El equipo de Pellegrino, que se afianzó en los puestos de clasificación a la Liguilla Pre-Libertadores, fue muy superior y se impuso 3-0 en Avellaneda. Los goles: Tagliafico, el Ruso Rodríguez de penal y Lucero. Pisculichi vio la roja.
Independiente superó a River por 3-0 en el estadio Libertadores de América en un partido correspondiente a la 27° fecha del campeonato de Primera División. Los goles del equipo local los marcaron Nicolás Tagliafico, el arquero Diego Rodríguez (penal) y Adrián Lucero.
Así, el Rojo sumó 48 puntos y escaló al quinto puesto. River, por su parte, se quedó con 45 unidades, en la sexta posición. El clásico tuvo un dueño absoluto. Independiente salió decidido; River no. Y esa fue la principal diferencia entre los dos.
Porque el Rojo ejerció presión y ejecutó su plan sin titubeos, y cuando River se decidió jugar ya estaba un gol abajo por ese cabezazo de Tagliafico, ante la mirada de Balanta y Kranevitter. Recién después de la apertura del marcador, e equipo de Gallardo salió del encierro.
Lo hizo a través del juego de Pisculichi, las ganas de Bertolo. Y fue el propio Pisculichi el que provocó una buena atajada de Rodríguez en un tiro libre. Independiente hizo mejor la tarea. Porque entre Ortiz y Méndez se comieron a Kranvitter, muy aislado en la lucha del mediocampo. Pero los dos volantes del equipo del local no estuvieron solos.
Fueron bien acompañados por Trejo, que le ganó el duelo al Pity Martínez, y Cristian Rodríguez, muy superior a Bertolo en ese ida y vuelta. River, arriba, fue muy débil. Es que Saviola casi no entró en juego, pasó desapercibido, mientras que Driussi nunca se supo si jugó como volante o como delantero. El que no tuvo dudas fue Benítez, cuando se ubicó a espaldas de Casco y provocó el infantil penal que le cometió el ex Newell's.
En el duelo de arqueros, Diego Rodríguez no falló: zurdazo bajo a la derecha de Barovero, que alcanzó a rozar la pelota. En medio de ese desconcierto, Vera tuvo el tercero. Pero el uruguayo demoró la definición y Barovero evitó el tercero.
Y si algo le faltaba a este flojo primer tiempo de River fue la expulsión de Pisculichi, por una violenta infracción sobre Ortiz. Todo mal. Gallardo tomó nota y metió mano. Adentro Sánchez y Mora por Bertolo y Saviola. Y los uruguayos fueron los que tejieron la primera acción colectiva del visitante, que terminó con un cabezazo de Mora a las manos de Rodríguez. Independiente respondió con un remate de Vera que reventó el travesaño.
En ese ida y vuelta, cada avance del Rojo dio sensación de gol, mientras que los ataque de River fueron forzados, sin claridad. Cuando afiló la puntería, lo cerró. Lucero le ganó en velocidad a toda la defensa riverplatense y definió entre las piernas de Barovero. El regreso de Mancuello, luego de 133 días producto de un desgarro, fue otro mimo para los hinchas del Rojo en una noche donde el equipo confirmó que está dulce.
Es que desde que asumió Mauricio Pellegrino, sumó 30 de 36 puntos y escaló tanto en la tabla de posiciones que sueña con la clasificación a la Copa Libertadores como también en la Copa Sudamericana, donde ya se instaló en los cuartos de final. River fue la contracara. Nunca se sintió cómodo. Extrañó a Alario (luxación en el hombro derecho que compromete su participación en el Mundial de Clubes), pero más su estilo de juego.
Ese que por momentos había encontrado en Quito. Independiente se llevó el clásico con autoridad y dejó en claro que va por más. Su juego invita a la ilusión. Y le sobran motivos. (clarín.com.ar)
No hay comentarios:
Publicar un comentario