SOCIEDAD / C.A.B.A.
El brote de dengue ya es una realidad en toda la Argentina. Según informó el Ministerio de Salud, ya hay más de 15 mil casos confirmados en el país en lo que va del año y la cifra parece engrosarse en los próximos meses.
Sin embargo, hay un grupo de mosquitólogos que lleva casi dos décadas estudiando el comportamiento, el clima, los tiempos y los mecanismos de precaución ante la presencia del Aedes Aegypti y que sus estudios pueden ser de muchísima ayuda para aprender a evitar el contagio.
Se trata nada menos que del llamado Grupo de Estudio de Mosquitos (GEM), un conjunto de científicos y estudiantes de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que analiza desde 1996 el comportamiento del Aedes y otras variedades y conoce al detalle todas las fases de la vida del mosquito así como los lugares de mayor peligro de contagio.
"A fines de la década del 90 empezamos a registrar nuevas muestras de ese mosquito y desde entonces lo estudiamos. Se trata de analizar su bilogía y ecología, para estudiar luego cosas más específicas, como el comportamiento, su dinámica poblacional, su biología térmica, etc", le explicó a Infobae Nora Burroni, una de las principales investigadoras del GEM.
AMBIENTE Y ABUNDANCIA
El GEM realizó numerosas investigaciones sobre el Aedes Aegypti en el país y todavía mantiene en curso el desarrollo de tesis sobre otros aspectos de la vida del mosquito en la Argentina.
Una de sus principales líneas de investigación es la llamada ecología y dinámica poblacional del mosquitoportador del dengue en Buenos Aires.
En ese informe se indagó tanto en la dinámica temporal del mosquito, como en la dinámica espacial. Es decir, en cuál época del año se registran la mayor abundancia del animal y en qué zonas de la ciudad es donde se encuentran las poblaciones más grandes del Aedes.
"Durante los meses fríos, los mosquitos adultos no viven, pero sí quedan sus huevos, llamados huevos de resistencia. En octubre, algunos de esos huevos empiezan a soltar a las larvas y en el verano es el momento óptimo para el desarrollo de estos mosquitos. por eso, la mayor abundancia se registra entre los meses de febrero y marzo", detalló Burroni.
Según añadió Burroni, el hecho de que la mayor abundancia de mosquitos se registre entre febrero y marzo, se espera que el número de personas contagiadas alcance su pico entre los meses de marzo y abril.
Respecto a la dinámica espacial, los investigadores detectaron que los mayores registros de presencia del Aedes aegypti se dieron en zonas de la ciudad de Buenos Aires alejadas de los grandes puntos de urbanismo y con mucho espacio verde.
De tal manera, los barrios más afectados por la presencia del mosquito Aedes son Villa Lugano, Mataderos, Liniers, Villa Pueyrredón, Villa Devoto y una parte de Villa Urquiza.
"El Aedes es un mosquito urbano, domiciliario. Cumple todo su ciclo de vida dentro de los domicilios. Entonces, uno podría llegar a pensar que lugares más urbanizados deberían estar más poblados que otros. Sin embargo, hay otros factores que entran en juego.
Al estar un lugar tan urbanizado, hay menos espacios verde y menos lugares donde puedan encontrarse recipientes de agua estancada", analizó Burroni.
El estudio reveló que la mayor presencia del Aedes en Buenos Aires se da en regiones de urbanización intermedia, de uso residencial y de una menor densidad poblacional.
La otra línea principal de trabajo estuvo enfocada en los factores ecológicos que afectan a la persistencia y a la abundancia del mosquito. Así, se pudo detectar que la región templada de Buenos Aires es la que tiene una mayor abundancia del Aedes y que el incremento poblacional del mosquito depende también de las tasas de desarrollo, supervivencia de los estadios inmaduros, de la fecundidad y la supervivencia de los adultos.
Por eso, es fundamental alcanzar una limitación del alimento de las larvas.
Concientización
Uno de los mayores desafíos para el grupo de científicos de la UBA es la concientización a la gente, ya que los propios ciudadanos son los responsables de la producción de criaderos del Aedes aegypti en sus propias casas.
"Este tipo de criaderos no conoce condición social, niveles económicos ni nada. Yo he visitado casas que estaban pulcras, sin una marca de suciedad, pero en el medio de la mesa tenían un potus con agua y ahí estaba lleno de larvas del Aedes.
La gente tiene que saber que cualquiera, por más que sea rico y tenga una mansión, puede albergar una zona óptima para la reproducción del mosquito. Mucha gente no te deja entrar a sus casas y tienen que entender que pueden estar perjudicando a su familia y a sus vecinos", explicó Burroni.
En principio, el GEM continúa con el desarrollo de varias tesis respecto al mosquito del dengue: desde el análisis de la ecología invernal del Aedes hasta la distribución del mosquito en la provincia de Buenos Aires.
"Este es un brote fuerte y está siendo observado por distintos mosquitólogos, no solo argentinos, sino también de la región. Hay que cuidarse de no contagiarse y también cuidarse de no generar criaderos", añadió Burroni a Infobae.
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