miércoles, 31 de julio de 2019

GRAVÍSIMA DENUNCIA CONTRA UN GERIÁTRICO POR ANCIANOS DESNUTRIDOS

SOCIEDAD / FLORENCIO VARELA 

Imagen ilustrativa

Por NAHUEL MOLINA / EL QUILMEÑO-DIARIO POPULAR

Una gravísima denuncia contra un geriátrico privado de Florencio Varela se conoció en las últimas horas, luego de que una mujer, familiar de una abuela que estuvo alojada casi dos años en ese lugar, revelara que "hay ancianos con desnutrición que no llegan a los 40 kilos" y que, incluso, algunos de ellos "duermen con frazadas en el piso" por que hay superpoblación. 


 Karina Armendano lanzó durísimas críticas contra el geriátrico "Luz Divina", ubicado en la calle Villarino al 1600 en la localidad de Bosques, donde se encuentran alrededor de 80 abuelos.

En diálogo con POPULAR, la mujer reveló detalles de las irregularidades que advirtió durante el tiempo que su tía (del corazón) vivió en ese lugar.

"Tengo una tía del 98 años de la que me hago cargo, pero no tengo espacio en mi casa y PAMI la derivó a ese geriátrico", contó.

Armendano no dudó en acusar a las autoridades de la institución, a quienes incluso denunció penalmente por "abandono de persona". "Un día fui a visitar a mi tía y me encuentro con que casi no podía respirar, caminar y hablar. Como pudo, me contó que se había caído y con la punta del andador se golpeó el pecho. La miré y tenía un moretón debajo de una mama. Cuando consulto con el médico, me dijo que la había revisado y que no tenía nada grave, pero ni siquiera le había hecho una placa. La llevé a una clínica y me confirmaron que se había fisurado dos costillas", aseguró. 

"En febrero -agregó la mujer- la fui a visitar porque pronosticaban más de 40 grados de sensación térmica. Cuando llego, estaba abrigada con una camiseta de lanilla y pantalón largo. Además, se había defecado. En ese momento me propuse sacarla de ese lugar", remarcó.

Tras varios reclamos, Armendano pudo trasladar a su tía a otro geriátrico y se propuso hacer público "el maltrato" que, de acuerdo a sus dichos, sufren los abuelos allí.

"Pude hablar con varios abuelos y ex enfermeras que trabajaban allí, que renunciaron porque no aguantaban la situación. Así me enteré que hay abuelos desnutridos porque los dejan cuatro o cinco días sin comer. Otros duermen en el piso porque no tienen camas disponibles", enfatizó.

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