APe / NOTA DE OPINIÓN
Por CARLOS DEL FRADE
(APe).- -Los medios hoy son la garantía de mi vida…tengo custodia de parte de un grupo especial porque no confío en la policía de Vera y durante casi un mes no pude volver a enseñar en la escuela agrotécnica de jornada completa porque no es cómodo ir de un lado a otro con esta guardia.
Me quemaron la casa, me siguen diciendo que me van a matar, que me van a encontrar en un zanjón y yo no me quiero ir de mi pueblo…-dice el docente Livio Folla, de solamente cuarenta años, habitante de La Gallareta, una comuna de menos de tres mil habitantes del departamento Vera, norte profundo de la provincia de Santa Fe.
Desde el año pasado denuncia a los impulsores de las carreras de galgos, ilegales en el territorio desde 2014, que llegan a reunir decenas de miles de pesos por encuentro con la complicidad de nichos corruptos del poder policial, judicial y político. “Uno de los organizadores es el que trae la droga a La Gallareta. Este es un lugar donde nos conocemos todos y sabemos de esta situación. Lo más triste es que algunos fiscales no quisieron tomar mi denuncia y fueron separados por el jefe de los mismos, el doctor Julio de Olazábal. Ahora están trabajando fiscales de la ciudad de Reconquista en quienes confío”, sostiene el maestro en diálogo con esta agencia.
Gracias a las denuncias efectuadas por Livio, La Gallareta –el último lugar donde residiera La Forestal hasta 1964- se convirtió en la primera localidad en la provincia donde se aplicara la ley provincial 13.451 que prohíbe esta fenomenal postal del desprecio contra los seres vivos que son las carreras de galgos. A partir de ese momento comenzó el infierno para Livio.
El fiscal de turno de ese entonces, Gauna Chapero, nunca le atendió el teléfono. El maestro tenía mucho miedo que le quemaran la casa –cosa que finalmente ocurrió el 27 de julio de 2015- sino también la de su tía de casi ochenta años.
Los grupos que apoyan la lucha del maestro dicen que “desde la primer denuncia en Febrero de 2015, con aportación de pruebas y posteriormente la denuncia del 27/07/15, no hubo ningún tipo de investigación seria, concreta y contundente para esclarecer los hechos, ni por parte de la policía, ni de la Fiscalía, a pesar de los reiterados pedidos de ello.
Por el contrario la policía de La Gallareta y de Vera y los Fiscales en connivencia con los galgueros, comenzaron a perseguirlo, intimidarlo y amenazarlo e inventar causas en su contra, atentando y poniendo en riesgo su vida privada.
El Fiscal Regional García de Reconquista, y los Fiscales de Vera, Benegas, Gauna Chapero y Latorre fueron denunciados por incumplimiento de los deberes de funcionario públicos y ocultamiento de pruebas, siendo apartados de la causa todos los funcionarios nombrados y sometido a una auditoría e investigación interna con la radicación de la causa material en Reconquista, ante una arbitraria, inexplicable, inaudita e ilegal omisión de investigación y mal desempeño de sus funciones”, dice el resumen difundido por las organizaciones ecologistas.
Un verdadero mapa de las complicidades.
-Cuando se te termine la protección, se te termina la vida – le dicen desde hace tiempo. Como su caso apareció en algunos diarios de la provincia, la policía de Vera lo citó hace algunos días atrás para pedirle explicaciones. No para cuidarlo, sino para cuestionarlo por haber mostrado la trama de complicidades que hace posible estos negocios ilegales que van desde el narcotráfico a la carrera de galgos.
“Lamentablemente vivimos en una sociedad muy conformista. La gente se queja pero se queda en su casa. Es muy difícil revertir la realidad de esa manera. Igualmente vamos a seguir porque no queremos que esta gente se quede con el pueblo”, insiste el maestro Folla.
Está convencido que lo sufrido en carne propia es un mensaje con el objetivo de sembrar miedo en toda la comunidad de La Gallareta.
Hoy, Livio Folla, se siente perseguido por la policía que, teóricamente, lo debería cuidar. Su crimen consistió en no resignarse ante el negocio bestial de las carreras de galgos, detrás del cual están los mismos que manejan la circulación de drogas en ese punto del mapa santafesino que fue donde cerró el último ingenio de la multinacional que se comió el quebracho colorado gracias a las traiciones de los funcionarios provinciales.
Medio siglo después, La Gallareta vuelve a mostrar la ferocidad de una manera de vivir que parece ser la herencia de aquella feroz postal del saqueo.
El maestro Livio Folla, a pesar de los pesares, resiste.
Fuente: Entrevistas propias del autor de la nota a Livio Folla (martes y miércoles 29 y 30 de septiembre de 2015); informes sobre las carreras de galgos de diversas organizaciones ecologistas y publicaciones regionales.
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