MEMORIA / A 37 AÑOS DE LA GUERRA
(U24) - “El hospital fue nuestra trinchera”, recuerda en diálogo con El Teclado Alicia Reyonoso, una de las veteranas que trabajó allí entre el 6 de abril y el 10 junio de 1982, cuando tenía 24 años.
Fueron embarcadas y llevadas a un buque hospital que estaba situado a 600 metros de las Islas, y recibidas con rechazo por el mito de que “las mujeres arriba de un barco traen mala suerte”.
Tenían entre 15 y 30 años. A los gobernantes no les importó ir en contra de la Ley, llevándose a menores de edad para un trabajo tan duro como extenuante.
Muchas de ellas contaban con poca experiencia, pero eso no les impidió dar todo por salvar a los soldados que iban al frente y llegaban en helicópteros o aviones al buque, al borde de la muerte.
“Los que venían del infierno encontraban una mano cálida; hacíamos de madres, de hermanas, de amigas. Hasta a veces de cartero: nos daban notas y nos pedían por favor que las hiciéramos llegar a sus familias”,detalló a El Teclado Reynoso, que en la actualidad forma parte de la segunda brigada aérea de Paraná y trabaja en un centro asistencial.
Alicia Panero, otra de las veteranas, en su libro “Mujeres Invisibles” recuerda a los heridos pidiendo a gritos por sus madres.
Las mujeres veteranas, en un actual contexto que las abraza y las anima a luchar más que nunca, piden reconocimiento.
No solo por la pensión que reciben los veteranos, porque eso no es lo que buscan (aunque sepan que les corresponde) Alicia aclara que la deuda del Estado hacia ellas es una cuestión de honor y de violencia.
Al hablar con La Nación Reynoso explicó por qué no hablaron antes. Y fueron dos factores los que las tiraban para atrás en su lucha: por un lado cuando terminó la guerra las obligaron a no hablar de lo vivido. Como eran personal militar y fueron enseñadas a obedecer, cumplieron.
Por otro lado el dolor las hizo meterse en un caparazón. Estos dos factores fueron algo generalizado en todos los aspectos de esta guerra, que fue silenciada y tapada bajo la alfombra por años. A ellas, además, se les suma el hecho de que son mujeres.
“Estamos todas en contacto”, cuenta Reynoso en La Nación, quien publicará el libro 'Crónicas de un olvido' donde cuenta la historia de las mujeres veteranas enfermeras participantes de la Guerra de Malvinas, “estamos saliendo a La Luz después de tantos años de silencio”.
Las enfermeras están reconocidas por el Congreso con medalla y por la Fuerza Aérea como veteranas. Sin embargo, ni en los libros, ni en su economía, ni si quiera en el acto de la Fuerza Aérea de este 2/04 fueron invitadas a ser reconocidas como tales.
“El olvido, también es violencia”, repite y arenga a recordar a los caídos, veteranos y veteranas todos los días al enseñar la historia como fue a las nuevas generaciones, no solo el 2 de abril.
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