Refugiados rohingya en Bangladesh. REUTERS/Cathal McNaughton |
Al menos 6.700 rohingyas -incluidos 730 niños menores de 5 años- fueron asesinados entre agosto y septiembre, cuando la violencia explotó en el estado Rakhine, al norte de Myanmar, según Médicos Sin Fronteras.
Las Naciones Unidas han descrito a la operación militar contra la minoría musulmana en el país como un caso de "limpieza étnica", aunque no especificaron cifras.
Myanmar había ubicado la cantidad de víctimas en 400 personas (incluyendo a 376 que consideró "terroristas"), muy por debajo de lo revelado por Médicos Sin Fronteras el 14/12.
La ONG aclaró, de cualquier manera, que se trata de una estimación conservadora. "La cantidad de muertos probablemente esté subestimada, dado que no hemos encuestado a todos los campos de refugiados en Bangladesh, y debido a que las encuestas no toman en cuenta a las familias que nunca pudieron salir de Myanmar", dijo el Dr. Sidney Wong, director médico de la organización.
La mayoría de las personas asesinadas murieron por disparos (69%), mientras que otros fueron quemados (9%) o golpeados a muerte (5%).
"Escuchamos reportes sobre familias enteras que perecieron luego de ser encerradas dentro de sus casas y prendidas fuego", indicó Wong.
Las cifras proceden de una encuesta realizada a 2.434 familias en campos de refugiados en Bangladesh, explica el diario El País.
Las operaciones militares fueron lanzadas tras los asaltos a cuarteles por parte del Ejército de Salvación Rohingya en Arakan (ARSA, según sus siglas en inglés).
Más de 621.000 rohingyas han huido hacia Bangladesh desde entonces, apunta El País.
Myanmar considera a los rohingya "inmigrantes ilegales" de Bangladesh, pese a su presencia en la región que data de siglos.
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