domingo, 7 de junio de 2015

WAWRINKA SE CORONÓ EN PARÍS

TENIS / ROLAND GARROS


Tuvo que ser con un ganador de revés, su mejor tiro, cómo Stan Wawrinka se coronó como campeón de Roland Garros tras deshacerse en la final de Novak Djokovic por 4-6, 6-4, 6-3 y 6-4, en 3 horas y 12 minutos.



Djokovic, que había llegado a la cita como imbatido en los últimos 28 partidos, 16 de ellos en tierra, se jugaba inscribir por primera vez su nombre en la Copa de los Mosqueteros.

Tanta presión por tener un hueco en la historia le pasó factura. Jugó siempre escondido por detrás de la línea de fondo y dejando la iniciativa a su rival, capaz de conectar 60 ganadores, el doble que el número 1 mundial.

Stan sabía que la única manera de tener opciones con Djokovic era siendo agresivo, rehuyendo los eternos intercambios desde el fondo de la pista que proponía su adversario.

El suizo sacó de su zona confortable al número 1 mundial en muchos momentos, sobre todo, gracias a tener dos derechas. Y es que su revés a una mano es digno de estudio porque es una especia en extinción.

Wawrinka se fabricó opciones de 'break' en todos los juegos del segundo set hasta que convirtió una, a la sexta tentativa, que, además, le dio el empate en el marcador.

Djokovic reaccionó con la ira propia del que se jugaba más que el rival. Tiró la raqueta al suelo una vez, dos veces. A la segunda, la rompió. El juez de silla le señalizó un 'warning', el mismo que no le pitó minutos antes al suizo por impactar repetidamente la raqueta contra la red después de un error no forzado.

Cuando sacaba para el título, cometió dos errores no forzados. Le temblaba la mano ligeramente. Primer punto de partido y Djokovic otra vez a la red. Punto de 'break' para el serbio.

Tira una derecha fuera. A la segunda, un revés le dio la gloria a Wawrinka y el segundo 'Grand Slam' de su carrera después del Open de Australia 2014.

Ya tiene los mismos títulos de Roland Garros que su amigo Federer.

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