Bajo nivel de equipamiento tecnológico en las escuelas
La baja calidad en la educación es un tema que sistemáticamente se viene poniendo en el tapete de la discusión política en tiempos de campaña preelectoral. La tecnología avanza a pasos agigantados, mientras que las escuelas argentinas parecen quedarse en el retraso y no subirse al envión tecnológico. Síntomas de una Argentina decadente
Hace años que la educación dejó de ser noticia por los altos niveles que tiene la misma, sino que es algo que se vuelve a poner en el tapete de la discusión global por el lamentable en el que la han sumergido décadas de políticas inexactas, que han sido acompañadas de un sinnúmero de reclamos por parte de la comunidad escolar y por la falta de respuestas de la clase política a un problema que viene de arrastre.
Mientras las escuelas se caen a pedazos, no hay calefacción en invierno ni refrigeración en verano, son los mismos profesores los que tienen que llevar las tizas para dar clase y tienen que funcionar como psicólogos y trabajadores sociales por las necesidades que pasa la gente; en el gobierno los fondos reservados aumentan, y no hay a quien pedirle explicaciones sobre el destino que se le dan a esos fondos, que en su mayor parte van a pagar la parte sucia de la política.
En las últimas décadas, y especialmente en la primera del siglo XXI, las tecnologías de la información y la comunicación han modificado sustancialmente las relaciones sociales, económicas, políticas y culturales de una proporción creciente de la humanidad. Formar parte de la sociedad, no estar excluido, implica cada vez con mayor fuerza poder participar activamente a través de las nuevas tecnologías, por lo que el acceso universal se convierte en una de las condiciones necesarias para una sociedad justa y democrática. Esta situación interpela al Estado, le otorga una nueva responsabilidad: la de preparar al sistema educativo para que forme a todos los niños, niñas, jóvenes y adultos en la utilización comprehensiva y crítica de las nuevas tecnologías.
Un estudio efectuado por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), denominado “Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en educación”, pone el acento en el tema del avance tecnológico en el ámbito educativo.
El trabajo, realizado por Florencia Mezzadra y Rocío Bilbao, sostiene que Una planificación consistente de la política educativa debería considerar dos miradas sobre el sistema educativo. Una, de corto y mediano plazo, que solucione progresivamente los problemas actuales del sistema, a fin de garantizar ciertos estándares básicos de equidad y calidad. Otra, de largo plazo, que piense en cómo debería ser la escuela del futuro, y en ese sentido proyecte los pasos concretos a realizar, y los recursos presupuestarios y tecnológicos que se debieran generar. Si bien este documento analiza fundamentalmente el presente, lo hace con una clara visión de futuro que lo atraviesa.
Imaginar esta escuela del futuro implicaría pensar en una educación mediada por las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. A priori podemos suponer que las escuelas tendrían en forma masiva acceso a conexión de banda ancha a Internet, contarían con computadoras y pizarrones digitales interactivos en las aulas. Desde allí se podrían ver documentales y películas, acceder a bibliotecas enteras, utilizar programas de simulación de experiencias de laboratorio, comunicarse con personas e instituciones de todo el mundo, entre otras cosas.
El rol docente también se vería transformado. Seguiría siendo clave en el proceso de enseñanza -ya que guiaría pedagógicamente el vínculo de los alumnos con las nuevas tecnologías- pero dejaría de ser el docente aquel que “brinda” o “muestra” la información sobre los contenidos del curriculum, disponibles en una serie limitada de libros o textos. En la escuela del futuro, el acceso a la información dejaría de ser unidireccional, y se accedería a ella desde diversas fuentes, con diferentes formatos y visiones, disponibles en el monitor de la computadora. Los alumnos aprenderían entonces, guiados por el docente, a buscar, seleccionar, clasificar, analizar y criticar esta información diversa, para convertirla en conocimiento genuino y crítico.
En la Argentina aproximadamente 80% de los alumnos asiste a escuelas con teléfono y radio; casi 90%, a escuelas con televisor; 74,2% con equipo de audio; 70,8%, con video reproductor, y solamente 26,5%, con proyector para realizar presentaciones. Además, el 48% de los alumnos en la Argentina no tiene acceso a computadoras en la escuela, 44% de las escuelas tiene equipos para alumnos sin conexión a Internet y, solamente 22%, a equipos con Internet.
Un país sin educación, es un país fácil de dominar y de someter, por lo que es una tarea pendiente por parte del Estado (y lo ha sido desde el regreso de la democracia allá por 1983), brindar todas las armas del conocimiento necesarias a la población, para que de esa manera el individuo se pueda desarrollar y crecer en la vida.CNA
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