Por LUIS ALEJANDRO RIZZI - Abogado especializado en Derecho Comercio, con experiencia en la gestión del aerocomercio / U24
La alfombra puede servir de abrigo, adorno o para demostrar nobleza, lustre, prestigio, éste sería el caso de las “alfombras rojas”. Lo que probablemente nunca pensó el inventor o creador de la alfombra es que se la utilizaría para esconder basura. Y este parece ser el destino más trágico de la pobre alfombra.
Según se explica en todos los medios, esta idea de provocar el debate sobre el aborto, tuvo y tiene por finalidad desplazar, por un tiempo, la atención de la gente de la cuestión económica que se presenta complicada por la permanencia de la indomable inflación que data desde 1945 como dijo Natalio Botana y que además hizo y hace que la Argentina no tenga moneda, un símbolo propio de toda constitución económica, los economistas dirían “un fundamental” esencial.
Este círculo vicioso entre inflación y moneda meramente simbólica sigue siendo un desafío pendiente no ya de “Cambiemos” sino de la democracia argentina. Pero en vez de promover el pendiente y necesario debate económico sobre la inflación, se decidió el pasado día de los inocentes, ampliar las metas de inflación y ahora se optó esconderla debajo de la alfombra, con el tema del aborto, como si de ese modo se resolviera la cuestión.
La verdad sea dicha, el gobierno ahora sumo dos debates, uno explícito y el otro silenciado que difícilmente podrá controlar, el del aborto y el de la inflación.
Se fue Alberto Abad de la AFIP con todos los honores pero en la intimidad de muchos quedó la sensación que se fue herido por la difusión pública, por una mercenaria filtración, de algunos nombres que accedieron al blanqueo, de la familia Macri y otros cercanos al gobierno que habrían incomodado, especialmente, al presidente.
Asimismo otros arguyen que el tema Cristóbal López y OCA también pudieron sumarse, quizás el señor Abad se fue por todo eso o por otras razones plenamente comprensibles y justificables, pero la duda está.
Al margen de la ilegalidad de la filtración, cabe preguntarse “¿los hechos existieron?”. Y si realmente esos hechos existieron, esta suerte de “glasnost” que pretendió y pretende garantizar el gobierno, ¿no se ve un poco o mucho opacada? Otra cosa para ocultar debajo de la alfombra.
El nuevo titular de la AFIP, no parecería ser la mejor elección, pero al gobierno le agradan estos desafíos. En su momento en la Administración Nacional de Aviación Civil designaron a un especialista en diálisis (sic) y la verdad, bien no le fue, ya no está.-
Ahora, un ingeniero industrial que nada sabe de materia tributaria tendrá que ocuparse de la recaudación fiscal y de la reglamentación de las normas impositivas. Pero, como si esto fuera poco, tiene su patrimonio en el exterior y desde antes de asumir se excusó para atender y resolver los pedidos de planes de pago o moratorias del grupo Oíl (Cristóbal López) por su vinculación con los actuales “nuevos propietarios” (¿?)
Creo que ni Cristina hubiera tenido tanta puntería…
Lo divertido de todo esto es que ya las alfombras no esconden nada, todo se sabe, es difícil guardar secretos, pero Duran Barba sigue siendo escuchado y obedecido… y todos pensamos que lo que realmente esconden o cubren las alfombras son solo creíbles fantasías que alimentan el famoso “por algo será” célebre slogan de la turbia transparencia.
Ganar elecciones es importante, pero más importante es saber para que se ganan…
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