domingo, 29 de mayo de 2011

SALUD: INFORMACIÓN PROFESIONAL PARA EMBARAZADAS


“El parto humanizado no es sinónimo de parto domiciliario”

 A causa de todo lo que se escribió y se  seguirá escribiendo acerca del caso de la actriz Juana Viale, Urgente24, decidió consultar a una profesional (obstetra) para aclarar el tema.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). Por pedido especial de la profesional consultada, no se publica el nombre de la misma, atendiendo que la obstetra considera que no desea participar de un caso público, el de la actriz Juana Viale sino realizar un aporte a quienes, en situación de embarazo, creen encontrarse ante riesgos similares.

Aquí su colaboración:

Del 16/05 al 23/05 se realizó la Semana Mundial del Parto Respetado y Humanizado, que tuvo como consigna “Parir cómo quieras, dónde quieras y con quién quieras”, a fin de informar a las familias cuáles son sus derechos durante el parto.

En 1985 la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó una reunión en la ciudad brasileña de Fortaleza y de ese encuentro surgió la declaración “El nacimiento no es una enfermedad”, que inició el proceso de transformación del modelo de atención.

A esto se sumó un marco legal internacional y local que procura rescatar el papel activo que debe tomar la mujer y su familia en el cuidado del embarazo y del recién nacido. En Argentina, la Ley 25.929 sobre Derechos de Padres e Hijos Durante el Proceso de Nacimiento fue aprobada el 26/08/2004.

El parto humanizado es, por definición, aquel "en el que se respeta a los protagonistas y se los acompaña en la toma de decisiones seguras e informadas sobre este evento vital familiar".

Sin embargo, el concepto de parto humanizado no es sinónimo de parto domiciliario. Si bien el modelo de nacimiento institucional está avanzando hacia un modelo de atención en el cual la familia es protagonista, ofrece condiciones seguras para las madres y sus hijos.

Los sistemas institucionales públicos han adherido progresivamente a esta modalidad de atención y están capacitando y entrenando al personal que asiste los nacimientos.

Se debe entonces respetar la decisión de las embarazadas, siempre y cuando no esté en riesgo la vida fetal ni materna.

En mi opinión todos los partos deben ser en instituciones públicas o privadas. El parto humanizado no reside en la institución si no el personal que actúa.

Cualquier evento obstétrico puede suceder el cual debe ser resuelto en cuestión de minutos.

Las obstétricas (conocidas como parteras, comadronas, etc.) estamos capacitadas a nivel público, para realizar control de embarazo de bajo riesgo, atención del parto normal, control de puerperio normal, consejería en salud sexual y reproductiva. Muchas fuimos formadas en la Universidad de Buenos Aires, Facultad de Medicina, nuestro titulo es de licenciada obstétrica, muchas realizamos residencia, o concurrencia previo examen en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y a nivel provincial.  No es un curso, sino una carrera universitaria.

A nivel privado trabajamos en equipo, con un médico obstetra y, en general somos varias obstétricas que integramos un equipo. El médico obstetra realiza los controles de embarazo normal y alto riesgo (embarazo gemelar, placenta previa, cesárea previa, otras complicaciones obstétricas) entre las semanas 30 y 32, y nos envía a la embarazada para realizar una entrevista, y el curso de preparación para el parto. Al ser un equipo, estamos en contacto permanente con el médico obstetra sabiendo antecedentes, de cada una de ellas.

Muchas mujeres eligen un médico obstetra por referencia de amigas, familiares, o visto en medios de comunicación; la realidad es que siempre sugiero tanto para el obstetra como el pediatra, que deben tener feeling, confianza, ya que el/la obstetra, nos verán por 9 meses, y estarán en el momento más importante de su vida, como es el nacimiento de su hijo.

Las obstétricas recibimos los primeros llamados de todas las embarazadas que cursan un embarazo normal como de alto riesgo, cuando algunas de las pautas de alarma que damos les sucede, ej. pérdida de líquido, contracciones uterinas, ausencia de movimientos fetales, perdida de tapón mucoso, o por otras dudas que crean pertinentes.

Después de una cesárea anterior muchas tienen la posibilidad de tener un parto normal, siempre y cuando se den las condiciones obstétricas (embarazo de termino, sin riesgos fetales, ni maternos, presentación cefálica, inicio de trabajo de parto eutócico, ósea que se inicie en forma natural las contracciones) y fundamentalmente que el equipo obstétrico quiera realizar un parto dadas estas condiciones.

Durante un trabajo de parto se realiza un monitoreo fetal que detecta los latidos cardiacos, para saber si el bebé tolera el trabajo de parto. Se puede tener un embarazo sano y durante el trabajo de parto el bebé mostrar en el monitoreo alguna alteración y se decide una cesárea. Las causas de dicha cesárea puede ser: fetales, maternas y ovulares (placenta y cordón umbilical).

Ahora, dado el desgraciado caso de la Sra. Juana Viale y su fallecido hijo, muchos son los que abren juicio y opinan sobre lo acontecido. Lamentablemente estos hechos ocurren  y por suerte no con frecuencia.   

La pauta fundamental que damos todos los que hacemos obstetricia es tener en cuenta los movimientos fetales, ya que un bebé  puede morir intrauterino, sin dar previo aviso. Muchas veces no se saben los motivos.

Otra pauta fundamental son las contracciones (panza tan dura como la frente) que se tiene que relajar, pero si no se relaja y permanece dura en forma constante (hipertono más hipersistolia) produce un sufrimiento fetal agudo, situación que en el bebé, si se encuentra monitoreado, es detectada porque bajan los latidos fetales o si ve liquido amniótico de color verde (ante esta situación de stress se relaja el esfínter, produciendo el meconio). En esta instancia se realiza una cesárea de urgencia.

La Sra. Juana Viale decidió  tener un parto domiciliario, se supone que estaba en conocimiento adecuado sobre los riesgos y/o complicaciones que conlleva el trabajo de parto especialmente en este caso con el antecedente de una cesárea anterior.

Por fuentes muy cercanas, que estuvieron en el momento del ingreso de la Sra. Juana Viale en la guardia del Sanatorio de la Trinidad, ella presentaba un embarazo de 36 semanas, feto muerto, o sea sin latidos fetales, liquido meconial, con hipertono, mas hipersistolia, que eso pudo derivar en una rotura uterina, y por eso el sangrado que se produjo.

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