JUSTICIA / ACTUALIDAD
Por IVÁN RUIZ / LA NACION
Eduardo Freiler, un juez de amplios lazos con el kirchnerismo, fue destituido hoy por el jurado de enjuiciamiento. El tribunal consideró por mayoría que el magistrado incurrió en mal desempeño por su abultado crecimiento patrimonial, motivo por el cual fue desplazado de su cargo.
"Freiler no honra el cargo de juez. Freiler no es un juez probo", dijo el jurado de enjuiciamiento, que leyó la resolución final ante la ausencia del magistrado.
La votación fue contundente: seis votos a favor de su destitución, un voto en contra.
La diputada Diana Conti fue el único voto que acompañó al camarista; el resto del jury se pronunció a favor de la acusación realizada por los consejeros oficialistas Pablo Tonelliy Miguel Piedecasas, que señalaron un incremento patrimonial injustificado de Freiler superior a los $20 millones.
Votaron a favor de la destitución de Freiler la jueza Ines Cantisani, el juez Armando Márquez, el senador Walter Barrionuevo, la senadora Silvia Giacoppe, el diputado Hugo Marcucci y el abogado Raúl Piaggio (con disidencias parciales).
El oficialismo lo festejó.
El consejero Piedecasas y Juan Bautista Mahiques se fundieron en un abrazo. Se sumó Tonelli, otro de los acusadores. "Logramos demostrar que el ex juez Freiler es un corrupto que no puede justificar sus bienes ni su nivel de vida, por eso había que apartarlo", sostuvo Tonelli.
Freiler es el primer juez que el oficialismo logró destituir en estos dos años del gobierno de Mauricio Macri, aunque con las investigaciones en el Consejo de la Magistratura forzaron la renuncia de los jueces federales Norberto Oyarbide, Carlos Rozanski y José Charlin.
Freiler fue protagonista en los últimos años de fallos que generaron polémica, como el rechazo de la denuncia de Alberto Nisman o el desplazamiento del juez Claudio Bonadio del caso Hotesur, una investigación que todavía complica a la familia Kirchner.
El talón de Aquiles del magistrado fue la compra de una mansión blanca frente la quinta presidencial de Olivos, una operación revelada por LA NACION el 30 de agosto de 2015, que le resultó imposible justificar con su ingreso como camarista federal.
Freiler pagó apenas $2.8 millones por la propiedad, pero el magistrado sólo tuvo que desembolsar $1.6 millones. ¿El resto del dinero? Tomó un crédito hipotecario de $1.2 millones con la financiera Inversora Callao para culminar la operación, dinero que hasta la actualidad -tres años después- nunca devolvió.
El valor de mercado de la casona blanca, sin embargo, es superior al millón de dólares, según fuentes inmobiliarias que consultó este diario.
El juicio político a Freiler atravesó un largo derrotero.
Fue aprobado con polémica por el Consejo: el oficialismo jugó al límite del reglamento para aprobar su juicio político en el Consejo. La oposición cuestionó la votación, con amenazas y planteos sobre la legalidad del proceso por la seguidilla de acontecimientos que culminaron con el juicio político: un fallo que se ejecutó el día previo al plenario, la jura de un nuevo miembro que se demoró cuatro horas y un cambio en el orden del día.
El oficialismo aprovechó así la salida del consejero Ruperto Godoy y aprobó el dictamen acusatorio sin esperar a su sucesor.
El juicio político tuvo un trámite exprés. El camarista se encontró de entrada con un escenario adverso que rechazó todos sus planteos por seis votos contra uno, un preludio de lo que ocurrió esta mañana. El jurado de enjuiciamiento, finalmente, destituyó tres meses después al juez Freiler por su enriquecimiento.
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