MERCADOS / TIEMPO DE DEFINICIONES
(U24) - Cuando el Banco Central anunció que los bancos comerciales puedan invertir el 100% del dinero que reciben en plazos fijos en Leliqs, el mercado evaluó que la autoridad monetaria se encuentra en problemas considerables.
Su decisión implica que cada peso que se deposite en los bancos, será entregado al Banco Central, y a cambio de una remuneración importante.
Es una situación similar a la que se registró en 1989, antes del Plan Bonex.
También en ese momento, el único tomador de crédito confiable en una situación de tasas de interés superpositivas, fue el Banco Central. Pero hubo un momento en que terminó ordenando un canje de los plazos fijos por un bono llamado "Bonex 89".
Nadie se atreve a afirmar públicamente que el final será el mismo pero todos desempolvaron sus recuerdos acerca de aquella dramática situación.
Resulta totalmente acertado concluir que si la paridad cambiaria se dispara, merman las posibilidades de reelección del presidente Mauricio Macri en particular, y de la alianza Cambiemos en general.
Para evitar que se dispare la paridad cambiaria, el Banco Central sube la tasa de interés pero resulta que así está paralizando todas las actividades de la economía. Por supuesto que es muy preocupante lo que está ocurriendo.
Además, carece de sentido la opción porque en el escenario de economía paralizada, también merman las posibilidades de reelección de Macri, y esta conclusión también presiona el dólar.
¿Esto puede incrementar la posibilidad de triunfo de Cristina Fernández de Kirchner? Buena pregunta. Si la respuesta fuese Sí, todo se complica ya que el mercado desconfía muchísimo a causa de la relación que mantuvo con los K durante 12 años.
Todos los protagonistas de la cotidianeidad financiera/cambiaria se vuelcan hacia el dólar futuro, para intentar ubicarse a resguardo.
Ni hablar si el FMI demorase la ejecución de su asistencia financiera a la Argentina.
Por toda esta situación es una obviedad que los productores agrícolas liquidarán sus tenencias de dólares sólo para cubrir sus necesidades pero no quieren quedarse con pesos que en riesgo de desvalorización en un marco de elevada inflación.
Las expectativas de inflación no descienden. La inflación se está descontrolando y la mitad del gasto público (jubilaciones y programas sociales) está ajustado por inflación. Esto hace que el gobierno es obligado a imprimir pesos para cumplir con estas indexaciones: más aceleración de la inflación.
El gran interrogante es cómo reaccionan quienes mantienen en depósitos a plazo fijo $1,14 billón.
Para Macri sería una bendición que decidieran renovar en forma uniforme.
En 2011 y 2015 (años electorales) hubo una fuerte dolarización antes de las elecciones.
¿A qué le llamamos "fuerte dolarización"? Si un 20% se decidiera pasar a dólares, supondría una demanda extraordinaria equivalente a US$ 5.000 millones.
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