intendentes con necesidad de un buen vínculo con la Casa Rosada para obtener financiamiento que faciliten sus gestiones.
De acuerdo a la agencia DyN, citando a una fuente parlamentaria, el futuro bloque estará integrado "por más de 15 legisladores" e incluiría a representantes de "Salta, Jujuy, La Rioja, Buenos Aires, Chaco, Santa Fe, Catamarca y posiblemente Tierra del Fuego".
Hasta el momento las fuentes sólo anticiparon que en el nuevo bloque estarán los diputados que responden al gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, y los bonaerenses Diego Bossio y Oscar Romero.
Desde el "cristinismo", en un intento por despejar fantasmas, Diana Conti adjudicó el rumor a "un deseo macrista". La versión circula en la víspera de una reunión del bloque del FpV y de otra del Congreso Nacional del PJ, este miércoles, donde se definiría el calendario de las elecciones partidarias.
De concretarse, la fuga no sólo representaría la efectiva pérdida de la influencia de la expresidente Cristina Fernández sobre un peronismo que supo domesticarse bajo su conducción cuando estaba en el poder, sino además la amenaza real de que el FpV pierda su condición de 1ra minoría en la Cámara de Diputados.
En el mejor de los casos -de confirmarse la versión- el exoficialismo quedaría con unos 80 diputados, por debajo de los 90 que puede exhibir Cambiemos (el actual oficialismo), que suma al PRO, la UCR y la Coalición Cívica, de Elisa Carrió.
En el Senado, en tanto, las voluntades del peronismo están más asociadas a los "territoriales", más allá de algunas diferencias, como la que plantearon 15 legisladores del FpV al criticar la decisión de la presidente de la Cámara Alta, Gabriela Michetti, de dar de baja a 2.035 empleados, una situación con la que el titular del bloque, Miguel Pichetto, se había mostrado comprensivo.
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