OPINIÓN / SUBSIDIOS
Por LUIS ALEJANDRO RIZZI Abogado especializado en Derecho Comercio, con experiencia en la gestión del aerocomercio. (U24)
Aldo Roggio puso al descubierto una de las posibles causas de los subsidios indiscriminados a la oferta de servicios públicos impuestos por el gobierno de los K, al declarar que el 5% de los ingresos que su empresa Metrovías recibía por ese concepto, regresaban al gobierno como “coima”.
La decisión de los subsidios indiscriminados tenía como objeto ampliar la base recaudatoria ya que si se hubieran dirigido solo a la demanda con una loable finalidad de “redistribución del ingreso”, el monto de la recaudación ilícita hubiera sido mucho menor.
Contamos con un promedio de 30% de pobres, medido por sus niveles de ingreso, va de suyo que el 70% del resto de los usuarios de servicios públicos de transporte no necesitaban de subsidio alguno.
Una brecha importante que la codicia delictual no podía despreciar.
No sabemos si esta operatoria ocurría con el resto de los subsidios que, pagaba el gobierno nacional pero será otra de las puntas que la Justicia deberá investigar.
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La pésima calidad de los servicios públicos restantes, hace presumir que los proveedores no recibían los subsidios compensatorios necesarios o bien que el gobierno no controlaba a los concesionarios y lo percibido era desviado a otros fines o bien que, una parte retornaban a los funcionarios del gobierno.
Es obvio que el gobierno anterior y el actual tuvieron y tienen los medios para precisar con bastante exactitud la situación de la gente para dirigir los subsidios a quien realmente los necesiten.
Ahora bien el gobierno “K” poco interés tenía en la administración correcta de los recursos del Estado y Roggio desnudó -si dijo la verdad- su hipocresía y perversión.
Lo imperdonable es que el gobierno actual no haya corregido esta perversión del subsidio indiscriminado a la oferta al asumir en diciembre de 2015 y recién en este último tiempo y cuando sus fuentes de financiamiento se agotaron, haya iniciado la depuración del sistema llevando el nivel tarifario de los servicios públicos –incluida la energía- a una mejor relación con el costo de prestación.
No cabe duda que, de todos modos, hay que trazar una diferencia.
El gobierno K lo hacía para incrementar su botín, lo que ahora salió a la luz, merced a la palinodia tardía de Roggio.
El gobierno de Mauricio Macri mantuvo la situación, con un costo fiscal del que ahora se lamenta, por carencia de idoneidad y voluntad política, escudados en la cobardía del gradualismo.
En un punto la Korrupción y la inhabilidad coinciden en el mal uso de los recursos públicos y siempre terminamos pagando los mismos, los 8 o 10 millones de contribuyentes.
Unos merecen el castigo por chorros, los otros por inútiles.
A Martin Luther King le preocupaba el silencio de los buenos, ahora nos debiera preocupar la falta de idoneidad de los decentes.
Tenemos que tener en cuenta que los gobiernos provinciales no pagaban subsidios y los precios de los servicios del transporte eran muy diferentes a los vigentes en el conurbano bonaerense y Ciudad de Buenos Aires.
No sé si era por virtud o más bien porque carencia de recursos.
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