POLÍTICA / ECONOMÍA COMPLICADA
Día de San Cayetano, y un gran debate sobre el empleo/desempleo, estadística que siempre refleja el verdadero estado de la Economía. El otro dato letal es el del poder adquisitivo de la moneda nacional, que establece la capacidad de compra del salario. El resto es "piripipí" para la mayoría de los ciudadanos.
La expresión de fe popular en el templo de la calle Cuzco al 100, en el barrio porteño Liniers, es el termómetro del desempleo, y lleva por lema "San Cayetano necesitamos tu abrazo de amor para seguir caminando". La misa central es presidida por el cardenal Mario Poli.
El papa Francisco envió días atrás una carta en la que recordó "conmovido" los 7 de agosto en Buenos Aires, cuando él oficiaba la misa en Liniers, y bendijo a los fieles que peregrinan a los más de 50 templos en todo el país dedicados al santo para "pedir pan y trabajo o para agradecer el hecho de que no les falte".
En la misiva que remitió al presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo, el pontífice advirtió también que los índices de desocupación siguen siendo "significativamente altos" en el país y destacó la importancia que conlleva ganarse el pan trabajando.
En el contexto de la fiesta religiosa, organizaciones sociales, políticas y sindicales, realizarán una marcha desde las inmediaciones del santuario hasta la Plaza de Mayo para reclamar medidas contra la inflación y el aumento de tarifas: unos 50 jóvenes de los movimientos populares ingresaron al templo alrededor de las 9:00 para recibir una bendición antes de iniciar la marcha.
El Instituto de Estudios de Consumo Masivo (Indecom) estimó que más de medio millón de personas acudirán este año a los diferentes santuarios de San Cayetano, cifra que de confirmarse será la mayor en 25 años.
Ahora, algunos datos para analizar el escenario, en el marco de la convocatoria de católicos apostólicos romanos en la iglesia de Liniers dedicada a la memoria del clérigo italiano fundador de la Orden de Clérigos Regulares Teatinos.
Germán Berizzo, lector de Urgente24, desde San Carlos de Bariloche:
La calle está siendo ocupada por miles de argentinos que protestan por la suba de la energía.
Independientemente de que los precios actuales resultan muy duros de pagar, no debe dejar de analizarse que existen otras razones precedentes que hacen que lleguemos a esta situación.
Me he tomado el trabajo de rastrear algunos precios de productos de alimentos, valores de energía, algo de transporte y comparar sueldos y jubilaciones de fines de la convertibilidad y de los primeros años post-convertibilidad.
Vamos al ejemplo de una señora que en 2001 percibía una jubilación de $ 850. Equivalentes a u$s 850. En 2015, esa persona cobraba $ 10.000 (u$s 1.100).
A continuación, presento una tabla de la capacidad de compra de la misma persona en 2001, 2008 y 2015, antes de la salida del cepo cambiario.
Como puede apreciarse, la capacidad de compra de energía se aproxima a la capacidad de compra previa a la salida de la convertibilidad. En el medio, se puede apreciar el regalo de energía que vivió el país y que mató la producción y la inversión en infraestructura energética.
Pero lo que realmente ha ocurrido es que la capacidad de compra de alimentos (Y supongo que esto está acompañado por la pérdida de capacidad de compra de los demás rubros) se ha reducido en un 30%, producto de los constantes desaciertos económicos de la gestión Kirchner.
En consecuencia, lo que hoy sufre la sociedad es que debe destinar entre un 30 y un 40 % más de recursos para alimentarse, vestirse, transportarse, educarse y vivir que durante la convertibilidad, lo que le hace imposible enfrentar los costos de energía, que, de por sí, ya eran más razonables durante ese período.
La sociedad, en lugar de protestar de modo infantil por este sinceramiento de precios de la energía, debería realizar un profundo análisis respecto de lo que votó durante doce años y hacerse cargo de que, no sólo votó pésimo, sino que le complicó la vida a los que, adecuadamente informados, jamás votaron al grupo de delincuentes que destruyó buena parte de la matriz productiva de nuestro cada vez más precario país.
Y como la historia se repite como tragedia, no sería raro que en las próximas elecciones de medio término, para castigar al gobierno, la gente vote masivamente a sus históricos violadores, haciendo que el plan de regularización de este bastante precario, pero no ladrón gobierno, fracase estrepitosamente y nos vuelva a sumir en una crisis parecida a la del 2001.
Una vez más, el PJ hace la fiesta y la paga el resto. Lo malo es que mucha gente quiere más fiesta.
Dios nos ayude.
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