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| Genoveva González, la "abuela pistolera". |
“Me tienen presa dentro de mi casa, no puedo salir ni a la vereda. Son unos hijos de Troya. Mientras ellos me tienen detenida, los ladrones me entraron a robar", asegura Genoveva González, la mujer de 91 años que cumple prisión domiciliaria tras ingresar armada a la oficina de guardia de la Departamental San Justo en San Francisco para pedir justicia.
La anciana -que cumple 92 años en junio- había ido a la comisaría a reclamar por una denuncia de usurpación y les dijo a los efectivos que si no actuaban, lo haría ella por su cuenta, mostrando un revólver en su cartera.
Genoveva sostiene que una familia le usurpó la vivienda ubicada en Olmos al 400 en barrio La Florida. Sin embargo, ellos sostienen que alquilaron esa locación.
"Seguirá detenida en su casa hasta que en juicio se determine su culpabilidad o no", dijo al portal Cadena 3 la fiscal de instrucción de feria Leonor Faillá. La mujer quedó imputada por "tenencia ilegal de arma de fuego".
Genoveva contó a Cadena 3 que si no le solucionan su problema, desalojará a los tiros a los usurpadores: “Voy a hacer justicia. Iba a ir a la casa y se las iba a balear”, advirtió. Y agregó que se comprará otro revólver si no se lo devuelven: “Yo lo tengo declarado y hace mucho que lo tengo. Y lo uso cuando siento algún ruido extraño. No lo utilizo para salir a pasear”.
Además, añadió que se siente presa en su propia vivienda: “No puedo ni asomarme a la puerta como si yo fuera una criminal con 92 años. Me tuvieron una hora marcándome los dedos. Resulta que tiene razón la atorranta que se metió en mi casa y no yo”.
Finalmente, agregó que toda su vida se manejó sola y nunca precisó de nadie: “Hace 29 años que no está mi marido. Soy jubilada y no me falta nada gracias a Dios y si puedo dar una mano y ayudar a alguien, lo hago”.
Además, Genoveva denuncia el trato que recibió en la jefatura de San Francisco: “Me tuvieron desde las 7 de la mañana hasta las 5 de la tarde, con el calor que hacía. Y con un vaso de agua, porque se los pedí. Me llevaron al Hospital, al pedo. Estoy rebien. Si me hubieran dicho que tenía algo a lo mejor me hubiesen traído a casa y no me pintaban los dedos. En ningún momento me puse nerviosa, me sacaron fotos y me les cagué de risa”.
La jubilada tiene domicilio en Frontera, Santa Fe, localidad vecina a San Francisco, y esta es la segunda vez que denuncia que le usurpan su casa de San Francisco, que según explicó la jubilada pertenecía a su madre.
“Hace 6 o 7 meses por medio de Tribunales, me sacaron a uno. Me enojé, y le dije al fiscal: de acá me vas a sacar con la Policía si no me entregás mi casa. Los que están adentro son ladrones. Ahora piden tiempo para irse ¿Para qué? ¿Cómo se metieron adentro? Yo no les presté la casa ¿No pueden verificar que me rompieron la puerta de la calle?”
Y agregó: “Por supuesto que estaba dispuesta a usar el arma. Me quitaron esa pero me voy a comprar otra, sin arma no me voy a quedar. Desde hace 50 o 60 años que uso. En los años 90, cuando se metió la droga en el barrio, en Frontera. Todas las noches tiraba tiros en el patio”.
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