Deportes - COPA LIBERTADORES
Peñarol, es hoy
Los aurinegros buscarán en Liniers la clasificación a la final del torneo; con un empate o una victoria a partir del 2-1 clasifica en forma directa
Peñarol reconoció el miércoles el césped del Estadio José Amalfitani en el que este jueves enfrentará a Vélez Sarsfield, por las semifinales de la Copa Santander Libertadores. Lo hizo solamente durante una hora, bastante menos que lo de hace 14 días en San Carlos de Apoquindo, por órdenes del técnico Diego Aguirre, quien no quiso perderse el encuentro entre Santos y Cerro Porteño que disputaron la segunda semifinal en Asunción.
“Sí, quería verlos porque el que ganara puede ser un futuro rival”, explicó el técnico a El Observador.
Los jugadores se movieron en espacios cortos y, al igual que en Santiago, no patearon penales. Es que Aguirre no quiere mostrar nada a los rivales y anoche había bastantes allegados a Vélez Sarsfield.
“Sí, quería verlos porque el que ganara puede ser un futuro rival”, explicó el técnico a El Observador.
Los jugadores se movieron en espacios cortos y, al igual que en Santiago, no patearon penales. Es que Aguirre no quiere mostrar nada a los rivales y anoche había bastantes allegados a Vélez Sarsfield.
A su vez, Aguirre dialogó extensamente cerca del círculo central con el presidente carbonero, Juan Pedro Damiani, algo que ya vienen realizando desde hace algunos encuentros previos en el exterior.
Muchos dirigentes –cada vez son más– se volvieron a acercar a la delegación en la cancha. También estuvo Fernando Morena, quien bromeó con varios futbolistas carboneros.
“Los jugadores están muy tranquilos y concentrados en el partido”, dijo Aguirre a El Observador.
Vélez cumplió con el horario que le había cedido la cancha a Peñarol y el plantel mirasol reconoció entonces sin ningún inconveniente el césped del estadio en el que jugará hoy, el cual, al igual que el de San Carlos de Apoquindo, está cortado bien al ras para que la pelota corra muy rápido y está en buenas condiciones.
Peñarol se encontrará ESTE JUEVES con dos sentimientos abiertos de cara a la revancha por semifinales de Copa Santander Libertadores ante Vélez Sarsfield: por un lado, la esperanza de alcanzar la final, cosa que no ocurre desde 1987 cuando obtuvo el certamen ante América de Cali y, por otro, la gloria en caso de conseguir ese objetivo primario para pensar ya a futuro.
Tanto Diego Aguirre como Ricardo Gareca, los respectivos técnicos, no han tenido ningún problema en confirmar horas antes el equipo que saldrá esta noche al José Amalfitani. No hay secretos, no hay misterios y ambos se conocen muy bien.
Parte de la prensa argentina está asombrada de que el entrenador carbonero coloque el mismo equipo. “Pensamos que como salió a defenderse en gran parte del segundo tiempo en Montevideo, aquí en Buenos Aires, haría algo similar, quizá colocando más hombres en defensa”, señalaron dos periodistas de distintos medios a El Observador sin ocultar su sorpresa.
No será así. Tal como sucedió en Porto Alegre y en Santiago de Chile, Peñarol saldrá a proponer y Aguirre no quiere guardarse nada e irá en busca de un gol que obligue a su rival a convertir tres si quiere eliminarlo de la posibilidad de acceder a la final.
Gareca, por su parte, volverá a contar con Maximiliano Moralez en la mitad de la cancha, un jugador polifuncional, dinámico con la pelota y que se entiende de memoria con el uruguayo Santiago Silva cuando incursiona en ofensiva. En Montevideo, Moralez no pudo jugar debido a una contractura y su equipo lo sintió.
Muchos dirigentes –cada vez son más– se volvieron a acercar a la delegación en la cancha. También estuvo Fernando Morena, quien bromeó con varios futbolistas carboneros.
“Los jugadores están muy tranquilos y concentrados en el partido”, dijo Aguirre a El Observador.
Vélez cumplió con el horario que le había cedido la cancha a Peñarol y el plantel mirasol reconoció entonces sin ningún inconveniente el césped del estadio en el que jugará hoy, el cual, al igual que el de San Carlos de Apoquindo, está cortado bien al ras para que la pelota corra muy rápido y está en buenas condiciones.
Peñarol se encontrará ESTE JUEVES con dos sentimientos abiertos de cara a la revancha por semifinales de Copa Santander Libertadores ante Vélez Sarsfield: por un lado, la esperanza de alcanzar la final, cosa que no ocurre desde 1987 cuando obtuvo el certamen ante América de Cali y, por otro, la gloria en caso de conseguir ese objetivo primario para pensar ya a futuro.
Tanto Diego Aguirre como Ricardo Gareca, los respectivos técnicos, no han tenido ningún problema en confirmar horas antes el equipo que saldrá esta noche al José Amalfitani. No hay secretos, no hay misterios y ambos se conocen muy bien.
Parte de la prensa argentina está asombrada de que el entrenador carbonero coloque el mismo equipo. “Pensamos que como salió a defenderse en gran parte del segundo tiempo en Montevideo, aquí en Buenos Aires, haría algo similar, quizá colocando más hombres en defensa”, señalaron dos periodistas de distintos medios a El Observador sin ocultar su sorpresa.
No será así. Tal como sucedió en Porto Alegre y en Santiago de Chile, Peñarol saldrá a proponer y Aguirre no quiere guardarse nada e irá en busca de un gol que obligue a su rival a convertir tres si quiere eliminarlo de la posibilidad de acceder a la final.
Gareca, por su parte, volverá a contar con Maximiliano Moralez en la mitad de la cancha, un jugador polifuncional, dinámico con la pelota y que se entiende de memoria con el uruguayo Santiago Silva cuando incursiona en ofensiva. En Montevideo, Moralez no pudo jugar debido a una contractura y su equipo lo sintió.
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