SOCIEDAD / ACTUALIDAD
Buenos Aires, 17 de abril de 2018. Greenpeace emprende una campaña que cuestiona la calidad del aire en la Ciudad de Buenos Aires. Activistas escalaron 23metros de altura y le pusieron una máscara de oxígeno a la famosa estatua de la alegoría de la república en la Plaza del Congreso exigiendo aire limpio y un transporte público basado en energías renovables.
¿Buenos? Aires Es la pregunta que surge desde la organización ambientalista luego de confirmar que la contaminación del aire en la ciudad supera los valores establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Además, señala que el sistema de medición de calidad del aire liderado por el gobierno porteño es insuficiente y deja por fuera contaminantes que representan un riesgo medioambiental para la salud.
Monumentos icónicos en ciudades como Londres, Berlín y Adelaide han sido intervenidos por Greenpeace con máscaras de oxígeno. Isaac Newton, la Reina Victoria, y Winston Churchill, todas estatuas emblemáticas, llegaron a ser testigos de los reclamos.
Hoy, la organización ambientalista llegó al monumento de los dos Congresos en la ciudad de Buenos Aires para exigirle al gobierno estar del lado de la salud de los ciudadanos.
Lo que fue una obra urbanística cuyo propósito respondía al pensamiento higienista de buscar lugares ventilados en la ciudad, actualmente se contradice con su creación ya que en la Plaza del Congreso se respira aire contaminado.
Ingo Boltz, coordinador de la campaña de Contaminación de Aire de Greenpeace, destacó: “Mientras el transporte público dependa de la quema de combustibles como el gasoil, respirar en la ciudad es una amenaza para todos.
Las cifras de la OMS son alarmantes, 7 millones de personas mueren anualmente en el mundo por la contaminación de aire” Según Greenpeace, el gobierno cuenta solamente con tres estaciones de medición, mientras que ciudades tan grandes como CABA en Latinoamérica cuentan con 10 o más.
Además, el sistema que mide el aire en la Ciudad deja por fuera contaminantes que representan un alto riesgo para la salud.
“Los combustibles de los vehículos motorizados, principalmente el de los colectivos, generan tóxicos perjudiciales para la salud. Entre los contaminantes dañinos se encuentra el dióxido de nitrógeno (NO2) y Materia Particulada (MP10 y MP2.5) que provocan enfermedades cerebrovasculares, cáncer de pulmón, enfermedades pulmonares e infecciones respiratorias, como la neumonía, entre otras”, señaló Boltz.
Ante este panorama, la organización ambientalista junto al Instituto de Química Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía (INQUIMAE) de la Universidad de Buenos Aires y el Conicet-CSC emprenden una investigación para medir la composición del aire y sus niveles de contaminación en la ciudad.
El estudio contará con la participación de los ciudadanos porteños en múltiples puntos de la ciudad. Fuente: greenpeace.org.ar
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