PANORAMA / MOSCÚ NO CREE EN LA LIBERTAD
El Tribunal Supremo de Justicia de Rusia prohibió las actividades de los Testigos de Jehová al considerarlos una organización extremista y ordenó la incautación de todas sus propiedades. De esta forma, a partir de ahora queda suspendida "con efecto inmediato" la práctica de ese culto y se disuelve tanto el Centro de dirección de los Testigos de Jehová en Rusia como sus 395 filiales en todo el país.
El Supremo satisfizo así la demanda presentada por el Ministerio de Justicia, quien pidió a finales de marzo ilegalizar las actividades de los Testigos de Jehová en este país.
"La organización religiosa testigos de Jehová muestra indicios de extremismo. Representa una amenaza para nuestros ciudadanos, el orden público y la seguridad de la sociedad", dijo Svetlana Borísova, representante del Ministerio de Justicia, durante la vista del Supremo.
La funcionaria recordó que dicha organización ha propagado literatura incluida en la lista de publicaciones extremistas y recordó que la prohibición de las transfusiones de sangre que profesan sus seguidores amenaza la vida de las personas.
Los Testigos de Jehová, que consideran que las acusaciones de Justicia son falsas, gratuitas y calumniosas, mostraron su rechazo por la decisión del Supremo y adelantaron que recurrirán ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Pero como Rusia no integra ni la Unión Europea, es difícil que le importe la opinión de esa instancia.
"La Corte Suprema falló a favor de la demanda del Ministerio de Justicia y calificar al Centro Administrativo de los Testigos de Jehová en Rusia como una organización extremista, eliminarla y prohibir su actividad en Rusia", dijo el juez Yuri Ivanenko en su decisión judicial.
El Ministerio de Justicia puede confiscar sus bienes, especialme nte los ubicados en su principal sede en la ciudad de San Petesburgo y otras 395 congregaciones en otras partes del país. La Corte Europea de Derechos Humanos ya había emitido un fallo en 2010 indicando que prohibir a los Testigos en Rusia era ilegal.
Se estima que los Testigos de Jehová -caracterizados por ir puerta por puerta buscando nuevos fieles- cuentan con más de 8 millones de seguidores en todo el mundo. Sus representantes llevan varios meses denunciando la persecución por parte de las autoridades rusas, a las que acusan de servirse de falsos testimonios para proscribir sus organizaciones.
En su momento, el portavoz de los Testigos de Jehová en Rusia, Iván Belenko, denunció que la decisión de las autoridades rusas privará de su derecho a la libertad de culto a los 175.000 seguidores que tiene esa comunidad en el país.
El presidente de la Asociación rusa para el Estudio de Religiones y Sectas, Alexandr Dvorkin, considera que los Testigos de Jehová son una secta que crea en torno a sus seguidores su propio mundo, un entorno aislado del resto de la sociedad.
Vladimir Putin termina pareciéndose a Adolf Hitler.
Durante el dominio del nacionalsocialismo (del 30/01/1933 al 08/05/1945, los Testigos de Jehová o Bibelforscher, fueron perseguidos en ese país, en el que habían llegado a 22.500 miembros en 1926.
La prensa nazi acusó a los Bibelforscher de ser financiados por judíos o francmasones, quienes preparaban una revolución bolchevique. También el origen estadounidense fue presentado como una amenaza.
Con el ascenso de los nazis al poder el 30/01/1933, los Testigos fueron atacados porque eran políticamente neutrales y se negaron a jurar lealtad al régimen nazi, rechazaron hacer el saludo con el brazo levantado (Heil Hitler), y afiliarse al Frente Alemán del Trabajo, no participaban de las colectas para el bienestar, y tampoco participaban en los desfiles ni actos nazis.
Hitler,por sugerencia de Himmler instruyó al ministro de Justicia, Franz Gürtner, que legalizara la supresión de los derechos civiles y se persiguiera a los miembros de este credo religioso. Ahora Putin va por ese camino.
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