La Argentina: epicentro de la migración en Sudamérica
La migración externa aumentó mucho en las últimas décadas, sobre todo la proveniente de los países vecinos, lo que la convierte en un epicentro de la migración en Sudamérica. Los números de una realidad que crece día a día
Alguna vez una revista de tirada nacional supo poner como título de tapa “La invasión silenciosa”, colocando en la foto de portada a un inmigrante de un país limítrofe con el fondo del obelisco detrás, marcando una brutal discriminación hacia los inmigrantes que viven en nuestro país y que son injustamente atacados por los problemas estructurales que vive la Argentina desde hace años.
En las últimas décadas, nuestro país se ha convertido en el epicentro de los inmigrantes provenientes de los países limítrofes y de América del Sur, dejando atrás lo que fue durante el siglo XIX o principios del siglo XX, donde la mayor cantidad de inmigración provenía de los países europeos en guerra o sumergidos en profundas crisis económicas.
A partir de finales de la década de 1960 comienzan a delinearse dos fenómenos novedosos: el cambio en la composición de la migración externa –que pasa a ser casi exclusivamente de países limítrofes– y la emigración de argentinos –que se dirigen sobre todo a los Estados Unidos y, más recientemente, a Europa, en particular a España.
Así, la Argentina, al mismo tiempo que se va conformando como el corazón de un subsistema regional de migración en el Cono Sur, se constituye en un país que expulsa población. Esta doble condición constituye un aspecto peculiar de una sociedad que todavía se percibe a sí misma como fruto de la inmigración europea. Hoy en día, con el mayor stock de inmigrantes de la región, la Argentina continúa siendo el epicentro de la migración en Sudamérica.
Un informe elaborado por el Análisis de la Situación de Población en la Argentina (ASP), realizado por un equipo de investigadores/as del Centro de Estudios de Población (CENEP) a solicitud del Fondo de población de las Naciones Unidas en Argentina (UNFPA), muestra como ha ido creciendo la migración de los países limítrofes y de la región en nuestro país.
El UNFPA, es una agencia de cooperación internacional para el desarrollo que promueve el derecho de cada mujer, hombre y niño a disfrutar de una vida sana, con igualdad de oportunidades para todos. El UNFPA apoya a los países en la utilización de datos sociodemográficos para la formulación de políticas y programas de reducción de la pobreza, y para asegurar que todo embarazo sea deseado, todos los partos sean seguros, todos los jóvenes estén libres de VIH/SIDA y todas las niñas y mujeres sean tratadas con dignidad y respeto.
Los cambios en los orígenes de los inmigrantes y en las dinámicas migratorias han tenido un impacto en los perfiles de los extranjeros que residen en nuestro país. Los extranjeros fueron disminuyendo a lo largo de las últimas décadas como producto del envejecimiento y de la mortalidad de las antiguas cohortes inmigratorias transatlánticas. Contrariamente, y como efecto del incremento y de la entrada continua de inmigrantes de países vecinos, el stock de dichos inmigrantes ha crecido, pasando de 761.989 en 1980 a 1.011.475 en 2001.
En cuanto a las tendencias más recientes, desde 1980 tiene lugar un cambio significativo en el origen de los flujos. Factores económicos y sociales en los países de origen, así como cambios en la atracción ejercida por la Argentina, modificaron tanto la propensión emigratoria de ciudadanos sudamericanos como el destino preferido adonde se dirigieron. Así, por ejemplo, los chilenos disminuyeron su propensión a emigrar, seguramente como producto del mejoramiento de las condiciones sociales y económicas de su país. Por dicho motivo, el stock de inmigrantes chilenos en la Argentina aumenta muy levemente entre 1980 y 1991, pero luego disminuye en forma significativa una década más tarde. Otros caso singular es el de los vecinos uruguayos, quienes, si bien continuaron emigrando de su país, ya no lo hicieron en la misma magnitud hacia la Argentina, sino que se dirigieron preferentemente hacia países desarrollados, como los Estados Unidos y España
Contrariamente, a partir de 1980, pero con mayor intensidad en los años noventa, se incrementa en forma significativa la inmigración proveniente de Paraguay y Bolivia, y también del Perú. La inmigración paraguaya a la Argentina , si bien de larga data, había descendido durante los años ochenta –hay un decremento del número de paraguayos que residía en la Argentina entre 1980 y 1991–; sin embargo, años más tarde el flujo se intensifica y el stock de inmigrantes crece de manera significativa: alrededor de un 30 por ciento.
El informe del UNFPA muestra que la evolución de la inmigración proveniente de Bolivia se diferencia de la paraguaya: se incrementa en forma sistemática desde los años ochenta. Las desventajosas condiciones económicas de Bolivia, sumadas a las posibilidades de inserción laboral en la Argentina, trajeron como consecuencia la intensificación de un flujo relativamente continuo, promovido por extensas redes sociales migratorias. Entre 1980 y 2001, el stock de bolivianos en la Argentina más que se duplica, crecimiento que se da con mayor intensidad entre 1991 y 2001.
Tal vez el caso más notorio en la inmigración regional a la Argentina de los últimos años es el peruano. El flujo de migrantes de ese origen a la Argentina durante la década de los noventa ha sido muy significativo. Si bien al comenzar el nuevo milenio el número de personas nacidas en Perú que residían en la Argentina es inferior al de cualquier otro grupo de inmigrantes de países limítrofes, su crecimiento en términos relativos durante la última década fue notable: entre 1991 y 2001, la población peruana en la Argentina más que se cuadruplicó, pasando de 15.939 a 88.260 personas.
Los datos recientes de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) reflejan que la inmigración a la Argentina se estancó en los primeros años del nuevo siglo como consecuencia de la dramática crisis de diciembre de 2001, recuperando su ritmo a partir de 2004, particularmente desde el Paraguay y Bolivia. Una indicación de ello lo constituye el número de personas que comenzaron el trámite de regularización migratoria en el marco del programa iniciado en 2006, conocido como “Patria Grande”.
Prácticamente seis de cada diez personas que iniciaron el trámite son de origen paraguayo, que junto con los de origen boliviano y peruano concentran al 94,7 por ciento del total. La proporción de mujeres que iniciaron el trámite supera a la de los varones en todos los grupos de edad, a partir de los 30 años en adelante. Entre niños y adolescentes hasta 19 años, la proporción de ambos sexos es muy similar. Es sólo entre los jóvenes de 20 a 29 años que, entre quienes iniciaron el trámite, la proporción de varones supera a la de las mujeres.
Todos fenómenos que han llevado a que la Argentina se convierta sin ningún lugar a dudas en el centro de la inmigración en la región, donde la mayor parte de los extranjeros que viven en el país son provenientes de los países limítrofes y del resto de Sudamérica, haciendo de esto uno de los fenómenos del nuevo milenio a analizar y a cubrir por parte de las autoridades.
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