Molinos y avícolas: Moreno ataca los 2 sectores que más apoyaron a los K
Los molinos fueron informados que la Secretaría de Comercio Interior, que comanda el polémico Guillermo Moreno, no les reconoce la millonaria deuda que el Estado contrajo con el sector. Dicen que solo ofrecen pagarles una tercera parte de lo adeudado. Sin embargo, no son los únicos perjudicados tras el cierre de la ex ONCCA, y "cambio de paradigma" anunciado por Amado Boudou. El sector avícola está en peor situación: Moreno ni siquiera les recibe los papeles. Así, el gobierno está incumpliendo la palabra empeñada con 2 de los sectores que más defendieron la política oficial.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- Tras la disolución de la ONCCA, y de que el polémico secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, tomara el control de los subsidios de ese ex organismo para manejar una caja de $ 2.144 millones, todo cambió. Amado Boudou había mencionado el "cambio de paradigma" durante el anuncio del cierre de esa oficina.
Pues, hay nuevas reglas y la industria molinera se desayunó con ese cambio esta semana cuando recibió la novedad de que Moreno no les reconocerá la millonaria deuda que el Estado contrajo con el sector, y apenas les ofrece pagarles una tercera parte.
La decisión de Moreno, que expone al Estado a juicios por sumas millonarias, está siendo comunicada desde el pasado lunes a los pocos molinos que recibieron el sello de "aptos" de parte de Comercio Interior. ¿Qué quiere decir? Pues que volvieron a presentar ante ese organismo todos los papeles necesarios para demostrar que eran justos acreedores de las compensaciones que la ex ONCCA dejó de pagarles. Se estima que a los molinos se les debe $ 2.000 millones.
Los otros grandes perjudicados con el cierre de la ex ONCCA, el sector avícola, está en peor situación. Según informa 'iEco', a ellos Moreno ni siquiera les recibe los papeles.
Por cierto, una peligrosa actitud del Gobierno para sus propios intereses ya que de esta manera está incumpliendo la palabra empeñada con 2 de los sectores que más defendieron la política oficial.
En efecto, Alberto España (molinos) y Roberto Domenech (avícolas) fueron de las pocas espadas que tuvo el kirchnerismo para enfrentar las críticas de la Mesa de Enlace.
Según sea el molino, Moreno les informa que utiliza una nueva fórmula para calcular las compensaciones y les extiende una liquidación que en el peor caso representa 30% de la deuda original y en el mejor se acerca al 40%.
"Ustedes ya ganaron demasiada plata", es su única explicación ante los molinos que cumplieron con la orden de vender la bolsa de 50 kilos de harina subsidiada a unos $47. Ahogados financieramente, los molinos aceptan. Aunque en todos los casos firmaron "en disconformidad", dejando abierta la puerta a una demanda judicial.
El lunes, habrá plenario de molinos para analizar el asunto.
Es que el recálculo efectuado por Moreno es por lo menos inconsistente y antojadizo por 3 razones:
1º: incluye pagos que la ex ONCCA llegó a publicar en el 'Boletín Oficial', pero no alcanzó a cancelar;
2º: no se puede legislar con efecto retroactivo, y
3º: no se publicó ninguna resolución que modifique la fórmula vigente para el cálculo de la compensación.
Frente a los hechos consumados, en la Federación de la Industria Molinera (FAIM), los grandes molinos se dividieron respecto de la conveniencia de seguir respetando los precios sugeridos por Moreno o salirse del sistema. Lagomarsino, Cañuelas y Cabodi dudaban. Cargill y el resto de los socios preferían desairar a Moreno. Pero la crisis era total en el segmento de pequeños y medianos establecimientos: sin espalda financiera, temían un cierre generalizado y decenas de despidos.
Pues, hay nuevas reglas y la industria molinera se desayunó con ese cambio esta semana cuando recibió la novedad de que Moreno no les reconocerá la millonaria deuda que el Estado contrajo con el sector, y apenas les ofrece pagarles una tercera parte.
La decisión de Moreno, que expone al Estado a juicios por sumas millonarias, está siendo comunicada desde el pasado lunes a los pocos molinos que recibieron el sello de "aptos" de parte de Comercio Interior. ¿Qué quiere decir? Pues que volvieron a presentar ante ese organismo todos los papeles necesarios para demostrar que eran justos acreedores de las compensaciones que la ex ONCCA dejó de pagarles. Se estima que a los molinos se les debe $ 2.000 millones.
Los otros grandes perjudicados con el cierre de la ex ONCCA, el sector avícola, está en peor situación. Según informa 'iEco', a ellos Moreno ni siquiera les recibe los papeles.
Por cierto, una peligrosa actitud del Gobierno para sus propios intereses ya que de esta manera está incumpliendo la palabra empeñada con 2 de los sectores que más defendieron la política oficial.
En efecto, Alberto España (molinos) y Roberto Domenech (avícolas) fueron de las pocas espadas que tuvo el kirchnerismo para enfrentar las críticas de la Mesa de Enlace.
Según sea el molino, Moreno les informa que utiliza una nueva fórmula para calcular las compensaciones y les extiende una liquidación que en el peor caso representa 30% de la deuda original y en el mejor se acerca al 40%.
"Ustedes ya ganaron demasiada plata", es su única explicación ante los molinos que cumplieron con la orden de vender la bolsa de 50 kilos de harina subsidiada a unos $47. Ahogados financieramente, los molinos aceptan. Aunque en todos los casos firmaron "en disconformidad", dejando abierta la puerta a una demanda judicial.
El lunes, habrá plenario de molinos para analizar el asunto.
Es que el recálculo efectuado por Moreno es por lo menos inconsistente y antojadizo por 3 razones:
1º: incluye pagos que la ex ONCCA llegó a publicar en el 'Boletín Oficial', pero no alcanzó a cancelar;
2º: no se puede legislar con efecto retroactivo, y
3º: no se publicó ninguna resolución que modifique la fórmula vigente para el cálculo de la compensación.
Frente a los hechos consumados, en la Federación de la Industria Molinera (FAIM), los grandes molinos se dividieron respecto de la conveniencia de seguir respetando los precios sugeridos por Moreno o salirse del sistema. Lagomarsino, Cañuelas y Cabodi dudaban. Cargill y el resto de los socios preferían desairar a Moreno. Pero la crisis era total en el segmento de pequeños y medianos establecimientos: sin espalda financiera, temían un cierre generalizado y decenas de despidos.
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