CLAVES / ELECCIONES EN LA ONU
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Calibar). Para muchos fue una sorpresa el resultado positivo logrado porSusana Malcorra en la votación del pasado 5 de agosto en la carrera para ocupar la Secretaría General de la ONU.
A pesar de que estas compulsas son secretas, trascendió que pasó de estar entre los últimos tres candidatos en la oportunidad anterior, al tercer lugar en ésta, con 8 votos de “acuerdo” (a favor), 6 “desista” (en contra) y 1“abstención” (neutro).
Mucho mejor que el 7-4-4 de la primera vez.
Ahora Malcorra fue superada solo por 2 hombres: el portugués Antonio Guterres (11 votos a favor), y el serbio Vuk Jeremic (8 votos a favor). Una gran elección, que la posiciona muy bien para la próxima.
Surgen dos novedades principales.
La primera, es que Susana Malcorra fue la mujer más votada, incluso más que la búlgara Irina Bokava, hasta entonces la preferida, que, mientras en la votación anterior había sobrepasado a nuestra Canciller, ahora obtuvo solo 7 votos favorables.
La segunda novedad es que ahora Malcorra sumó 6 votos negativos, 2 más que la vez anterior, lo que provoca algunos interrogantes que iremos develando.
Esta nueva situación permite discernir dónde está la oportunidad y cuál es –en rigor, sigue siendo- el mayor riesgo para Malcorra.
La oportunidad es clara y se relaciona con la demanda de que una mujer ocupe, por primera vez, el principal sitial de la ONU.
Malcorra, al ser la mujer más votada, tiene ahora una ventaja crucial que antes no tenía, y que seguramente aprovechará en su campaña. Recientemente, Malcorra declaró al diario Clarín que “El voto de las mujeres está mucho peor que el voto de los hombres”, y agregó que de los 15 miembros, “el Consejo de Seguridad tiene una sola mujer en este momento” (Clarín, 14/8/16).
Se sabe, éstos son los que proponen a la Asamblea General al candidato para el máximo sitial de la ONU.
En la mencionada nota nuestra Canciller se queja por la ausencia de un criterio de balance y paridad de género en la elección que la tiene como principal candidata mujer. El riesgo para Malcorra sigue siendo, según nuestras fuentes, la oposición de Rusia.
Como miembro permanente del Consejo de Seguridad, el voto negativo ruso equivale a un veto.
Malcorra sumó evidencias acerca de la posibilidad de que entre los votos negativos que cosechó, uno fuera un veto, al sostener en la misma nota de Clarín que “Todavía hay un voto sesgado en contra de las mujeres”.
Además, con esta declaración nuestra Canciller sinceró su nueva estrategia de campaña para el futuro próximo:para revertir el veto, intentará instalar que el veto es, en realidad, una manifestación de misoginia, es decir, que no va en contra de su persona, ni del país, sino que expresa desconfianza hacia las mujeres en general y, por lo tanto, hacia ella en particular.
Ahora bien, si el veto fuera el ruso, habría que preguntarse si el argumento de la misoginia al que apela nuestra Canciller resultará suficiente para preocupar a Putin y lograr revertir su voluntad.
A pesar de que la estrategia de apelar a la condición de género resulta conveniente, podría ser insuficiente para derribar el veto de Rusia, cuya diplomacia considera a Malcorra como la candidata de los Estados Unidos, en momentos en que la relación entre estos 2 países está signada por diferencias profundas.
Las visitas a nuestro país del Presidente Obama y, recientemente, del Secretario de Estado, Kerry, seguramente contribuyeron a reforzar esta visión de los rusos.
Como dijimos en nuestro informe número 5 del 14 de junio pasado, titulado “Macri, Malcorra y el regreso de la Realpolitik”, el promocionado llamado telefónico de Macri a Putin tuvo como propósito, en realidad, generar entre ambos un vínculo hasta entonces débil con miras a convencer al líder ruso de apoyar –o al menos de no vetar- a nuestra candidata.
Todo indica que, hasta ahora, el intento no tuvo el éxito esperado. Algunos analistas internacionales sostienen que la diplomacia rusa no asimiló aún la caída en la relación entre nuestros países durante la actual gestión, que se contrapone con la intensidad que tuvo en los años de Cristina Kirchner.
Como dijimos, en la última votación Malcorra sumó 1 voto a favor pero también 2 más en contra respecto de la anterior.
Algunos sostienen que uno de los nuevos votos contrarios provendría del Reino Unido, aumentando de esta manera el número de vetos a 2. Sin embargo, una importante fuente de nuestra cancillería nos informó que, por el contrario, dicho país no votó en contra y que incluso podría votar a favor en las próximas compulsas.
Pero también es posible que el Reino Unido prefiera apoyar al candidato Antonio Guterres, cuyo país de origen –Portugal-, además de pertenecer a la OTAN, mantiene desde hace siglos una alianza férrea con la corona británica.
En este caso, a Malcorra le bastará con obtener el no veto inglés, que nuestra diplomacia da por seguro.
En cualquier caso, Malcorra ha seguido una estrategia de posicionamiento y de acuerdos eficaz, que le permitió no solo revertir ampliamente los magros resultados de la primera ronda sino, además, ser la mujer más votada. Quedan obstáculos serios por resolver. Al final de cuentas, surgirá como ganador el candidato más votado que no haya recibido algún veto por parte de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad.
En el caso de que surjan vetos cruzados para los candidatos con chances de ganar, el resultado final requerirá de un acuerdo entre las cinco potencias. Todo puede pasar; Malcorra conserva sus chances. Las especulaciones acerca de quien ocupará la Cancillería en el caso de que Malcorra asuma en la ONU han quedado, por ahora, diferidas.
Ella ha dicho públicamente que seguirá siendo Canciller de nuestro país si el resultado es adverso.
Por lo que sabemos, Macri no tiene ninguna intención de cambiarla. El Presidente cree que, aunque Malcorra no logre su premio mayor, su gobierno habrá ganado porque la campaña servirá para promocionar entre los demás países la nueva administración y las políticas que está llevando adelante.
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