Monseñor AGUSTÍN RADRIZZANI |
Los recientes sucesos de público conocimiento relacionados con José López y el monasterio de Nuestra Señora del Rosario de Fátima de General Rodríguez dejan, al menos, algunas cuestiones que requerirían de pronta explicación o que, como mínimo, tendrían que ser objeto de investigación en la causa.
Por un lado, y teniendo en cuenta el comunicado que ayer (14/06) difundió el arzobispo de Mercedes–Luján, monseñor Agustín Radrizzani, 'despegando' a la Iglesia Católica del monasterio del escándalo, cabe preguntarse: ¿quién responde, entonces, por el monasterio de Nuestra Señora del Rosario de Fátima de General Rodríguez?
Resulta imperioso rastrear quién está por detrás de este convento, en post de intentar desentrañar si existe alguna otra conexión tanto con López como con el kirchnerismo en general. Y además comprobar si existían otros intereses no espirituales/cristianos tras el mismo.
Recordemos que a pesar de que el convento se encuentra en territorio de la arquidiócesis de Mercedes-Luján, tiene un “gobierno autónomo”, según aclaró Radrizzani, quien además afirmó que el monasterio es una"Asociación Privada de fieles".
En ese lugar vivió el arzobispo emérito de la dócesis, Rubén Di Monte -a quien los ciudadanos locales apodaron “monseñor k”- luego de su retiro como jefe arquidiocesano, y hasta su fallecimiento en abril pasado.
Di Monte, como ya se ha dicho, tenía una estrecha relación con López, Julio De Vido y Néstor Kirchner. El religioso, que llegó a ser Arzobispo de Luján-Mercedes, se instaló en el convento en 2007, luego de renunciar a los 75 años por su edad.
“Ahí empezó el desfile de funcionarios”, dicen por lo bajo los vecinos de General Rodríguez, según el portal Big Bang. El mismo intendente de General Rodríguez, Miguel Darío Kubar, confirmó que López no era el único funcionario que visitaba a las monjas.
“Es conocido que tanto De Vido como Daniel Scioli frecuentaban este lugar en la época del intendente anterior. Aparentemente iban a visitar a alguien que residía en el monasterio”, precisó ayer, a Radio Continental, Kubar.
Las repercusiones por sus dichos no se hicieron esperar y Kubar salió de inmediato a minimizar el vínculo con Scioli: “Vino varias veces al distrito y tenía una amistad con Di Monte, por la cual se visitaban cada vez que estaba la carpa de la peregrinación, pero me aclararon que nunca visitó el monasterio”, dijo.
Sin embargo, no desmintió que De Vido (de quien López era el número 2 cuando estaba en Planificación) concurriera asiduamente al monasterio.
¿Por qué iban tan seguido López y De Vido al monasterio? ¿Iban acaso a confesar sus pecados? ¿O los motivaba algún otro interés?
Di Monte también supo cultivar un vínculo cercano con Néstor Kirchner y Cristina Fernández. El 26 de mayo de 2003, sólo un día después de su asunción, el ex presidente modificó la distribución del presupuesto nacional y demandó la ejecución del proyecto Basílica Nuestra Señora de Luján, una esperada reforma por Di Monte después de que el 13 de junio de 2000 se cayera una de las pesadas cruces de la fachada, ubicada a 110 metros de altura.
El por entonces arzobispo celebró la decisión política del matrimonio: “tengo que decir que nunca nadie hizo tanto en lo material por este monumento histórico que es el santuario de Nuestra Señora de Luján, desde 1935 en que se inaugurara hasta hoy, como usted y su gobierno”, fueron las palabras con las que Di Monte elogió a Kirchner en 2007 durante un acto en Mercedes.
Siete años más tarde y ya como arzobispo emérito, Di Monte recibió de las manos de De Vido y López la distinción de ciudadano ilustre de General Rodríguez, en una misa que se celebró el 5 de diciembre de 2014 en la capilla del monasterio.
Y aquí otra cuestión: ¿por qué todavía la Justicia -ya sea el juez Daniel Rafecas, que lleva la causa contra López por enriquecimiento ilícito, o el Juzgado de Garantías número 2 de Moreno, o la fiscal Alejandra Rodríguez, de la UFI 10 de General Rodríguez- no ordenó allanar exhaustivamente el monasterio?
Resulta inentendible que el lugar donde se hallaron los bolsos con los casi nueve millones de dólares, relojes y una carabina, no haya sido inspeccionado inmediatamente, en profundidad, para constatar que no hubiera alguna prueba o más dinero escondido.
Ayer se hablaba de que la fiscal Rodríguez podía utilizar retroexcavadoras para buscar bajo tierra, como ya lo hizo el fiscal Guillermo Marijuan en Santa Cruz. Sin embargo, eso quedó en la nada. Llama la atención que recientemente se habían restaurado -a nuevo- 12 habitaciones del convento (¿para qué, si sólo viven 4 monjas?).
El juez federal Daniel Rafecas, quien tiene la denuncia del año 2008 contra López por enriquecimiento ilícito, dispuso el secreto de sumario en el expediente y le pidió al Juzgado de Garantías número 2 de Moreno que se inhiba de seguir interviniendo en lo que respecta a la investigación del dinero que López procuraba esconder en el monasterio, para que eso se acumule en el expediente que investiga su enriquecimiento ilícito.
Por su parte, la fiscal Alejandra Rodríguez, de la UFI 10 de General Rodríguez, ordenó una serie de allanamientos y pidió una serie de medidas de prueba "con el fin de no dejar pasar el tiempo", ya que acusa a López de "tenencia de arma de fuego, lavado de dinero y enriquecimiento ilícito".
La fiscal ordenó tres allanamientos en propiedades de López, una de ellas en la que vivía el exfuncionario junto a su familia, en las inmediaciones de la zona del dique Luján, en Tigre.
También se realizan operativos en Tucumán, provincia de la que es oriundo, y en la ciudad santacruceña de Río Gallegos, dónde vivió y comenzó su carrera en la gestión pública. Allí la fiscal, según contaron a Télam fuentes judiciales, quiere saber "si hay más dinero escondido" o bien si el dinero que se le secuestró en su poder "estuvo en alguna de esas propiedades".
En este punto la fiscal tiene dudas acerca de si el dinero, López lo estaba sacando del monasterio o lo estaba llevando para esconderlo. Por otra parte, ordenó el secuestro de las grabaciones de las cámaras de seguridad del Municipio de Tigre, en donde se pueda verificar si López salió desde esa casa del dique Luján, la madrugada que se dirigió a General Rodríguez.
En el mismo sentido, ordenó los peritajes de los teléfonos móviles de López, además de los teléfonos fijos de las propiedades allanadas. Entonces, ¿por qué no ordenó también un allanamiento en el monasterio?
Cabe destacar que en el lugar hay 12 habitaciones que han sido recientemente restauradas a nuevo. ¿Para quiénes eran, si sólo viven cuatro monjas en el convento? ¿Podría haber escondido en estos cuartos nuevos más dinero? Es inexplicable que no se haya realizado un operativo exhaustivo en dicho lugar.
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